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La corte rechaza escuchar caso de madre latina que mató a sus tres hijas con un cuchillo

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Carol Ann Coronado sostenía un cuchillo, mientras su mirada estaba en blanco; eso fue lo que vio su esposo cuando entró a una recámara de su hogar, para descubrir que su tres hijas estaban muertas sobre una cama.

La Corte Suprema de California se negó a volver a revisar el caso de la mujer latina que apuñaló fatalmente a Sophia, de 2 años de edad; Yazmine, de 16 meses y Xenia, de casi 3 meses; en su casa ubicada en el área no incorporada de Carson.

Coronado, ahora de 34 años, está cumpliendo tres cadenas perpetuas consecutivas, sin la posibilidad de libertad condicional por los asesinatos cometidos el 20 de mayo de 2014.

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Todas las menores fueron encontradas con heridas de arma blanca en la yugular.

En un fallo del 23 de febrero que confirmó su condena, el panel del Tribunal de Apelación del Segundo Distrito rechazó la defensa de la mujer, que afirmaba que no había pruebas suficientes de premeditación y deliberación de parte de Coronado.

El tribunal de apelación, en aquel entonces, citó “abrumadora evidencia física de premeditación y deliberación” y señaló que había “evidencia de que Coronado planeó los ataques colocando armas en el mostrador de la cocina, y colocando cuidadosamente a sus hijos en la cama”.

Evidencia de que ella había usado varias armas diferentes durante el los ataques, sugieren que tuvo tiempo para reflexionar mientras recuperaba cada arma; los jueces encontraron que una cruz sangrienta fue dibujada en el pecho de cada niña.

El tribunal de apelación también rechazó la afirmación de la defensa, de que no hubo pruebas suficientes de que estuviera cuerda en el momento del crimen.

Después de renunciar a su derecho a un juicio con un jurado, el juez Ricardo Ocampo, del Tribunal Superior de Compton, encontró a la mujer culpable en el 2015 del asesinato en primer grado de las menores, determinando que estaba cuerda en el momento de los asesinatos.

El abogado de Coronado afirmó que su cliente estaba sufriendo depresión posparto y sicosis, cuando mató a sus hijos y no tenía memoria de lo que sucedió.

Rodolfo, esposo de Coronado, se unió a su jurista para abogar a favor de las mujeres con depresión posparto, al pedir que su esposa sea enviada a un hospital para personas con enfermedad mental, en lugar de la prisión estatal, diciendo que estaba “loca”.

Durante el juicio, su esposo testificó que su esposa se comportaba de manera extraña en los días previos a los asesinatos y él “definitivamente sabía que algo andaba mal. Ella no actuaba como Carol que era’’.

El día de los asesinatos, Rodolfo salió de su casa para ir a una tienda de autopartes y estaba de vuelta trabajando debajo de su camión, cuando su suegra salió de la casa gritando: “No entres ahí. Ella los mató”.

El padre de familia corrió adentro, abrió la puerta del dormitorio y vio a sus hijas acostadas en la cama, pero él no vio sangre.

Él testificó que él vio a su esposa con un cuchillo en la mano izquierda, con una “mirada en blanco” en la cara, y que ella le dijo que lo amaba antes de apuñalarse a sí misma.

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