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Musulmanes estadounidenses irritados por la retórica republicana que puede incitar a la violencia

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Musulmanes estadounidenses que entablaron demandas contra el Departamento de Policía de Nueva York por la implementación de un programa de vigilancia después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 dijeron que la exhortación de algunos precandidatos presidenciales republicanos a que se vigile más a los fieles de esta religión está abusando imprudentemente del temor de la gente e inquietando a los musulmanes en Estados Unidos.

En momentos en que la seguridad nacional se ha convertido en un enfoque en la contienda por ganar la presidencia en 2016 después de los recientes ataques en París, Donald Trump ha declarado que “estamos siendo bobos, nos estamos engañando a nosotros mismos” si las agencias judiciales no mantienen una vigilancia férrea sobre mezquitas, y manifestó apoyo a la idea de crear una base de datos para rastrear a musulmanes en Estados Unidos.

Otro precandidato presidencial del Partido Republicano, Ben Carson, dijo que mezquitas, escuelas, supermercados, talleres de reparación de autos y “cualquier lugar donde esté ocurriendo una radicalización” debe ser monitoreado.

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Tal retórica es “imprudente e ignorante”, dijo el abogado Baher Azmy, quien es representante de los musulmanes estadounidenses que demandaron al Departamento de Policía de Nueva York.

“Pienso que tiene una cicatriz más profunda, una cicatriz psicológica, sobre la comunidad musulmana, la cual es consecuencia de estos tipos de programas de vigilancia”, dijo Azmy, del Centro para los Derechos Constitucionales. “Es peligroso porque hemos pasado por aquí antes, y cuando la retórica desagradable coincide con poder político, se puede dañar a gente real, vidas reales”.

The Associated Press reveló en 2011 de qué manera la policía de Nueva York, a través de una unidad ahora desaparecida, se infiltraba en grupos de estudiantes musulmanes, colocaba informantes en mezquitas y espiaba de otras formas a musulmanes como parte de un esfuerzo más amplio para evitar ataques terroristas.

Una corte de apelaciones restableció el mes pasado la demanda en contra de la vigilancia, comparando el espionaje con otros ejemplos de escrutinio centrado en determinados grupos étnicos y religiosos, como el ocurrido con los japoneses-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.

Un tribunal de primera instancia determinó el año pasado que la policía no podía vigilar “actividades terroristas musulmanas sin monitorear a la comunidad musulmana misma”.

Todo esto fue después de que representantes jurídicos de la ciudad de Nueva York argumentaron que cualquier daño sufrido por musulmanes fue “autoinfligido, con base en temores subjetivos” que pudieron haberlos disuadido de reunirse con otros musulmanes después de los ataques del 11 de septiembre de 2001.

La ciudad calificó la recopilación de información como una táctica antiterrorista legal y apropiada, y señaló que nunca espió a personas o negocios sólo por ser musulmanes.

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