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Adolescentes, entre el amor y los golpes

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Se conocieron en una tienda de 99 centavos. Ella buscaba lapiceras y él una libreta. Cuando ambos cruzaron miradas sintieron que “fue amor a primera vista”, dice Mary Anna Álvarez. Lo que ella no sabía, es que también estaba encontrando al hombre que habria de abusar físicamente de ella en muy corto plazo.

La joven de tan sólo 16 años de edad explica que el maltrato de su novio empezó en forma de bromas. Pero pasó a jalones de cabello, empujones, pellizcos y besos. Aunque ese comportamiento la desconcertaba, ella estaba segura que no era mas que la señal clara de que entre ellos había una gra pasión.

A menos de cinco meses de haber iniciado el noviazgo, llegaron los puñetazos en la cara, la nariz ensangrentada y los moretones en todo el cuerpo.

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“Fue entonces que me di cuenta que eso no era pasión, sino agresión, pero yo no quería terminar con él porque me daba miedo de que pudiera matarme y porque pensaba que en el fondo, esa era su forma de amarme”, dice Álvarez.

La violencia entre parejas adolescentes es una realidad que muchos jóvenes atraviesan en Estados Unidos, señalan expertos. Lo más grave, explican, es que este delito no es denunciado y se esconde de los adultos por presión, vergüenza y miedo.

Los profesionales advierten a los padres de familia que deben estar atentos al momento donde el chocolate, los globos o el oso de peluche se convierten en el disfraz del maltrato, ya que la mayoría de los padres no creen que la violencia entre parejas adolescentes es un problema mayor.

Un vistazo a las estadisticas

La Coalición Nacional en Contra de la Violencia Doméstica (NCADV), revela que el abuso entre parejas adolescentes “es una epidemia pública de salud que requiere estrategias de prevención e intervención”.

A nivel nacional, anualmente cerca de 1.5 millones de estudiantes de preparatoria (de 14 a 18 años de edad) experimentan abuso físico de su pareja. Además, uno de cada tres adolescentes es víctima de algún tipo de abuso físico, sexual, emocional o verbal, revelan estadisticas de NCADV.

La organización asegura que cerca de 20.9 por ciento de mujeres estudiantes de preparatoria y un 13.4 de hombres, son abusados sexualmente por sus parejas.

A nivel estatal, las estadisticas tampoco son alentadoras, el hecho es que 22 por ciento de asesinatos de mujeres entre los 16 y los 19 años de edad son cometidos por una pareja o ex pareja.

El comportamiento violento típicamente comienza entre los 12 y 18 años, aunque las jóvenes de entre los 16 y 24 experimentan la tasa más alta de violencia entre parejas, casi el triple del promedio nacional entre adultos, según un estudio de California Adolescente Health Collavorative (CAHC), una organización que promueve la salud de los adolescentes.

El peligro de la relación violenta

Aunque el abuso puede ser verbal, emocional o físico, muchos jóvenes no pueden reconocer que se encuentran en una relación peligrosa porque han visto ese comportamiento en la familia y piensan que es normal, dicen Carla Ortiz, organizadora de jóvenes para East Los Ángeles Women Center, una organización que brinda servicios a las víctimas de violencia doméstica y violación.

Muchas de estas relaciones terminan en el aislamiento de los jóvenes abusados, la depresión, el riesgo de las drogas, desordenes en la alimentación así como comportamiento agresivo y sexual de alto riesgo, asevera Ortiz.

En casos extremos, el hecho de ser abusada sexualmente dentro del noviazgo hace que las adolescentes tengan seis veces más probabilidades de quedar embarazadas y el doble de probabilidades de contraer una infección de transmisión sexual. De hecho, la mitad de los jóvenes que han sido víctimas de violaciones intentan suicidarse, afirma CAHC.

En el caso de Álvarez, estas consecuencias le son conocidas. La menor afirma que no se dio cuenta del abuso hasta que un golpe de su novio hizo que su nariz sangrara abundantemente. “Aún así acepté fumar marihuana con él, como una forma de reconciliación, aunque después pensar en matarme”, dice la joven.

La tecnología y el silencio

Los teléfonos celulares y las redes sociales se utilizan cada vez más para monitorear y acosar a la pareja, admite Quentong Page, director de programas para DOVES, una organización para víctimas de violencia doméstica en el condado de San Bernardino.

“Cuando la víctima cede a las peticiones de la pareja, cómo enviar una foto desnuda, ésta no reporta el abuso ante las autoridades por miedo al qué dirán y vergüenza ante los padres que le dirán que escogieron la persona equivocada”, sostiene Page.

Estadisticas de CAHC confirman que un 83 por ciento de estudiantes prefieren contarle sus problemas de maltrato a sus amistades que a algún maestro, consejero o padre de familia.

La preocupación más grande entre expertos, es que menos del 10 por ciento de pediatras examinan a los menores para este tipo de abuso mientras que un 58 por ciento de padres no sabe reconocer las señales y un 80 por ciento cree que el tema de la violencia entre jóvenes no es tan grave.

La madre de Álvarez, quien no quiso revelar su nombre, aceptó no haberse dado cuenta de lo que atravesaba su hija, hasta que ella misma se lo dijo.

“Yo la veía distraída, a veces triste, pero nunca pensé que fuera víctima de abuso por parte de su novio”, dice la señora.

Las leyes

A nivel estatal, el gobernador de California, Jerry Brown, firmó la AB 329, una ley que ordena la educación sobre la salud sexual en los grados 7 a 12. La ley efectiva a partir de enero del 2016, requiere que en las aulas los estudiantes obtengan información completa sobre el “acoso sexual, agresión sexual, abuso entre parejas adolescentes, violencia y tráfico sexual”.

Un año después de dejar a su novio, Álvarez aún le tiene miedo: “No lo he visto, no íbamos a la misma escuela, pero aprendí mi lección de correr a la primera oportunidad que me agredan o me levanten la mano”.

La joven da gracias a su madre que la apoyó, pero enfatiza que muchos jóvenes gay, lesbianas, bisexuales y transgénero, experimentan el mismo abuso que los jóvenes heterosexuales así como los adolescentes de hogares de crianza.

Febrero, Mes del Amor y la Amistas, también es el Mes de la Prevención de la Violencia entre parejas jóvenes. Para pedir asistencia:

DOVES

41943 Big Bear Blvd. Big Bear Lake, CA 92315 o llamar al 909.866.1546

East Los Angeles Women’s Center

1255 South Atlantic Boulevard Los Angeles, CA 90022 o llamar al 323.526.5819

House of RUTH

599 N Main St, Pomona, CA 91768 o llamar al 909.623.4364.

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