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Colombia le da a un mundo convulsionado motivos para sonreír

El presidente de Colombia Juan Manuel Santos (izq) agradece los aplausos de los integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU tras entregarle al presidente de ese cuerpo Jon Ker una copia de los acuerdos de paz entre su gobierno y las FARC el 21 de septiembre del 2016.

El presidente de Colombia Juan Manuel Santos (izq) agradece los aplausos de los integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU tras entregarle al presidente de ese cuerpo Jon Ker una copia de los acuerdos de paz entre su gobierno y las FARC el 21 de septiembre del 2016.

(Julie Jacobson / AP)
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Concentró toda la atención cuando ingresó al salón del Consejo de Seguridad, repleto de dignatarios mundiales que se acercaron a felicitarlo uno por uno. Recibió un cálido aplauso al hablar ante la Asamblea General.

El presidente de Colombia Juan Manuel Santos está en boca de todos. En un mundo convulsionado por conflictos armados y una profunda crisis causada por movimientos masivos de refugiados y migrantes, el acuerdo de paz entre su gobierno y la guerrilla de las FARC le ha dado a las Naciones Unidas motivo para sonreír.

Los dignatarios mundiales asistentes a la Asamblea hacen hincapié en reconocer la voluntad de paz tanto del gobierno como de las FARC. Pero ante la ausencia de representantes de la guerrilla --casi todos tienen orden de captura en Estados Unidos por ser considerados terroristas--, Santos acapara todos los elogios.

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“Felicito su visión, su valor y su liderazgo”, dijo el secretario general de la ONU Ban Ki-moon al presentar el miércoles a Santos en el Consejo de Seguridad, al cual el mandatario entregó una copia de los acuerdos de paz. Esta misma semana el rey de España Felipe VI describió a Santos como “la estrella de esta sesión” de la Asamblea.

Y eso fue antes de que comenzasen los discursos y empezasen a llover los elogios de los líderes mundiales a los acuerdos, los cuales todavía deben ser aprobado en un plebiscito. Las encuestas, no obstante, indican que ganará el “sí”.

No hay dudas de que Santos alcanzó otra estatura como estadista tras negociar la paz con la guerrilla más grande de su país, preparando el escenario para la conclusión del conflicto armado más antiguo del hemisferio. El mandatario se jugó su carrera política con una iniciativa que generó muchas suspicacias en Colombia y terminó enemistándolo con su antiguo aliado Alvaro Uribe.

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