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Director escolar de Encino salvó la vida de una de sus empleadas

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Vallejo, quien prepara la comida para los estudiantes, había terminado su turno en la cafetería en Hesby Oaks Leadership Charter. Alrededor de la 1:30 p.m., la mujer se dirigió a la oficina del administrador para firmar su salida, giró para salir de la sala, y de pronto cayó al piso.

Afortunadamente para Vallejo, el director de la escuela, Movses Tarakhchyan, había sido salvavidas. Sumado a ello, como una de sus primeras medidas al asumir el cargo, el directivo había exigido que toda la escuela reciba recibiera entrenamiento en resucitación cardiopulmonar asistida (CPR, por sus siglas en inglés) durante el verano.

Tarakhchyan recibió una llamada por radio de sus empleados: había alguien lesionado, y lo necesitaban. El funcionario corrió a la cafetería, recuerda ahora, pensando que podría tratarse de un estudiante lastimado en la clase de educación física.

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En lugar de eso, encontró a Vallejo en la parte de atrás de la oficina del administrador, con un poco de espuma en su boca. Tarakhchyan creyó que la mujer estaba teniendo una convulsión, entonces la volteó hacia el costado. Después le revisó el pulso, pero no lo encontró.

La escuela cuenta con una enfermera dos veces por semana, y el 29 de febrero no estaba allí. Entonces, un empleado llamó al 911 mientras otro corría para traer el desfibrilador electrónico, mientras el director comenzaba a realizar las maniobras de CPR en el pecho de Vallejo y le revisaba el pulso. “No es como en las películas, en donde después de dos o tres intentos la persona despierta”, afirma Tarakhchyan. El director cree que las maniobras de resucitación continuaron durante 5 minutos completos, algo difícil de precisar, considera, porque en esa situación uno siente como si el tiempo se hubiera detenido.

Tarakhchyan asegura hoy en día que el desfibrilador le salvó la vida a Vallejo. Hay 411 máquinas de este tipo distribuidas en más de 780 escuelas en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD, por sus siglas en inglés). Todos los establecimientos educativos construidos después de 2014 cuentan con uno, informó el portavoz del LAUSD Samuel Gilstrap. El distrito no cuenta con una estimación de las escuelas que han recibido entrenamiento en CPR; cuando se solicita, reciben ayuda de los distritos.

Cuando Tarakhchyan utilizó el desfibrilador de Hesby Oaks no pudo hallar el pulso, entonces la maquina le habló en voz alta y le dijo que tratara a Vallejo con un shock eléctrico. El hombre lo hizo, pero tres minutos más tarde la máquina repitió: “No se encontró pulso. Se recomienda un shock eléctrico”. Tarakhchyan aplicó la recomendación.

Durante todo el proceso, el director recordó la última vez que había intentado salvar una vida. Cuatro años atrás, el padre de Tarakhchyan murió de un ataque al corazón en su patio trasero. Él había intentado darle CPR, pero esa vez no funcionó. Más tarde, su familia descubrió que el ataque al corazón había sido tan fuerte, que el padre del director probablemente había muerto antes de caer al suelo.

Tarakhchyan no pensó que esta vez sería diferente. Sin embargo, pasaron tres minutos y la máquina volvió a hablar: “Pulso encontrado”. Finalmente, llegó la ambulancia.

Los técnicos de emergencia desconectaron la máquina y felicitaron a Tarakhchyan por haber mantenido a su empleada con vida.

Manuel Vallejo salió de su turno en el almacén a las 3 p.m. esperando ver a su esposa, que por lo general pasaba a recogerlo. En su lugar, vio a su hijo de 19 años de edad. Como Vallejo no tenía servicio de celular en el trabajo, la escuela llamó a su hijo mayor, que reside en el norte de California. Todo lo que se sabía era que Elizabeth Vallejo estaba en el hospital, y que había sufrido un ataque al corazón.

Padre e hijo se dirigieron velozmente hasta Providence Tarzana Medical Center, donde a Elizabeth le estaban practicando una angioplastia, una cirugía para desbloquear las arterias.

Mientras ambos esperaban, el encargado al que le reporta Elizabeth relató a Manuel Vallejo lo que había sucedido. Parecía como hubiera recibido un puñetazo en el estómago, dijo, mientras se preguntaba qué habría ocurrido si el ataque al corazón hubiera sucedido unos minutos más tarde, mientras la mujer estaba en el coche, o si el director no hubiera estado allí, o si no hubiera sabido realizar las maniobras de CPR.

El médico le comunicó a Manuel que su esposa era afortunada de estar viva. El cardiólogo que trató a Elizabeth, el Dr. Daniel Manavi, confirmó que el tratamiento de CPR aplicado por Tarakhchyan había salvado su vida.

Manuel conoció a su esposa en Filipinas, y ambos se trasladaron a California en la década de 1980. Después se plantearon tener dos hijos, uno de los cuales quiere ser enfermero. Los dos primeros días de hospitalización, cuando el estado de salud de su mujer aún no era claro, Manuel durmió sólo unos 45 minutos.

Elizabeth Vallejo no recuerda nada sobre el ataque al corazón, sólo sabe que despertó en el hospital. Pero al hablar de ello, dos semanas más tarde, llora. “Esta es mi segunda vida”, dijo por teléfono, entre lágrimas. “El director no se dio por vencido”.

Sonali Kohli en Sonali.Kohli@latimes.com o por Twitter en @Sonali_Kohli.

Traducción: Diana Cervantes

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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