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Capitana de LAPD acusa al departamento de alterar las estadísticas delictivas para hacer que la ciudad parezca más segura

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Una capitana del departamento de policía de Los Ángeles ha acusado a los miembros de alto rango de ese departamento de clasificar mal los crímenes violentos y engañar al público sobre el verdadero estado de la delincuencia en la ciudad.

La capitana Lillian Carranza, que supervisa la estación Van Nuys del LAPD, alegó en un reclamo presentado contra la ciudad la semana pasada, que comenzó a notificar a sus superiores en 2014 sobre el subregistro de delitos en el área de Foothill, que incluye Pacoima, Sunland y Tujunga, pero que no se tomó ninguna acción.

De acuerdo con el reclamo, después de asumir el mando de la estación de Van Nuys en 2015, llevó a cabo su propio análisis de los informes de delitos violentos almacenados en una base de datos de LAPD.

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El reclamo de ocho páginas, que generalmente precede a una demanda judicial civil, no incluía los datos sin procesar que Carranza usó en su análisis.

Las agresiones agravadas en 2016 fueron subreportadas en aproximadamente un 10% en las divisiones del Pacífico y Central, según el reclamo, que alega que esos casos fueron clasificados erróneamente como delitos menos graves.

El LAPD, según la denuncia de Carranza, “participó en un encubrimiento complejo en un intento por ocultar el hecho de que los oficiales de comando habían estado proporcionando al público datos falsos de crímenes, con el propósito de convencer al público de que el crimen no había aumentado significativamente”.

Un análisis más reciente de las divisiones de Hollenbeck y Mission realizado por Carranza, también mostró un subregistro de asaltos agravados del 10% en 2017, según su afirmación.

El LAPD no hizo ningún comentario sobre las acusaciones de Carranza, citando el litigio pendiente. Pero en una declaración emitida por el vocero de LAPD, Josh Rubenstein, el departamento promocionó la precisión de sus estadísticas delictivas y el desarrollo de una unidad especial que analiza sus datos.

“Cuando se encuentran errores, los registros se corrigen y se toma una capacitación adicional y otras medidas correctivas”, dijo la declaración.

“La integridad en todo lo que decimos y hacemos es un valor central para el departamento y cualquier acusación relacionada con la precisión de nuestros informes se tomará muy en serio y se investigará como un posible asunto disciplinario”.

Carranza presentó múltiples quejas sobre las discrepancias en los datos y en septiembre un supervisor le dijo que no recibiría un ascenso a comandante porque ella estaba “entrometiéndose en los asuntos de los demás”, según el reclamo.

Como resultado de esto, ella está buscando daños y perjuicios por los salarios perdidos y el dinero de las pensiones que no obtuvo por no conseguir la promoción, así como por la angustia emocional y lesiones físicas no especificadas.

Las acusaciones se producen después de que una investigación de Los Angeles Times en 2014 descubrió que el LAPD clasificó erróneamente cerca de 1.200 crímenes violentos durante un año que finalizó en septiembre de 2013. Las golpizas, apuñalamientos y robos que deberían haber sido clasificados como agresiones agravadas fueron registrados como ofensas menores. Si se registra correctamente, las cifras de asaltos agravados en el período de un año habrían sido casi un 14% más altas, según The Times.

El periódico también encontró que de 2005 a otoño de 2012, el LAPD clasificó erróneamente unos 14,000 asaltos agravados como ofensas menores, reduciendo artificialmente la tasa de delitos violentos de la ciudad.

Después de los informes de Los Angeles Times, una auditoría de 2015 del inspector general del LAPD estimó que el departamento clasificó erróneamente más de 25,000 agresiones agravadas como incidentes menores de 2008 a 2014.

Las cifras erróneas “se debieron a una combinación de problemas sistémicos, deficiencias de procedimiento, conceptos erróneos en todo el departamento sobre lo que constituye un asalto agravado, y, en un pequeño número de casos, errores individuales”, encontró la auditoría.

Después de los informes, el jefe de policía de LAPD, Charlie Beck, reconoció que el proceso de registro de crímenes tenía problemas e implementó cambios para aumentar la rendición de cuentas y el entrenamiento en la clasificación. Entre las reformas se encuentra la creación de una Unidad de Integridad de Datos, que consiste en un pequeño equipo de detectives y analistas de datos responsables de mejorar los informes de delitos.

En su reclamo, Carranza dijo que notificó a la Unidad de Integridad de Datos sobre las discrepancias en el reporte de crímenes violentos. “Sin embargo, no se tomaron medidas”, afirmó su reclamo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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