Anuncio

“Hay que tener cuidado” con Trump; chef José Andrés dice que nadie en la vida puede ser tan malo

Fotografía de archivo de noviembre de 2012 de el cocinero español José Ramón Andrés Puerta, conocido como José Andrés, en Miami (Estados Unidos). José Andrés afirmó durante entrevista a Efe hoy, domingo 1 de mayo de 2016, que "hay que tener cuidado" con los "cantos de sirena" del magnate, que ha revolucionado la campaña presidencial con groserías e ideas xenófobas y ultranacionalistas, pues "los cantos de sirena han sido muy bonitos, pero nunca han sido buenos", insiste el restaurador. "Hay que construir más puentes y menos muros", subraya a Efe el chef, al denunciar el plan de Trump -a quien alude como "ese señor"- para levantar un "gran muro" en la frontera de Estados Unidos con México a fin de taponar el flujo de inmigrantes indocumentados. EFE/ÁLVARO BLANCO

Fotografía de archivo de noviembre de 2012 de el cocinero español José Ramón Andrés Puerta, conocido como José Andrés, en Miami (Estados Unidos). José Andrés afirmó durante entrevista a Efe hoy, domingo 1 de mayo de 2016, que “hay que tener cuidado” con los “cantos de sirena” del magnate, que ha revolucionado la campaña presidencial con groserías e ideas xenófobas y ultranacionalistas, pues “los cantos de sirena han sido muy bonitos, pero nunca han sido buenos”, insiste el restaurador. “Hay que construir más puentes y menos muros”, subraya a Efe el chef, al denunciar el plan de Trump -a quien alude como “ese señor”- para levantar un “gran muro” en la frontera de Estados Unidos con México a fin de taponar el flujo de inmigrantes indocumentados. EFE/ÁLVARO BLANCO

(ÁLVARO BLANCO / EFE)
Share

Mientras sorbe un café en uno de sus restaurantes, el famoso chef español José Andrés, apodado el “rey de las tapas”, habla sobre las elecciones en EE.UU. y da un aviso: “hay que tener cuidado” con Donald Trump y sus “cantos de sirena”.

Conversador locuaz, el cocinero charla sobre el magnate, a quien ha desafiado en los tribunales, pero aliña a veces su discurso con digresiones anecdóticas, sin distraerse ante las suculentas tapas de ensaladilla rusa y gazpacho que se sirven en mesas aledañas.

“Yo empecé aquí, en esta esquinita”, recuerda José Ramón Andrés Puerta, de 46 años y mundialmente conocido como José Andrés, sentado en un taburete y vestido con una cazadora de los Capitals, el equipo de hockey sobre hielo de Washington, del que se declara un “fan”.

Esa “esquinita” es el cruce de las calles E y 7, en el bullicioso centro de la capital estadounidense, donde se alza el restaurante Jaleo, un templo del tapeo que José Andrés abrió en 1993 y que se convirtió en el epicentro de un imperio gastronómico formado hoy día por más de quince establecimientos en el país norteamericano.

Acodado en una mesa de Jaleo a la que llega el murmullo alegre de la clientela, el cocinero, reconocido en 2012 por la revista Time como una de las “cien personas más influyentes del mundo”, vuelve a Trump, el polémico multimillonario que lidera la carrera por la candidatura presidencial del Partido Republicano a la Casa Blanca.

“Hay que tener cuidado” con los “cantos de sirena” del magnate, que ha revolucionado la campaña presidencial con groserías e ideas xenófobas y ultranacionalistas, pues “los cantos de sirena han sido muy bonitos, pero nunca han sido buenos”, insiste el restaurador.

“Hay que construir más puentes y menos muros”, subraya el chef, al denunciar el plan de Trump -a quien alude como “ese señor”- para levantar un “gran muro” en la frontera de Estados Unidos con México a fin de taponar el flujo de inmigrantes indocumentados.

José Andrés acusa al empresario de generar “odio” y “exacerbar los ánimos” desde el pasado 16 de junio, cuando el magnate se postuló para las elecciones presidenciales de noviembre próximo con insultos a los inmigrantes mexicanos y la promesa del “gran muro”.

Como “orgulloso inmigrante español” y ciudadano naturalizado estadounidense, el cocinero decidió entonces romper un acuerdo para gestionar un restaurante en el lujoso hotel que el multimillonario inaugurará este año en Washington, no muy lejos de la Casa Blanca.

Trump reclamó una indemnización de diez millones de dólares al chef, quien contraatacó con una demanda de ocho millones de dólares por los perjuicios que sus comentarios “antihispanos” ocasionaron a la apertura de un “restaurante español” en el hotel.

Sobre el litigio, José Andrés se muestra cauto y enigmático: “Va todo bien (...). El que menos habla a veces es el que más tiene que ofrecer. Yo prefiero seguir haciendo lo mío y los demás que hagan lo suyo. Y ya veremos al final”.

El “rey de las tapas” conoce personalmente al multimillonario (“Yo he hablado con él”, asegura) y, preguntado si en las distancias cortas resulta tan fiero como lo pintan, responde que “no”, que “nadie en la vida es tan malo”.

“Lo que pasa -explica- es que salen estas ideas muy radicales y no generan la positividad que tendrían que generar de un líder”.

“No puedes estar metiéndote con mujeres, con inmigrantes, con latinos. Simplemente, no podemos permitirlo”, zanja José Andrés, que confía en que impere el “sentido común” en las urnas en caso de que Trump logre finalmente la nominación presidencial republicana.

Con un tono más distendido y tras saludar con un “¡Hombre, qué pasa!” a varios empleados de Jaleo que pasan a su vera, el artífice del llamado “boom de la cocina española” en EE.UU. confiesa que lleva bien el peso de una fama que usa no solo para sus intereses empresariales, sino para su intensa y apasionada labor benéfica.

“Puedes ir al Congreso (estadounidense) y tocar puertas y te escuchan”, comenta el chef, invitado habitual en la Casa Blanca.

De hecho, José Andrés acompañó al presidente de EE.UU., Barack Obama, el pasado marzo en su histórico viaje a Cuba, en calidad de embajador culinario de Estados Unidos.

Aunque explora oportunidades de negocio en la isla, el restaurador se siente especialmente con “ganas” de crear allí una escuela de cocina similar a la que dirige en Haití a través de su organización no gubernamental World Central Kitchen (WCK), muy implicada en proyectos de ayuda al desarrollo en varios países.

“La cocina puede ayudar a cambiar el mundo”, sentencia con un optimismo torrencial, convencido de que el noble oficio de los fogones debe contribuir a “evitar que haya hambre en el mundo”.

Pese a llevar más de dos décadas asentado en EE.UU., José Andrés no descarta abrir en el futuro un restaurante en España, donde trabajan “los mejores cocineros que ha dado la humanidad”, pero prefiere, de momento, visitar su país natal para “disfrutar” de sus amigos.

Una estrecha relación con España guarda uno de los secretos mejor guardados por el célebre restaurador: su plato favorito.

“Si hay algo por lo que me muero, es un buen arroz a la cubana. Es el plato que menos sale en los libros de cocina, pero es el plato más español de todos”, revela acerca de ese manjar hecho a base de arroz blanco hervido, huevo frito, salsa de tomate y plátano.

“Cada familia (española) ha servido arroz a la cubana alguna vez en su vida. O cada semana, como era el caso de la mía”, apostilla con nostalgia el “rey de las tapas”, antes de apurar su café en Jaleo y despedirse con un “¡Oye, un millón (de gracias)!”.

Anuncio