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Isabel Cárdenas, testimonio, memoria y compromiso que colocan la bandera de El Salvador en alto

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La activista coloca una serie de carpetas en la mesa, en la que tiene recortes de periódicos, fotografías, cartas y documentos, son las evidencias que resumen el gran trabajo comunitario realizado a lo largo de los años, los testimonios de luchas ocurridas en el pasado que para ella nunca terminan y que ahora, por el contrario, están más vivas que nunca.

La labor de Isabel “Chabelita” Cárdenas, que data de 1960, refleja también el crecimiento de la comunidad cuzcatleca que este 5 y 6 de agosto celebra el Día del Salvadoreño en el Sur de California.

Esta activista, de 78 años de edad, llegó a Los Ángeles en 1948, entonces era de apenas 9 años. Lejos dejó su natal San Miguel, en el oriente del “Pulgarcito de América”, y rápidamente se incorporó a una sociedad donde su patria no aparecía en el mapa.

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“Cuando me preguntaban de dónde era les respondía que de El Salvador y me decían: ‘¿En qué parte de México queda?’”, relató la líder comunitaria, asegurando que en su vecindario ella tampoco conocía a más salvadoreños, a diferencia de su familia.

Ahora, 69 años después, en el condado angelino radican más de 350 mil personas de ascendencia cuzcatleca, la capital de esta comunidad en el exterior.

Al repasar su trayectoria, revela que la mayor parte de su vida ha estado vinculada al activismo, pues antes de conformar el primer comité de solidaridad con el pueblo salvadoreño, en 1977, fue co-fundadora del Women of Motion Picture Industry (WOMPI), en 1960.

¿Qué la motivó a esta labor?

Esta mujer de pelo blanco se unió a esta causa, rememoró, cuando una mujer, Ana Gloria Madriz, andaba en busca de un hermano desaparecido en 1976 en territorio cuzcatleco.

“Me dolió en el alma”, manifestó con un nudo en la garganta, al recordar que Madriz padecía los atropellos de los gobiernos militares de la época. “¿Cómo es posible que están matando y desapareciendo a nuestra propia gente?”.

A principios de los ’80, el dolor y la tragedia creció como una bola de nieve, siendo el asesinato de Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo de la iglesia católica de El Salvador, el crimen que originó un conflicto armado y, en consecuencia, la mayor ola de refugiados.

Esta activista, de 1.42 metros de estatura, se movilizó junto a otros compatriotas en contra de la guerra. Como evidencia, muestra un recorte del diario Los Angeles Times en el que se relata las protestas para que Estados Unidos dejara de financiar al ejercito salvadoreño.

Isabel Cárdenas durante una protesta contra el presidente Donald Trump.

Isabel Cárdenas durante una protesta contra el presidente Donald Trump.

(Luis Sinco / Los Angeles Times)

En esa época, fue cuando Cárdenas junto al abogado Bruce Bowman y al reverendo Eugene “Gene” Boutilier, co-fundaron la organización El Rescate (1981) para darle asistencia legal a los refugiados.

En 1983, “Chabelita” con el apoyo de Boutilier y el médico Ricardo Cartagena, entre otros, fue parte de la creación de la Clínica Monseñor Romero, entre otros de los aportes.

Su sello en el Día del Salvadoreño

En 1999, Cárdenas fue co-fundadora de la Salvadoran American National Association (SANA). En ese mismo año, señaló, a iniciativa de Salvador Gómez Góchez se realizó por primera vez el festival del Día del Salvadoreño.

Ella, por su parte, estampó su sello en esa iniciativa al escribir la proclamación que, en el 2000, el concejal Nick Pacheco sometió al concilio angelino para que se declarara de forma oficial.

Más tarde, hizo lo mismo junto a Mario Beltrán, al redactar el texto que Gil Cedillo presentó en la Asamblea de California (2002), así como ante la congresista Hilda Solís quien respaldó la moción ante la Casa de Representantes, aprobada en el 2006.

“Este evento es para que la gente salvadoreña en este país no se olvide de su cultura, ni de sus raíces”, reconoció Cárdenas con mucho orgullo, porque cree que su esfuerzo, que ahora representa un legado, ha servido para posicionar el nombre de la nación que la vio nacer.

“Admiro a mis compatriotas salvadoreños porque viniendo de un pueblo tan sufrido, han llegado a Estados Unidos y se han abierto puertas”, concluyó la activista.

Celebraciones en L.A.

Festival del Día del Salvadoreño

Fecha: Sábado 5 y domingo 6 de agosto de 10 am a 9 pm

***La bajada del Divino Salvador del Mundo se realizará el domingo a las 6 pm

Lugar: Esquina de bulevard Venice y avenida Vermont

Fiestas Agostinas

Fecha: Viernes 4 de agosto de 5 pm a 10 pm; sábado 5 y domingo 6 de 10 am a 10 pm

Lugar: Parque MacArthur

Presencia cuzcatleca en Estados Unidos

1 millón 975 mil

Los condados con mayor concentración:

Los Ángeles, California: 358,825

Harris, Texas: 123,049

Montgomery, Maryland: 52,615

Suffolk, Nueva York: 52,315

Prince George, Maryland: 47,355

Historia del Día del Salvadoreño

La ciudad de San Salvador fue fundada el 6 de agosto de 1525. En esa fecha se celebra la transfiguración o “bajada” del Divino Salvador del Mundo, patrono de El Salvador.

En 1999 se realizó por primera vez la “bajada” en Los Ángeles, una iniciativa impulsada por Salvador Gómez Góchez, Isabel Cárdenas, Werner Marroquín y Fidel Sánchez, entre otros.

Después de que la ciudad de L.A., el condado y el estado reconocieran el 6 de agosto como el Día del Salvadoreño, el Congreso hizo lo mismo al aprobar la resolución H.R. 721 en el 2006.

Voces de la comunidad salvadoreña

ANA GRANDE

Profesora de Mount St. Mary’s University

“La importancia del Día del Salvadoreño es sumamente crucial para la identidad del salvadoreño y salvadoreño-americano en el exterior. Nos da raíces, cultura e historia. Un símbolo de que no somos invisibles, pero una población llena de tradiciones.

La educación empieza en la casa y se concreta en las oportunidades académicas que se encuentran en el país. Al avanzar en nuestros estudios, hacemos crecer la prosperidad propia, familiar y de nuestra comunidad entera”.

ANGELINA VALENCIA

Directora de comunicaciones

Oficina del Concejal Curren Price

“El Día del Salvadoreño es una oportunidad para que brille nuestra historia, cultura y tradiciones, pero lo más importante es reconocer a nuestra gente. En mi caso, mientras he vivido he vivido en Estados Unidos durante más de tres décadas, siempre me aferro a mis raíces y patrimonio porque es quien soy en el interior.

Historias como la mía, de personas en posiciones como yo, se han vuelto más comunes, pero no es suficiente. Hay que lograr más representaciones en el espectro político, privado, liderazgo, negocios, medicina, academia y tecnología. En particular, debe mejorar la presencia de las mujeres salvadoreñas, porque somos vitales para el futuro de nuestras familias y comunidades”.

NICOLÁS ‘NICKY’ ORELLANA

Propietario de tienda Nicky’s Sport

“El Día del Salvadoreño debería ser un arraigo cultural, una celebración que profundice más nuestras raíces en un país extraño. Nosotros como comunidad aportamos mucho en cuanto a impuestos a la ciudad de Los Ángeles, a nivel estatal y federal. Nuestro aporte es grande porque somos una comunidad emprendedora, manejamos muchos negocios en diferentes ramas”.

RAÚL MARIONA

Presidente de UNICOMDES

“El Día del Salvadoreño nos visibiliza y reconoce que contribuimos al engrandecimiento de este país, somos parte del empuje. Esta celebración es una demostración cívica, cultural y religiosa, y es un rescate de nosotros mismos. Nosotros lo que queremos es llevarle la contraria a la inercia histórica y que nuestra cultura no muera en la tercera generación como dicen los estudios. Esta es una resistencia a no perder nuestras raíces e identidad”.

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