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Secuestro express y rescate en divisas, un delito en auge en Venezuela

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En la violenta Venezuela, el secuestro express es uno de los delitos más comunes e impunes y las bandas han comenzado a pedir dólares o euros por los rescates, el botín más apetecible en un país con control de cambio, pero que rara vez se consigue.

“Cuatro hombres me abordaron en la calle, de noche, cuando iba a montarme en el carro. Me apuntaron con pistolas y me obligaron a llevarlos a mi casa. Se llevaron mil dólares que tenía en efectivo, el celular, una computadora y el carro”, contó Carmen.

Esta comerciante —que mantiene en reserva su apellido por seguridad— fue víctima el mes pasado de un delito que, según estimaciones de especialistas, se cuenta por decenas de casos a la semana solo en Caracas.

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Fuentes policiales dijeron que las bandas pueden secuestrar y liberar en una misma noche a varias personas y que piden —según el perfil de la víctima— hasta 50,000 dólares de rescate.

Un negociador privado explicó que el año pasado se disparó el cobro de rescates en divisas extranjeras debido a la devaluación de la moneda local.

“Los familiares de los rehenes juntan sus ahorros en dólares y euros en efectivo cuando el rescate no supera los 10,000 dólares. Cuando piden más, los secuestradores acceden a negociar en bolívares”, detalló.

Así ocurrió con Raúl, un empresario que estuvo secuestrado durante tres días en marzo.

Es la segunda vez que sufre un rapto en los últimos cuatro años. Sus captores le pidieron 30,000 dólares y sometieron a sus familiares a una dura puja por teléfono que se resolvió con la entrega de 900,000 bolívares (para el momento unos 3,600 dólares en el mercado negro).

“Los secuestradores sabían a qué hora entraban y salían mis hijos del colegio, dónde trabajaba mi esposa, y en qué bancos tengo cuentas. Ahora me llaman cada dos semanas para amenazarme si no les pago vacuna (extorsión)”, detalló.

En esas negociaciones es común descubrir que los secuestradores se comunican desde centros penitenciarios cuando se rastrean las llamadas que hacen a los parientes de las víctimas, explicó el negociador. Reconoció que cobra 35% de lo que los familiares pagan en un rescate.

Modalidad de América Latina

Los “secuestros express” suelen ser ejecutados por jóvenes menores de 25 años que buscan dinero fácil y rápido. Recurren al maltrato físico y psicológico para obligar a los cautivos a pagarles en pocas horas.

Roberto, por ejemplo, fue interceptado por cinco jóvenes que a lo largo de las tres horas que lo tuvieron secuestrado lo golpearon varias veces. “Me amenazaron con meterme un tiro en la cabeza y dejarme tirado por ahí si no les pagaba”, recordó.

Es una modalidad usual en América Latina, en países como México o Colombia, donde abundan lo que se conoce como “paseo millonario”, secuestros normalmente en taxis, en los que obligan a las víctimas a retirar dinero de los cajeros automáticos.

El abogado criminalista Mario Mármol García dijo que el secuestro es el delito que más ha crecido en Venezuela en la última década, con un incremento de 300% desde 2009.

“Antes los delincuentes clonaban tarjetas y atracaban blindados o bancos, pero esos operativos ya no son rentables e implican mucho riesgo. Por eso muchas bandas prefieren el secuestro”, aseguró.

Otros implicados

Las únicas cifras oficiales disponibles sobre extorsiones y secuestros en Venezuela figuran en el informe anual de 2014 de la Fiscalía, que recibió 599 casos el año pasado, de los cuales poco menos de un tercio derivaron en imputaciones.

La AFP solicitó sin éxito una entrevista con la fiscal general, Luisa Ortega Díaz.

Las leyes venezolanas penalizan el secuestro con hasta 30 años de prisión. Es uno de los cuatro delitos más cometidos en el país junto con el homicidio, el hurto y el robo de vehículos, según datos del ministerio del Interior.

Marcos Tarre Briceño, analista de seguridad ciudadana y experto del no gubernamental Observatorio del Delito Organizado en Venezuela, advirtió que en un “alto porcentaje” de los raptos hay policías y militares implicados.

Además, los investigadores del observatorio calculan que 13% de las personas secuestradas en 2014 fueron asesinadas durante el plagio, explicó Tarre, y aseguró que este año se han disparado los “secuestros virtuales”: las bandas contactan a familiares de una persona que en realidad nunca fue raptada para pedir rescate.

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