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Largas filas antes de apertura de algunos bancos en Grecia

Un grupo de personas hacen cola para utilizar un cajero automático en el exterior de una oficina bancaria cerrada, en Atenas, el 30 de junio de 2015.

Un grupo de personas hacen cola para utilizar un cajero automático en el exterior de una oficina bancaria cerrada, en Atenas, el 30 de junio de 2015.

(Thanassis Stavrakis / AP)
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Los ministros de Finanzas de la eurozona valorarán la última propuesta de ayudas de Grecia, horas después de que el programa de rescate internacional al país expirara sin lograr un acuerdo, impidiendo el acceso de Atenas a financiación vital y aumentado el temor a que no pueda permanecer en la moneda única.

Tras no poder pagar cerca de 1.600 millones de euros (1.800 millones de dólares) al Fondo Monetario Internacional, Grecia se convirtió en el primer país desarrollado en no cumplir con los plazos del fondo. El último país en esta situación fue Zimbabwe en 2001.

La teleconferencia de los ministros de la eurozona el miércoles tendrá lugar luego de que los responsables dijeran el martes por la noche que no había forma de alcanzar un acuerdo para ampliar el rescate antes su vencimiento a medianoche.

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“Sería una locura ampliar el programa”, dijo el ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, que preside el grupo formado por los ministros de Finanzas de la eurozona, conocido como eurogrupo, el martes por la noche. “Eso no puede suceder y no va a suceder”.

Líderes griegos propusieron nuevos términos para un posible tercer rescate al tiempo que enfrentaban las consecuencias del cierre de los bancos y la bolsa esta semana.

A las puertas de las 1.000 sucursales bancarias que, tras recibir la orden el gobierno, reabrirán el miércoles para ayudar a los jubilados se formaron largas filas. Los desesperados pensionistas sin tarjetas de crédito podrán a obtener hasta 120 euros (134 dólares) en efectivo. Este grupo está los más castigados por la medida, con decenas de miles de pensiones todavía pendientes de abono el martes por la tarde.

El vencimiento del rescate internacional se produjo tras un tenso fin de semana en el que el primer ministro, Alexis Tsipras, anunció la celebración de un referendo sobre las propuestas de los acreedores internacionales el próximo domingo, e instó a votar “no”.

Esto avivó los temores de que el país pudiese salir del euro pronto y los griegos corrieron a retirar dinero de los cajeros automáticos, provocando que el ejecutivo decidiese decretar el cierre de los bancos el lunes e imponer restricciones a transacciones bancarias durante al menos una semana. Los ciudadanos no pueden retirar más de 60 euros diarios (67 dólares) de los cajeros y no pueden enviar dinero al extranjero ni realizar pagos internacionales sin un permiso especial.

Pero en un movimiento sorprendente la noche del martes, el viceprimer ministro Yannis Dragasakis dio a entender que el gobierno podría estar abierto a suspender la consulta popular, apuntando que era una decisión política.

El gobierno decidió sobre el referendo, dijo en la televisora estatal, “y puede decidir sobre algo más”. Sin embargo, no estuvo claro cómo podría llevarse a cabo ya que el Parlamento ya aprobó la celebración de la consulta.

Con su economía al borde del precipicio, Grecia sufrió el martes la segunda rebaja en la calificación de su deuda soberana en dos días cuando la agencia Fitch hundió todavía más el bono griego en la categoría de basura, solo un punto por encima del nivel considerado como suspensión de pagos inevitable.

En los mercados internacionales, las acciones de Japón y Hong Kong subieron ligeramente el miércoles mientras los inversionistas esperaban acontecimientos tras la entrada de Grecia en la lista de morosos del FMI.

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