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Antes de mezclar marihuana con la comida, lee esto

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¿Le pondrás un poco de marihuana a tu tocino? ¿O una pizca en tu café? ¿O un poquito en la miel que verterás en tus hot cakes?

La decisión es tuya.

Para alegría y alarma de muchos, el cannabis se está poniendo prácticamente en todo tipo de comidas y bebidas, desde ravioles y barbacoa hasta jugos y sidra.

Los consumidores de marihuana medicinal han usado comestibles desde hace mucho para aliviar el dolor, combatir el insomnio y aumentar su apetito.

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Pero los comestibles también son cada vez más populares entre los usuarios por recreación, muchos de los cuales abusan de los productos y terminan enfermándose, a veces de manera grave.

“Los comestibles pueden ser muy peligrosos si no se usan correctamente”, señaló Jay Frentsos, un experto en la tienda de Bay Park de Urbn Leaf, que vende marihuana medicinal en varias presentaciones.

El establecimiento es una de las muchas tiendas que se están preparando para vender aún más productos comestibles en enero, cuando el estado comience a permitir que los puntos de venta autorizados comercialicen marihuana recreativa a personas mayores de 21 años. Tales ventas fueron sancionadas por la Proposición 64, que fue aprobada por los votantes en noviembre de 2016.

La venta de comestibles es una fuente de preocupación para el estado, que hace días emitió nuevas reglas de trabajo que imponen restricciones más estrictas a dichos productos. Los cambios incluyen límites en la cantidad de THC que se puede colocar en comestibles. El THC es el principal compuesto en las plantas de marihuana que altera la mente.

Las nuevas reglas, que podrían ajustarse, dicen que los comestibles no pueden tener más de 10 mg de THC por porción, o más de 100 mg por paquete. Las regulaciones agregan que “otros productos de cannabis, tales como tinturas, cápsulas y productos tópicos, están limitados a un máximo de mil mg por paquete para el mercado de uso para adultos y 2 mil mg de THC por paquete para el mercado de uso medicinal”.

Algunas tiendas, incluido Urbn Leaf, han estado vendiendo productos que contienen hasta mil mg de THC.

El Departamento de Salud Pública de California también emitió pautas que dicen que “el envasado de productos de cannabis no puede parecerse a los paquetes de alimentos disponibles tradicionalmente”.

“Los productos comestibles no pueden tener forma de ser humano, animal, insecto o fruta. Algunos alimentos potencialmente peligrosos, como carne y mariscos, y otros productos que requieren refrigeración, están prohibidos para la venta como productos de cannabis”.

Las reglas estipulan además que las etiquetas de los productos “no sean atractivas para personas menores de 21 años”.

A los reguladores les preocupa que algunos clientes puedan confundir los productos comestibles con los alimentos tradicionales. Por ejemplo, algunas tiendas de cannabis venden Weetos, un producto infundido con marihuana cuyo paquete se parece mucho al de Cheetos, un producto que no es de marihuana.

Es probable que los reguladores otorguen tiempo a las tiendas para que eliminen sus existencias y las reemplacen por productos que cumplan con las nuevas restricciones.

Hasta la fecha, el uso de marihuana comestible no representa un problema importante de salud pública.

“En comparación con la cantidad de personas que lo usan, (las sobredosis de comestibles) son bastante pequeñas”, dijo el Dr. Richard Clark, profesor de medicina de emergencias y director de toxicología en UC San Diego Health.

“Desde una perspectiva de salud pública, me preocupa menos que el alcohol”.

Pero Clark también dijo que es probable que haya un aumento en las sobredosis, o malas experiencias, cuando las ventas de cannabis recreativo comiencen en enero.

“Va a haber un aumento temporal”, señaló Clark. “Si miras a otros estados, como Colorado, hay un pico temporal a medida que las personas se acostumbran a la idea de que esté allí y que más personas se sientan cómodas usándola”.

Los expertos dicen que la marihuana comestible no es inherentemente peligrosa. El problema es que las personas la metabolizan de forma diferente, por lo que no es evidente inmediatamente para los usuarios qué dosis pueden manejar cómodamente.

“La euforia por comestibles ocurre aproximadamente una hora después de la ingestión, por lo que es más difícil para los usuarios, especialmente los inexpertos, anticipar de qué manera se verán afectados”, expresó el Dr. Thomas Marcotte, un psiquiatra de UC San Diego que también realiza estudios en el Centro para la Investigación de Cannabis Medicinal de la Universidad.

“La euforia también tiende a durar mucho más, y en realidad puede ser más intensa que cuando se fuma, porque el THC se metaboliza en una forma psicoactiva diferente cuando pasa a través del hígado”.

“Los efectos también pueden ser modificados por el historial de consumo de cannabis de la persona, ya que los usuarios frecuentes pueden experimentar un impacto cognitivo menor que los usuarios ocasionales”.

Clark dijo: “Hemos tenido (pacientes) que comieron (comestibles) y dijeron: ‘Wow, esto es mucho más fuerte de lo que suelo obtener’ y tienen una reacción de tipo ansioso. Están preocupados de que algo esté mal. Generalmente es un síntoma espontáneo: desaparece después de varias horas”.

También hay preguntas sobre el control de calidad cuando se trata de la producción de marihuana comestible. A principios de este año, en una larga revisión de campo, la revista New Yorker se refirió al incipiente mercado de California como “una industria naciente sin métodos confiables para elaborar y dosificar”.

Para reducir las malas experiencias, Frentsos y otros expertos les dicen con frecuencia a los clientes que se aseguren de saber lo que están comiendo y que consuman lentamente. El mantra es: “Siempre puedes comer más. Nunca puedes comer menos.”

Los expertos generalmente recomiendan que una persona comience con un producto comestible que contenga solo 5 mg de THC, luego espere entre 30 y 60 minutos para ver cómo los afecta. Los expertos dicen que 5 mg es aproximadamente igual a una o dos fumadas de un cigarrillo (churro).

Esta es una forma efectiva para que una persona encuentre su “nivel de dosis personal”.

Incluso entonces, puede haber problemas. Notablemente, la tentación.

Muchos comestibles se ven y huelen deliciosos, y son prácticamente indistinguibles de lo que una persona puede comprar en el mercado de la esquina. Los arándanos de chocolate con leche vendidos en Urbn Leaf se parecen a Milk Duds. Las gomitas se parecen, bueno, a las gomitas. Y las barras de chocolate Kiva podrían confundirse con muchos chocolates finos. Es fácil excederse.

El envase bonito y los alimentos sabrosos representan un intento específico de atraer a las personas que desean consumir marihuana de forma más discreta, sin el uso de pipas de agua, pipas o vaporizadores.

“Queremos que el cannabis sea aceptable para alguien que nunca lo haya usado antes, y esta es una manera fácil y social de hacerlo”, señaló Leone Posod, que dirige Treat Yourself con su socia comercial, Cindy Pinzon.

La compañía Tustin produce pequeñas tartas ligeramente imbuidas con marihuana. Su campaña publicitaria se centra claramente en consumidoras femeninas.

“Cindy y yo sentimos que las mujeres han estado subrepresentadas en los dispensarios (de marihuana)”, comentó Posod. “No había productos orientados a las mujeres y sus intereses en la salud. Nuestro producto tiene que ver con el bienestar”.

Posod y Pinzon comenzaron su empresa hace 2.5 años. Al principio, producían alrededor de 200 tartas por mes. Ahora, son algunos miles. Pero no están seguros de si el inicio de las ventas recreativas en enero va a conducir a un crecimiento explosivo de los comestibles”.

Pinzón agregó: “Recientemente nos hemos dado cuenta de que debemos ser pacientes. Todos han estado señalando al primero de enero como el comienzo de todo esto. Eso solo ha causado mucha ansiedad. Va a tomar un tiempo descubrir qué va a pasar”.

“Para nosotros, no se trata de ganar dinero rápido. Se trata de establecer un negocio para esto. Estamos viendo el largo plazo”.

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