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La Justicia avaló que una estudiante lleve a la escuela una camiseta con la leyenda: ‘Nadie sabe que soy lesbiana’

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La pasada semana, un distrito escolar del centro de California acordó cambiar su código de vestimenta luego de enfrentar una demanda de atentado a la libertad de expresión por parte de una estudiante de tercer año, o junior, quien fue enviada a su casa luego de presentarse en su escuela luciendo una camiseta con la leyenda: “Nadie sabe que soy lesbiana”.

Taylor Victor -de 16 años de edad y alumna de Sierra High School, en Manteca- y su madre demandaron a dos administradores de la escuela después de que éstos le pidieran a Victor que se cambiara de camiseta porque era inapropiado exponer la sexualidad y violar el código de vestimenta del Distrito Escolar Unificado de Manteca.

La American Civil Liberties Union (ACLU), que representa a Victor, dijo que llegaron a un acuerdo con el distrito, aprobado por la junta directiva el martes pasado. Bajo los términos del acuerdo, el distrito y sus administradores negaron estar en falta. El distrito acordó cambiar su condigo de vestimenta para clarificar que no se puede prohibir a los estudiantes utilizar ropa que apoye su identidad o la de sus compañeros, en base a raza, género, religión, orientación sexual y otras características.

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“En todas las preparatorias, los estudiantes siguen siendo apoyados en su derecho de expresarselibremente”, afirmó en una declaración dada a conocer el miércoles 17 por el Distrito Escolar de Manteca. “Nuestra prioridad número uno sigue siendo mantener a nuestros niños seguros, tantofísica como emocionalmente”.

Linnea Nelson, abogada de ACLU que representó a Taylor, expresó en una entrevista que ser lesbiana “es una parte importante de la identidad de Taylor, y que hablar de ello en la escuela no debe ser censurado”.

“Los estudiantes no dejan su derecho a la libertad de expresión cuando entran por las puertas de la escuela”, dijo Nelson. “Finalmente, la ley sobre este tema es muy clara; las escuelas públicas no pueden censurar las creencias personales de los estudiantes simplemente porque piensan que podrían ser objeto de controversia”.

En agosto de 2015, Taylor llevó puesta a la escuela su nueva camiseta. Luego de reconocer su identidad sexual en 2014, la alumna siempre fue clara acerca de su lesbianismo. Con el apoyo de su familia y amigos, se sintió segura de lo que llevaba puesto a la escuela ese día. La camiseta “me hizo reír, porque casi todo el mundo sabe que soy lesbiana”, escribió Taylor en un blog de la sede del norte de California de ACLU.

Durante todo el día, los estudiantes elogiaron su prenda. Pero durante el tercer período, el maestro de Taylor se dio cuenta de ésta y envió a la alumna a hablar con el subdirector, Greg Leland, quien fue nombrado como uno de los acusados en la demanda presentada en Sacramento ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidos, en octubre pasado. Leland, según la demanda, le dijo a Victor que se cambiara de ropa, “basándose en que no se permitíamostrar la ‘sexualidad’ en las prendas”. Taylor se negó a cambiarse la prenda y, con el permiso de sus padres, se fue a casa. Al día siguiente, la estudiante se reunió con Leland para decirle que el código de vestimenta no prohibía llevar esa camiseta. El funcionario de la escuela respondió que no se permitía mostrar “ni las opciones ni las creencias personales” en la ropa, y que la camiseta había violado el código de vestimenta porque era “perjudicial” y podría ser “relacionada con pandillas”, según precisa la demanda.

El asistente del director, Dan Beukelman, que también es uno de los acusados, le dijo a Taylor que no podía vestir eso porque era “promover la actividad sexual” y una “invitación abierta a las relaciones sexuales”, según la demanda. Beukelman explicó a Taylor que, incluso si una camiseta semejante fuese permitida en otras escuelas del distrito, ésta estaría prohibida en Sierra High School, indican los documentos de la corte.

Como parte del acuerdo, el distrito accedió a que Taylor utilice en la escuela su camiseta con la leyenda “Nadie sabe que soy lesbiana”, y también se compromete a tomar “medidas razonables para proteger a [Taylor] de cualquier acoso o intimidación por parte de otros estudiantes o de cualquier empleado del distrito”, como reacción por traer puesta la camiseta.

El distrito también estuvo de acuerdo en dar formación periódica a los administradores de escuelas secundarias acerca de los derechos de los estudiantes en lo que concierne a la libertad de expresión, y accedió a pagar a ACLU del Norte de California la suma de $63,000 en honorarios y costos de abogados.

En su blog, Taylor dijo que estaba contenta con el resultado. “Estoy muy orgullosa de lo que soy”, escribió. “Por ese motivo me puse esa camiseta. Y por ello voy a seguir usándola, porque después de meses de luchar esta batalla de censura, por fin la ganamos”.

hailey.branson@latimes.com
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Traducción: Diana Cervantes

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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