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Latinos dejan de comprar por miedo a políticas antiinmigrantes; activistas lo ven como un arma

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Roxana Valdez se ha prometido ahorrar dinero hasta finales de año. Su preocupación es que su esposo se quede sin trabajo en cualquier momento, por ser indocumentado.

“En estas épocas donde las pólizas de Donald Trump no son nada positivas para los inmigrantes, es mejor ahorrar para cualquier imprevisto”, aseguró.

“Una detención temporal, una deportación o una despido en el trabajo porque no tiene los documentos necesarios, puede lastimar gravemente a la familia y obligarnos hasta vivir en la calle o irnos a México”, agregó Valdez.

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Asimismo, la familia de Andrea Molina se está limitando a comprar solo comida, artículos de higiene y lo necesario para mantener sus vehículos en buenas condiciones.

El cierre de la cartera no se limita a estas familias.

Actualmente, el panorama anti-inmigrante que se viene taladrando desde que asumió Trump, está causando que el comprador latino, que en promedio consume más que otros grupos étnicos, le dé la espalda a las compras, revelan expertos.

Este comportamiento, sin necesidad de protestas, podría mostrar de una vez lo importante que son los inmigrantes a la economía de la nación.

Al mismo tiempo, si este sector no saca el dinero de su bolsillo, podría convertirse en el arma que necesita para forzar al mismo presidente, las grandes empresas y los gobiernos locales a que empujen un alivio migratorio y le exijan al mandatario que frene sus pólizas, dicen los activistas.

En toda la nación, se estima que hay 57 millones de latinos, es decir el 18 por ciento de la población estadounidense, quienes gastan más dinero diariamente que otros grupos.

El panorama de consumo

En un reporte de agosto, expertos de Wall Street apuntaron que millones de inmigrantes literalmente están evitando gastar su dinero por miedo a las políticas federales.

“La debilidad [en el consumo] no parece ser el resultado de un telón de fondos macrodeteriorados, sino que es probable que sea debido a la incertidumbre en torno a la política de inmigración”, aseguran los investigadores de Jefferies, un banco global de inversionistas.

“Numerosas compañías de consumidores señalan el decaimiento en gasto de los consumidores latinos en esta temporada que supone ser de ganancias”, agregaron.

Las empresas Target, Foot Locker y Wingstop han señalado la flaqueza del gasto de los latinos en el último año.

Brian Cornell, director ejecutivo de Target Corp, dijo que en julio que “el consumo entre latinos en Estados Unidos era mucha menor”. En una reunión de negocios indicó que “se están quedando en el hogar. Están saliendo menos”.

Cornell no mencionó al nuevo inquilo de la Casa Blanca, pero señaló que han visto variaciones evidentesw en “ciudades fronterizas”, en donde los minoristas durante años han dependido de los compradores del norte de México.

Los investigadores de Jefferies recalcan que inclusive cadenas de tiendas como Wal-Mart puedan verse afectadas a futuro.

Wal-Mart, no ha observado una desaceleración, pero “es probable que una porción considerable de su base de consumidores sea latina, dado que cerca del 20 por ciento de sus tiendas están basadas en vecindarios” donde se concentra esta etnia, añadió el reporte.

En contraparte, entre los negocios que sí se han visto afectados están las empresas de ropa deportiva y los zapatos tenis como Nike Inc, Skechers USA Inc y Van, según la firma de investigación NPD Group.

Por su parte, el presidente ejecutivo de O’Reilly Automotive, Gregory Henslee, corrobora que “muchas de las tiendas de la compañía con ventas débiles en el segundo trimestre, se encontraban en áreas donde predominaban los latinos”.

“No es sólo algo que hemos visto nosotros, es algo que la mayoría de los minoristas han visto”, aseveró Henslee.

El panorama de las pólizas antiinmigrantes

Desde el 20 de enero anterior, cuando Trump tomó posesión de la Oficina Oval, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) amplió considerablemente el número de delitos penales por los cuales los inmigrantes indocumentados pueden ser deportados.

Asimismo, anuló el programa DAPA, que protegería de la deportación a casi 5 millones de inmigrantes indocumentados que fueran padres de ciudadanos estadounidenses o de residentes legales.

En julio, canceló el Estatus de Protección Temporal (TPS) para unos 58 mil haitianos, dejando a miles de salvadoreños, hondureños y nicaragüenses preocupados por su futuro.

De igual forma, frenó una regla que ayudaba a los empresarios extranjeros a entrar al país para construir sus negocios.

En esa misma dirección, se canceló el Programa de Libertad Condicional para Menores de Centroamérica, conocido como “CAM Parole”. Éste beneficiaba a menores de 21 años solicitados por padres legales, que no calificaban para el refugio.

Por ahora, están amenazadas las ciudades “santuario” con no darles fondos para combatir el crimen, si no contribuyen con la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

Las oficinas del CBP, además, reportaron en julio una disminución del 53 por ciento en el número de aprehensiones en la frontera suroeste desde el año pasado.

En una encuesta del Washington Post, en donde participaron 18 economistas, el 89 por ciento afirmó que es una terrible idea para Trump frene la inmigración hacia la Unión Americana.

“Limitar la inmigración a Estados Unidos es un grave error”, manifestó Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics.

“La única forma de aumentar significativamente el crecimiento económico de Estados Unidos de manera sostenida es aumentar la inmigración”, agregó el especialista.

Un arma de activismo

Los activistas proinmigrantes reflexionan sobre el cambio en el consumo y agregan que, en efecto, esta es un arma que la comunidad puede usar a su beneficio.

“Con esto podemos enviar el mensaje al gobierno de Estados Unidos y nuestro propios gobiernos que necesitamos un alivio y el alto a las pólizas que nos están atacando”, dijo Ángela Sanbrano, directora ejecutiva de la Red Mexicana de Organizaciones y Líderes Migrantes.

“Esta también es una buena oportunidad para que los latinos, y sobre todo inmigrantes, ahorren para cualquier eventualidad”, apuntaló, destacando que las tarjetas de crédito y carteras cerradas, “pueden presionar a nivel local a los gobiernos e inclusive negocios para apoyar al sector inmigrante”.

Esta “arma” debe ser bien estudiada primero para ponerla en accion, sostiene Francisco Moreno, vocero del Consejo de Federaciones Mexicanas (COFEM).

“El poderío económico del inmigrante es grande para las empresas de todo tipo, ya que tenemos la mala costumbre de no ahorrar y gastar. Ese poder económico se ve reflejado, y cuando la gente decide no gastar, se nota considerablemente”, valoró el activista.

De acuerdo a Moreno, si se atacara de esta forma a las empresas racistas que se han pronunciado a favor de Trump, la comunidad latina dejaría huella.

“A través de los años hemos hecho boicots para congelar las compras, algunos de ellos han funcionado. Ahora no se trata del boicot, sino de comprar lo necesario y cerrar el bolsillo”, concluyó Moreno.

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