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Por qué súbitamente Facebook, Twitter y Google comenzaron a tomar la intromisión rusa muy en serio

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Al principio, los gigantes de internet minimizaron el papel que jugaron en la intromisión de Rusia en las elecciones.

El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, afirmó que era “loco” pensar que las noticias falsas habían influido en la campaña. Twitter consideró que no puede ser árbitro de la verdad, y Google sólo recientemente reveló que agentes rusos habían comprado anuncios para difundir desinformación después de asegurar que no había evidencia al respecto.

Pero el martes, cuando se enfrentaron a una aleccionadora presentación ante el Comité Judicial del Senado, los tres pesos pesados de Silicon Valley se turnaron para subrayar la gravedad de los ataques a la democracia estadounidense y se comprometieron a trabajar más para evitar que vuelva a suceder. “Tomamos lo que pasó en Facebook muy en serio”, remarcó el abogado principal de dicha compañía, Colin Stretch. “La interferencia extranjera que vimos es reprobable”.

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Que los gestos parezcan verosímiles o no determinará en qué medida un Congreso cada vez más impaciente regulará una industria de la tecnología que ha acumulado un poder considerable.

Las tres compañías asistieron a la audiencia, la primera de tres planeadas en Capitol Hill durante dos días, con datos que muestran lo mucho que subestimaron el alcance de la interferencia de Rusia.

Facebook señaló que 126 millones de usuarios recibieron contenidos desde una granja rusa de trolls, Internet Research Agency; más de 10 veces la cifra estimada originalmente. Twitter detalló que los agentes vinculados al Kremlin enviaron más de 131,000 mensajes. Y Google informó que los agentes rusos subieron más de 1,000 videos en YouTube.

Aunque el instinto en Silicon Valley es el de querer controlar estas cuestiones de forma autónoma, los críticos se preguntan si se puede confiar en las compañías de medios sociales luego de que se tomaron tanto tiempo para revelar cómo que sus plataformas fueron explotadas.

“Cuando la respuesta se ve como medidas a medias y negaciones, ello sólo empeora la situación”, afirmó Scott Galloway, profesor de mercadotecnia en la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York, y autor de “The Four: The Hidden DNA of Amazon, Apple, Facebook y Google “ (Los cuatro: el ADN escondido de Amazon, Apple, Facebook y Google). “Hasta la fecha, han tratado de minimizar y desviar”, agregó. “Mientras tanto, seguimos descubriendo que el tema empeora cada vez más”.

El experto consideró que las empresas deberían haber enviado a sus CEO a las audiencias y prometer contundentemente que detendrán la interferencia extranjera, sin importar el costo de ello. Twitter fue representado por Sean Edgett, consejero general interino, y Google envió a Richard Salgado, director de aplicación de la ley y seguridad de la información.

Galloway también se desanimó por la forma en que las compañías trataron de restarle importancia al alcance de la intromisión rusa al destacar que representaba sólo un pequeño porcentaje del contenido en sus plataformas.

Para él, Facebook, Twitter y Google debieron seguir el ejemplo de James E. Burke, quien dirigía Johnson & Johnson durante la crisis de intoxicación por Tylenol, en 1982, que cobró siete vidas. En ese entonces, Burke ordenó la retirada de millones de envases de píldoras y detuvo toda la publicidad. “Él no salió a decir que era sólo una fracción del contenido y que no era un gran problema”, expuso Galloway. “Es un estándar de referencia acerca de cómo manejar una crisis”.

Las empresas tecnológicas como Facebook, Twitter y Google se han beneficiado durante mucho tiempo del enfoque de laissez-faire, o de ‘no intervención’, de Washington hacia ellas, aplicando reglas obsoletas que no abordan los desafíos de hoy en día. Parte del motivo de ello fue proteger la innovación de la pesada mano del gobierno.

Las empresas no son legalmente responsables de la mayoría del contenido que aparece en sus plataformas. “En el fondo, somos una empresa de tecnología; contratamos ingenieros. No contratamos reporteros, nadie es periodista, no cubrimos las noticias “, le dijo Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, a Axios a principios de este mes.

Pero las iniciativas para que eso cambie crecen. Como guardianes principales de las noticias y la información de hoy, los críticos sostienen que las grandes plataformas deberían ser reguladas como las compañías de medios, que son responsables por los materiales dañinos.

El primer gran intento de controlar a los gigantes tecnológicos llegó a principios de este mes cuando los demócratas del Senado Amy Klobuchar, de Minnesota, y Mark Warner, de Virginia, junto con el senador republicano John McCain, de Arizona, dieron a conocer una legislación llamada Honest Ads Act (Avisos honestos), que sujetaría los anuncios políticos en redes sociales a las mismas reglas que en los medios tradicionales. Ello significa divulgar los orígenes de los anuncios políticos para que el público no pueda ser engañado.

Facebook recibió con satisfacción los llamados a la transparencia, a pesar de resistirlos en el pasado y considerarlos poco prácticos. Pero la presión aumentó en las redes sociales debido a la proliferación de publicaciones políticas de origen oscuro: anuncios anónimos, como los comprados por la Internet Research Agency, diseñados para ensanchar las divisiones entre los estadounidenses.

Facebook también destacó el martes que duplicaría el número de empleados que se encarga de eliminar contenido objetable a 20,000 personas.

Esto le sigue a otras promesas de Facebook y Twitter de inyectar más transparencia a su negocio de publicidad política al obligar a los compradores a revelar quién paga los anuncios y a quién están dirigidos. Google también eliminó a la empresa de medios Russia Today de su línea premium de canales de YouTube para anunciantes.

Acciones como esa pueden ayudar a las compañías a preservar el statu quo regulatorio que les ha permitido crecer hasta convertirse en mastodontes multimillonarios.

Los legisladores ahora están aumentando la presión y exigen que Facebook, Twitter y Google les den una razón válida para confiarles la protección de una de las instituciones más sagradas de los Estados Unidos.

“¿Pueden decirnos: ‘Hemos logrado X, y por lo tanto ustedes, como Congreso, no tienen que preocuparse por legislar en este espacio, ni crear reglamentos ni celebrar más audiencias, porque ahora hemos tenemos cubiertas las espaldas de los Estados Unidos?”, preguntó el senador demócrata Sheldon Whitehouse, de Rhode Island, durante la audiencia del martes.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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