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Jóvenes ya no creen en Dios y se alejan del catolicismo: ‘Es la señal de final de los tiempos’

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Las razones son variadas, pero lo que no cambia es que el flujo de jóvenes se está alejando de iglesia católica, inclusive desde los 13 años de edad, sigue incrementando.

Lo anterior forma parte de un estudio que busca comprender el porqué los jóvenes están abandonando la religión.“Queríamos escuchar en las propias palabras de los jóvenes su experiencia vivida y sus historias. Sin censura, ni filtro”, dice John Vitek, uno de los principales autores de la investigación.

El estudio publicado por el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado de la Universidad de Georgetown (CARA), encuentra que entre los que abandonaron la iglesia católica, la edad media para hacerlo fue de 13 años de edad.

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Vitek asegura que muchos jóvenes están dejando la fe por la ciencia, algunos se sienten desconectados entre los temas sociales a los que se aferra la iglesia y lo que ellos creen, otros simplemente han dejado de creer en Dios.

Lo más sorprendente es que nunca consultan con sus padres sobre sus dudas, dicen los expertos.

Por otro parte, algunos feligreses católicos ven este movimiento como el inicio de los tiempos finales del mundo.

El hallazgo podría sorprender a muchos adultos, “porque muchos de los jóvenes también sostienen que nunca hablaron de sus dudas y preguntas con sus padres o con los líderes de la iglesia”, señala.

En detalle

  • Setenta y cuatro por ciento de los 214 excatólicos entrevistados dijeron que decidieron abandonar la iglesia entre los 10 y los 20 años.
  • Actualmente, aproximadamente el 12.8 por ciento de los adultos jóvenes en Estados Unidos entre 18 y 25 son excatólicos.
  • Muchos de los jóvenes excatólicos entrevistados ahora entran en la categoría de “Nones”, o personas que no tienen afiliación religiosa. El 35 por ciento de los participantes no tenían una afiliación religiosa, mientras que solo el 14 por ciento se calificarían como ateos o agnósticos.
  • Aproximadamente el 6.8 por ciento de los adolescentes estadounidenses de entre 15 y 17 años son excatólicos.
  • Alrededor de un tercio (35 por ciento) ha “terminado” con la afiliación religiosa, pero todavía cree en algo más grande, tal vez incluso en Dios.
  • Alrededor del 14 por ciento dice que la afiliación religiosa y la fe son “sin sentido”.
  • Casi la mitad (46 por ciento) busca otra expresión o práctica de fe que se alinee mejor con su sentido de espiritualidad.

¿El fin del mundo?

Para Ramona Cornejo, fiel creyente de la iglesia católica desde hace 70 años, estos cambios son una señal peligrosa.

“Mismo en la Biblia dice que al final de los tiempos la gente va a estar confundida, van a surgir diferentes dioses y muchos van a desertar. Aquí en Estados Unidos los padres no les enseñan a sus hijos sobre Dios, no van a misa, no leen la Biblia, ni rezan el rosario”, dice Cornejo.

“Esto es una señal del final de los tiempos. Los que creemos en Dios debemos orar por esos jóvenes descarriados”, agrega la mujer de 77 años.

Alejandro Puentes, otro fiel, agrega que “hoy en día los jóvenes tienen más opciones en las cuales creer”.

“Han surgido muchas iglesias, todas de diferentes denominaciones. Si no encuentras en una lo que buscas, te vas a otra… Y si no encuentras nada, pues no crees nada. A los jóvenes de hoy en día, no se les inculcó el temor a Dios como antes se hacía”, dice Puentes.

Respecto a que esto puede ser una señal del fin del mundo, dice Puentes, “tal vez no, tal vez sí. Pero… ¿Dónde vamos a parar si no hay temor a las reglas que Dios dejó en la tierra?... Nadie tampoco quiere obedecer las reglas de la sociedad”, sostiene.

Lo que dicen los jóvenes

En este estudio, todos los jóvenes contaron sus historias de porqué dejaron la iglesia con sus propias palabras, sin censura ni filtro, explica Vitek.

Aquí se hizo una separación entre el joven “herido”, “el vagabundo” y “el disidente”.

Los “heridos” son jóvenes que experimentaron una dificultad o tragedia en la que Dios parecía estar ausente. A pesar de sus oraciones, sus padres se divorciaron o los miembros de la familia enfermos murieron, por ejemplo.

El “vagabundo” es uno que normalmente tenía problemas para conectar su identidad como católicos, bautizados con sus experiencias de vida concretas en el mundo real.

Mientras el “disidente” es aquel que está en desacuerdo con la enseñanza de la iglesia sobre el control de la natalidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la sexualidad.

Entre las seis dinámicas comunes de desafiliación, los expertos encuentran:

  • Un evento, una serie de eventos o una visión desencadenaron un proceso de cuestionamiento o duda.
  • La secularización cultural llevó a algunos a ver la fe y la religión como opciones entre muchas opciones.
  • La desafiliación trajo una sensación de felicidad, alivio o libertad.
  • La religión les fue impuesta como niños, y no harán lo mismo con sus propios hijos. La religión debe ser una elección.
  • Vivir una vida moral no requiere creencias religiosas.
  • Ya sea un creyente o un incrédulo, la persona podría creer si se pudiera presentar un argumento racional para hacerlo.
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