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Dos semanas, dos asesinatos de la policía. La familia de un joven de 17 años pide justicia

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La familia de un joven negro de 17 años que murió esta semana por disparos de un policía en Austin (Texas, EE.UU.) pidió ayer una investigación “completa” y “justa” para esclarecer su muerte.

“Nuestra familia está devastada por la muerte de nuestro querido hijo y hermano, David. Estamos conmocionados y entristecidos por haberlo perdido de forma inesperada y violenta. Luchamos por entender cómo nuestro hijo nos fue arrebatado por la Policía”, expresó la familia en un comunicado.

El lunes, un agente de policía mató al joven David Joseph, de 17 años, que estaba desnudo y desarmado, en un vecindario del norte de la capital de Texas.

El uniformado, identificado como Geoffrey Freeman y también de raza negra, acudió a la zona tras recibir llamadas de vecinos alertando sobre un joven con comportamiento agresivo, según el periódico local “Austin American-Statesman”.

Tras llamarlo al orden, Joseph se abalanzó sobre el agente y este le disparó, según la versión oficial ofrecida por la Policía de Austin. El joven murió tras ingresar en un hospital cercano.

“Todo sucedió en cuestión de segundos”, justificó un portavoz de la policía local, Brian Manley, quien explicó que parte del incidente fue grabado por la cámara del vehículo del agente, aunque no lo han divulgado.

Manley también explicó que el agente fue relegado a labores administrativas mientras se adelanta la investigación.

El de Joseph es uno más de los casos de personas negras muertas a manos de la Policía ocurridos durante los últimos meses en Estados Unidos, lo que ha generado numerosas protestas y el movimiento “Black Lives Matters” (“Las vidas de los negros importan”).

Ocurre, además, una semana después de que un policía asesinara a otro hombre negro en la ciudad de San Antonio (Texas) tras confundir su teléfono con un arma.

“La muerte de dos afroamericanos desarmados a manos de la Policía es algo más que trágico, porque existen las herramientas para evitarlas”, dijo la directora de la organización Unión Estadounidense de Libertades Civiles en Texas, Terri Burke.

Precisamente hoy [ayer], el Gobierno de Estados Unidos demandó a la ciudad de Ferguson (Misuri), que en 2014 se convirtió en un hervidero de tensión racial tras el asesinato de un joven negro por un agente blanco, con el fin de forzar a las autoridades locales a emprender reformas policiales que acaben con su “sesgo racial”.

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