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Viento y lluvia alivian el excesivo calor en Pakistán

Varios hombres llevan a un hombre al hospital tras sufrir un golpe de calor en Karachi, Pakistán, el 23 de junio de 2015. (Foto AP/Shakil Adil)

Varios hombres llevan a un hombre al hospital tras sufrir un golpe de calor en Karachi, Pakistán, el 23 de junio de 2015. (Foto AP/Shakil Adil)

(Shakil Adil / AP)
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El viento del mar y las lluvias previas al monzón refrescaron el sur de Pakistán el miércoles, marcando el probable fin de una ola de calor que dejó al menos 749 muertos, informaron las autoridades.

Las temperaturas en la agobiada Karachi bajaron a 34 grados Celsius (93,2 Fahrenheit), dijo el meteorólogo Abdur Rasheed. Los hospitales recibieron menos enfermos que en días anteriores, cuando había personas deshidratadas tendidas hasta en los pasillos.

La ciudad portuaria sufrió la ola de calor más grave de los últimos 10 años, con temperaturas de hasta 45 grados Celsius (113 Fahrenheit). La escasez de agua corriente y el ayuno del mes sagrado de Ramadán agravaron la situación.

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Karachi, con 20 millones de habitantes, adolece de una infraestructura eléctrica deficiente y escasez de agua potable. Las personas con medios económicos dependen de camiones cisterna que llevan agua a sus casas.

Mohammad Sabir, un alto funcionario, dijo que al menos 749 personas murieron a causa de la ola de calor en la provincia de Sindh, cuya capital es Karachi.

En lo peor de la ola de calor, los habitantes de Karachi trataban de refrescarse en los bebederos públicos o donde había caños rotos. Algunos se bañaban vestidos. En medio de los apagones, mujeres y niños salían de sus casas para buscar refugio en los caminos.

“Estamos forzados a dormir en las calles”, dijo un vecino, Muzafar Khan.

Los partidos políticos de la provincia sureña y el gobierno federal intercambiaron acusaciones por el desastre durante un debate en el parlamento. Algunos dijeron que en Karachi no había vehículos suficientes para llevar los ataúdes al cementerio y que los sepultureros cobraban sobreprecios.

“Realmente lloré cuando supe de un hombre pobre que no tenía dinero para pagarle al sepulturero”, dijo el legislador opositor Abdul Rashid Godil.

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