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El Departamento de Bomberos de L.A. ‘es un club de chicos blancos’, alega demanda impuesta por minoría

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Varios empleados del Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD) pueden proceder con su demanda contra la ciudad, para probar que su origen étnico causó discriminación, hostigamiento y represalias denunciadas, dictamina un juez.

Reginald Roberts, un abogado de la ciudad, había argumentado que el caso debía de descartarse, porque dijo que los demandantes no habían proporcionado suficiente detalles en su queja para respaldar sus alegatos.

Sin embargo, la jueza de la Corte Superior de Los Ángeles, Maureen Duffy-Lewis, no estuvo de acuerdo y dictaminó que todo el caso puede avanzar.

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Todos los demandantes son miembros de la oficina de prevención de incendios del LAFD.

Entre los demandantes se encuentran Glenn Martínez y Patricia Ramírez, cuya presencia es latina. Asimismo, Gary Carpenter, Andre Johnson, David Riles y Aaron Walker son afroamericanos.

“LAFD es esencialmente un club de chicos blancos, y cualquiera que falle para alinearse con esta mentalidad es despreciado y tratado de manera diferente”, alega la demanda.

De acuerdo con sus documentos judiciales, los bomberos afroamericanos y los de género femenino en la junta fueron calificados por otros empleados del departamento como “vagos y temerosos’’ de combatir incendios.

“Debido a este animismo sistémico racial y de género sistémico en todo el departamento, los demandantes han sido continuamente menospreciados y sometidos a discriminación, acoso y represalias debido a su raza y asociación con otros bomberos”, alega la queja.

El racismo interno del LAFD se ejemplifica con la designación de varias estaciones de bomberos, incluidas las estaciones 14, 33 y 66, como “libre de zonas”, donde dirigen a la mayoría de minorías, y donde los miembros de la Oficina de Prevención de Incendios a menudo se conocen como “tontos’’.

El maltrato de los demandantes se intensificó cuando informaron y divulgaron “varios actos de conducta y actividad mala’’ donde se creía que algunos bomberos no cumplían con las regulaciones locales, estatales y federales, de acuerdo a la queja.

La demanda también alega que un exjefe de bomberos implementó el programa “Operation Catch-up”, en el que utilizó inspectores sin entrenamiento o experiencia para realizar tareas después de que los medios informan que el LAFD tenía miles de inspecciones atrasadas.

Los inspectores utilizados por el jefe de bomberos completaron “informes poco confiables de inspección de incendios’’, que fueron ratificados y aprobados cuando deberían haber sido rechazados”, alega la demanda.

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