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Después del despido del director del FBI, aumentan las voces que piden un antejuicio político contra Trump

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Liderar la nación más poderosa del mundo no ha sido como el presidente Donald Trump imaginaba, y como él mismo lo admitió, en el marco de los 100 días de mandato, en la Casa Blanca tiene más trabajo que en sus empresas. “Pensaba que sería más fácil”, aseguró.

En poco más de tres meses en el poder, el mandatario se enfrenta a un coro de voces que pide un antejuicio político, cuyo volumen se elevó al despedir a James Comey, director de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) en medio de las indagaciones que salpicaban a su campaña.

“Una y otra vez demuestra que no puede gobernar este país”, valoró Miriam Burbano, residente en Los Ángeles, al indicar que se ha comprometido la seguridad nacional, algo que repercutirá “en que lo quiten por incompetente o porque ha vendido información”.

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Al momento del despido de Comey, ocurrido el 3 de mayo anterior, el FBI conducía una investigación sobre la conexión entre la campaña de Trump y la inteligencia rusa. El mandatario, sin embargo, desvinculó la decisión a los resultados que esa pesquisa pueda tener.

Al Green, congresista por el Distrito 9 de Texas, señaló este lunes que el presidente ha cometido un acto por el que debe ser acusado por la Casa de Representantes, porque el también abogado considera que Trump ha cometido obstrucción de una investigación legal en curso.

“El presidente Trump no está por encima de la ley”, apuntaló el legislador federal.

El congresista advirtió que su énfasis es el juicio político, porque una posible destitución recaería en otras manos. “La Casa de Representantes no puede culpar al presidente de nada. Sólo el Senado de los Estados Unidos puede hacer esto después de un juicio”, agregó.

En la contienda electoral, Comey cerró el caso de los correos privados de Hillary Clinton, la contrincante a la que se enfrentó Trump.

En curso, no obstante, se encontraba la indagación sobre las reuniones entre el personal del magnate y funcionarios de inteligencia rusos, sobre lo que se considera una intromisión de Moscú en la contienda electoral estadounidense.

Luis Alvarado, analista político republicano, cree que en un caso como este hubiese hundido a cualquier presidente, pero con Trump “todo es posible, pero no todo es probable”, dijo al explicar que a su juicio existen dudas de que este clamor vaya a prosperar.

Un antejuicio tendría que ser convocado por la Casa de Representantes, cámara que está en control de los republicanos; si se aprobara tendría que nombrarse una comisión especial que investigue al inquilino de la Casa Blanca quien amenazó públicamente a Comey.

Ese mensaje, sostiene el experto conservador, abre el debate sobre la existencia de una grabación en la que esté involucrado Trump.

“Espero que no haya ‘grabaciones’ de nuestras conversaciones que empiecen a filtrarse a la prensa”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente dirigiéndose al exdirector del FBI.

Alvarado afirma que esa publicación de Trump plantea más interrogantes: “¿Existe una grabación”, reflexionó el estratega político. “Eso es lo que le ha traído una nube oscura”, añadió, pero lo que está claro dijo es que “con este presidente lo no normal deja de existir”.

El caso se ha convertido en una bola de nieve, tanto que el fin de semana dos senadores republicanos y el líder demócrata de esa cámara pidieron al presidente que proporcione las supuestas grabaciones de sus conversaciones con Comey.

A criterio de Octavio Pescador, profesor y especialista en Políticas Públicas de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), el antejuicio es improbable en este momento porque los republicanos tienen el control de las dos cámaras del Congreso.

Sin embargo, el investigador asegura que una acusación de obstrucción de justicia como la que se le imputa a Trump muchas veces resulta ser más seria que lo que se persigue realmente, por esa razón el debate ha tomado una magnitud nacional.

“Los republicanos pueden perfectamente nunca ponerlo a moción y no prosperará”, indicó en relación al antejuicio, asegurando que en la Unión Americana el presidente no puede mover la ley a su antojo, por lo tanto no descarta las consecuencias si se comprueban los señalamientos.

“En muchos lugares aunque a los presidentes los agarren la pueden librar, aquí al que se descubra alguna irregularidad la va a pagar”, subrayó Pescador al manifestar que “en Estados Unidos nadie está por encima de la ley”.

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