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Mató a su madre y en vez de ir a la cárcel, lo mandan a un hospital de enfermos mentales

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En lugar de ser condenado a prisión por haberle quitado la vida a su madre a puñaladas, un hombre de 32 años es enviado a un hospital para enfermos mentales tras declararse culpable.

Marvin Horatio Cipullo, residente del condado de Orange, asesinó a Rebeca García en el 2010, para luego huir del hogar en donde la víctima cuidada a tres pacientes de edad avanzada.

De acuerdo a la Procuraduría del Distrito, si la cordura de Cipullo es declarada restaurada en el futuro, este será enviado a la prisión para cumplir su castigo en la muerte de su madre de 57 años de edad.

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Antes de enviarlo a un hospital, el juez Gregg Prickett, del Tribunal Superior del Condado de Orange, sentenció a Cipullo a 15 años a cadena perpetua en prisión.

Scott Simmons, subprocurador, sostuvo que la condena “era la respuesta correcta para todos”, ya que Cipullo no habría recibido la atención de salud mental que necesita en la prisión estatal.

Cipullo, quien fue diagnosticado esquizofrénico paranoico y con desorden bipolar, tiene problemas significativos de salud mental y es probable que pase el resto de su vida en un centro de salud mental, dijo Simmons.

La víctima sufrió una lesión en la parte posterior de la cabeza, en la cara y además fue apuñalada en el cuello, según la procuraduría.

Cipullo tenía una historia de conflictos violentos con su madre,
abuela y hermano menor con quienes vivía, por lo que su progenitora le había pedido recientemente que se saliera de la casa, acotó Simmons.

Debido a los conflictos violentos con García, ella lo mandó a un hospital para personas con enfermedades mentales dos veces en su vida.

“Ella era su mayor defensor”, dijo Simmons. “Es un caso triste, un caso muy triste”.

El hermano de Cipullo encontró el cuerpo de su madre, el 30 de septiembre de 2010, alrededor de las 2:30 de la mañana y llamó al 911.

El acusado fue arrestado el 2 de octubre de ese año, mientras caminaba por la calle de la ciudad de Santa Ana, cuando alguien lo reconoció y marcó a la policía.

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