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Piden un visión de largo plazo al problema de la sequía en el Corredor Seco Centroamericano

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El director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para América Latina y el Caribe, Miguel Barreto, pidió hoy un visión de largo plazo al problema de la sequía en el Corredor Seco Centroamericano, que abarca Guatemala, El Salvador y Honduras.

“Cuatro años de sequía, uno de mayor nivel que otro, han afectado la producción de alimentos, las oportunidades de ingreso y su seguridad alimentaria en términos de deterioro de los niveles de nutrición” en la región, afirmó Barreto en una entrevista con Efe.

El ecosistema se enfrenta a una problemática que refleja la dificultad que algunos países de renta media tienen en “términos de población vulnerable basada en esquemas que deben ser abordados de otra manera”, señaló.

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La visión de largo plazo debe atender el tema de la asistencia alimentaria y trabajar, al mismo tiempo en esquemas de promoción de desarrollo para que los habitantes puedan prevenir, responder y recuperarse de estos desastres que los afectan cada cierto tiempo.

Barreto, quien asiste a la Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres 2017 en el balneario mexicano de Cancún, aseguró que “el Corredor Seco requiere de una mayor atención internacional” y de un “mayor compromiso de los Estados para tener una visión de largo plazo”.

En la actualidad, los recursos de la cooperación internacional “son cada vez menos para los países en desarrollo” y por eso se debe insistir en la responsabilidad de los Estados y en un enfoque de largo plazo.

El directivo destacó que el Gobierno de Honduras ya cuenta con esta visión estratégica para hacer frente al problema del Corredor Seco.

En el caso del PMA, se trabaja con la Unión Europea para aplicar esquemas de largo aliento que permitan involucrar a unos 25.000 productores en programas que les permitan cambiar sus hábitos de cultivo para volverlos resistentes a la sequía.

Consideró que los Estados han asumido su responsabilidad en el tema de protección social, alimentación y nutrición, aunque falta vincular la solución al cambio climático para evitar el riesgo de que vuelvan a caer en la misma situación en otra sequía.

“Hay que cambiar el hecho de ver al Corredor Seco como una especie de patio trasero de lo que ocurre en el país, e involucrarlo en el desarrollo, porque de cierta manera es una hipoteca social que impide a los Estados desarrollarse adecuadamente”, explicó.

Barreto destacó que el PMA ha apoyado durante los últimos tres años a casi un millón de personas por año en los tres países para complementar los esfuerzos de los Gobiernos para combatir los efectos de la sequía.

En diciembre de 2016 en las tres naciones había 2,8 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria, una cifra que puede aumentar en la medida en que se vea afectada la cosecha que sale en agosto-septiembre, indicó.

El director regional recordó que la producción en el Corredor Seco Centroamericano no afecta de manera global la producción de alimentos de sus países, ya que esta área solo aporta alrededor del 15 % de la producción.

Entonces, explicó, no se habla de una crisis alimentaria o de una situación crítica de los tres países, sino de una “situación crítica en poblaciones muy pobres y muy vulnerables, agricultores de subsistencia que viven del ingreso temporal”.

“Una sequía les afecta no solamente porque no tienen la capacidad de alimentarse, sino porque consumen todo lo que les queda, como el animal que les queda, o reducen los alimentos en la familia, lo cual afecta la nutrición de los niños”, resaltó.

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