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En la cuerda floja el cónsul de Guatemala en L.A. tras el arresto del presidente

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El arresto del presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina se vivió con aparente calma en el consulado chapín; sin embargo, debido a que un amigo del ex mandatario dirige la oficina local, ahora las miradas se vuelcan hacia la gestión de Francisco Cuevas.

Al cruzar las paredes de la sala principal, la aparente tranquilidad se transformó en un ambiente de pesar. En las primeras horas del día, cuando todavía no se anunciaba el arresto del militar, su fotografía lucía en la oficina del cónsul Cuevas.

“He considerado todos los escenarios”, manifestó el funcionario consular, “tampoco puedo salir corriendo y abandonar el cargo, aunque no he concluido el análisis”.

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El funcionario, de 51 años, no podía ocultar el quebranto. Sus ojos lucían irritados, las ojeras resaltaban en su rostro. La noche anterior no durmió mucho. El amanecer fue como una pesadilla, al saber que su amigo había dejado el poder.

“Es un hecho inédito”, afirma sobre lo que la mayoría de los guatemaltecos han estado pidiendo en los últimos cuatro meses, sin ocultar que a la distancia estuvo en contacto con el mandatario antes de que entregara la carta de renuncia.

No sólo tenían comunicación telefónica directa, sino que todavía intercambiaron textos en las últimas horas como Jefe de Estado, dicha confianza se construyó desde hace 35 años, cuando él era reportero televisivo y el expresidente era capitán del ejército.

“La historia me va a juzgar por lo que soy, no por lo que dicen que soy”, fue uno de los mensajes escritos por el general, graduado de la Escuela de las Américas y fundador del Partido Patriota, el cual leyó Cuevas con pausa y nostalgia en su teléfono móvil.

Esa amistad es la que le permitió al cónsul guatemalteco llegar al Sur de California, tomando posesión de la oficina más importante en Estados Unidos.

Días antes de su llegada, en febrero pasado, sonaron los tambores de protesta. Un sector de la comunidad guatemalteca se oponía rotundamente a que este cargo fuera ocupado por alguien que venía con la credencial de ser amigo del presidente.

Durante 31 años, Cuevas se desempeñó como periodista en varios medios de televisión, carrera que le abrió las puertas para que lo nombraran viceministro de gobernación, antes de dirigir la campaña electoral de Pérez Molina en el 2011.

‘Paco’, como lo llaman sus allegados, fue secretario de comunicaciones de la presidencia (2012-2014). En su gestión surgieron señalamientos de mal manejo de fondos. Ahora sin el respaldo del mandatario, surgen las voces en su contra.

“Ha sido puesto a dedo, no tiene capacidad, llegó aquí sólo por ser amigo de Pérez Molina”, señala Walter Batres, líder de la Red Nacional del Migrante por la Dignificación de Guatemala, por lo que pedirán su remoción.

Este activista también considera que se encuentran en la cuerda floja el canciller Carlos Raúl Morales y el vicecanciller Óscar Padilla. “Vamos a enviar una carta al presidente [Alejandro] Maldonado con la queja del trabajo raquítico que han realizado”.

Este sector de la comunidad chapina se movilizó en Estados Unidos para sacar a los implicados en la corrupción, ahora comienzan la batalla para que la silla de cónsul general en Los Ángeles sea ocupada por un funcionario diplomático de carrera.

Así como en Guatemala, aquí también hay posiciones encontradas. Julio Villaseñor, presidente de la Coordinadora de Organizaciones Guatemaltecas en Los Ángeles, considera que no se puede hacer un linchamiento político.

“El actual cónsul ha hecho un trabajo inmejorable, ha venido a unir, aunque no somos moneditas de oro para caerle bien a todo mundo; me gustaría que continúe”, valoró el líder comunitario.

Al establecerse en la oficina consular, Cuevas fue recibido con carteles y pancartas de rechazo. En esa ocasión, el cónsul salió a conversar con los manifestantes. Aunque no comparte los cuestionamientos, el funcionario respeta las expresiones sociales.

“Corresponde a las instancias jurídicas definir si existe involucramiento de mi persona, no tengo nada que esconder”, aseveró.

Este funcionario nació en la capital guatemalteca en el seno de una familia de clase trabajadora, es hijo de un mecánico y una costurera. Está casado con Lisa Lou, diputada del Parlamento Centroamericano, con quien han procreado a tres hijas.

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