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La celebración del Día Internacional de la Felicidad va más allá del estado emocional

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Con motivo del Día Internacional de la Felicidad que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró en el 2013, este lunes 20 de marzo, los habitantes en los 193 estados miembros tendrán una razón para expresar lo que significa en sus vidas ese estado emocional.

“Voy a tomarme una cerveza, porque lo relaciono con la felicidad”, dijo Javier Salmerón, residente en Los Ángeles.

Alicia Arango, residente en Inglewood, opina que no hay nada que celebrar, porque a su juicio no hay un día especial para poner la felicidad en primer lugar.

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“La fecilidad es como el viento, a veces viene bajito y estás sonriendo, pero luego cambia de un momento a otro”, aseveró.

En la resolución 66/281, en la que se decretó esta celebración internacional, se enfatiza que el objetivo era reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos, así como la importancia de su inclusión en las políticas públicas.

Lo que se busca ahora es que los gobiernos promuevan actividades educativas y de concienciación. Este organismo mundial, en el 2015 lanzó 17 objetivos de desarrollo sostenible que pretenden poner fin a la pobreza, reducir la desigualdad y proteger el planeta.

El enfoque en esos temas, explica la ONU en su portal de internet, es porque son “tres aspectos primordiales que contribuyen a garantizar el bienestar y la felicidad”.

Randy Jurado Ertll, director ejecutivo de California Latino Environmental Advocay Network (Clean), indicó a HOY que los países del tercer mundo no tienen mucho que celebrar.

“En vez del día de la felicidad debería ser el día de la infelicidad, porque si vas a África, Centroamérica, Haití y Sudán muchas personas no tienen para comer, no tienen agua limpia; son lugares a donde los países del primer mundo van a tirar la basura”, reflexionó.

De acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hay 1,200 millones de personas que viven con 1.25 dólares o menos al día, y casi 1,500 millones de personas de 91 países subdesarrollados de la pobreza.

Como resultado de ese contraste, en un mundo donde los de bajos ingresos son víctimas de los poderosos, en el Sur de California todavía se viven las secuelas de la contaminación ambiental de la planta Exide, que afectó principalmente a comunidades latinas.

Martha Jiménez, miembro del grupo consultivo que aboga para la limpieza y reparación de los daños causados por Exide, considera que celebrar el Día de la Felicidad debe servir para poner atención en lo que está pasando en los vecindarios y no tomarse todo a la ligera.

“No solo hay que promoverlo, sino que se capacite a la gente con la agenda de cambio social, para que podamos ser ojos, oídos y corazón del vecindario”, señaló la líder comunitaria.

La celebración del Día Internacional de la Felicidad, según la ONU, es la oportunidad para que se aplique al crecimiento económico “un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos”.

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