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Cómo la elección de Trump y la caída de Weinstein dieron luz verde a tomar en serio el acoso sexual

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El magnate del cine Harvey Weinstein y el presidente Donald Trump se han convertido involuntariamente en el nuevo dúo de comedia de la TV de medianoche.

Tal como señaló recientemente Seth Meyers, ambos son hombres poderosos, acusados por varias mujeres de acoso sexual. Ambos fueron atrapados en video diciendo cosas tales acerca de las mujeres que podrían asegurarles que nunca más den un paso adelante en sus respectivas carreras. Ambos siguieron siendo exitosos pese a los años de rumores de mal comportamiento, hasta que uno terminó liderando Hollywood y el otro a los Estados Unidos de América. Entonces, ¿cuál sería aquí el remate del chiste?

La carrera de Weinstein quedó destruida cuando un artículo que documentaba decenas de denuncias de mala conducta sexual con testimonios de varias mujeres salió publicado en el New York Times. A ello le siguió la revelación de una grabación del NYPD, donde el magnate coaccionaba y amenazaba a una modelo y actriz.

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Trump fue elegido para liderar la Casa Blanca a pesar de un artículo -también publicado en el New York Times- que retrató decenas de declaraciones de su mala conducta sexual, al mismo tiempo que salió a la luz una grabación en la cual el multimillonario admitía haber atacado sexualmente a mujeres.

“Decir que se trata de una ‘charla de vestidor masculino’ no lo excusa”, afirmó Stephen Colbert recientemente, acerca de la explicación de Trump del ‘agarrarlas’ en el video de Access Hollywood. “Es como si Harvey Weinstein dijera que masturbarse en una maceta es una ‘charla de invernadero’”.

Irónicamente, fue la victoria de Trump -un triunfo que pareció indicar que pasaría otra generación antes de que alguien tome en serio los acosos sexuales- lo que preparó el escenario para la caída de Weinstein y otros intocables de los medios que se han ido desde que Trump asumió.

Hasta el propio presidente podría no resultar inmune al efecto dominó de esta cuestión. Durante el fin de semana, BuzzFeed reportó que Summer Zervos, una exparticipante de “The Apprentice” que denunció al primer mandatario por acoso durante su postulación a la presidencia, citó documentos acerca de otros ataques y acusaciones en su contra. Es posible que, a partir de ello, el interés en las declaraciones de mujeres contra Trump se renueve.

Comparado con el último medio siglo de aislamiento y de casos de enfrentamiento al estilo “ella dijo/él dijo” (y en última instancia, el que gana es el hombre)”, pareciera que las cosas se han acelerado enormemente en los últimos 18 meses, donde los gigantes en sus respectivos campos están sucumbiendo a las acusaciones de hostigamiento sexual que solían ser un asunto normal. Consideremos las renuncias del CEO de Fox News, Roger Ailes; el presentador de Fox Bill O’Reilly, el CEO de Epic Records, LA Reid, y la suspensión rápida de la semana pasada del jefe de Amazon Studios, Roy Price.

Así se crea o no en las acusaciones contra Trump, éstas han ampliado las conversaciones sobre lo que sucedía en su lugar de trabajo y durante las negociaciones comerciales, retomando el tema donde muchas de las denunciantes de Bill Cosby lo habían dejado. Ello se acopla con otros recuentos, desde los rincones del mundo de la tecnología, los juegos y la música, donde las mujeres comparan publicaciones en Facebook, Instagram y Twitter sobre sus experiencias e identifican a posibles depredadores seriales.

Sus cifras sin precedentes han obligado a los medios y corporaciones a enfrentar un problema marcado como “no urgente” desde que las mujeres comenzaron a abandonar la cocina para pasar a la fuerza de trabajo.

Ciertamente, hay más casos explosivos por conocerse: actores del poder, celebridades y otras figuras demasiado famosas para fracasar están ahora en peligro y le piden a ‘Alexa’ que les explique las leyes de extradición de los Estados Unidos y las Islas Caimán.

El despido de Weinstein, sin embargo, es un momento decisivo en un año clave; un dramático recordatorio de otro tipo de ‘cambio climático’ provocado por décadas de hombres con malos comportamientos.

Ello ayudó a que celebridades de primer nivel, como Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie, se animaran a revelar historias similares a las publicadas, alertando al resto de la nación sobre un secreto a voces que Hollywood mantuvo en silencio durante décadas. Sus voces forzaron a una industria que protegió a Weinstein durante décadas a, finalmente, protegerse de él, lo cual provocó su despido por parte de la compañía que él mismo fundó.

Muy similar al caso de Roger Ailes.

Y no nos equivoquemos, no importa cuánto Kellyanne Conway o cualquier otra persona intente hacer del hostigamiento sexual -o el manejo de los medios por el tema- sea una cuestión partidaria (quién es más depravado, más hipócrita); encubrir este tipo de mal comportamiento es un área donde la izquierda y la derecha comparten un terreno común.

NBC estaba tan poco dispuesto a dar a conocer el video de “Access Hollywood” de Trump o el material en crudo de “The Apprentice” durante la campaña presidencial como de respaldar los informes que expusieron a Weinstein, el principal donante demócrata. Las imágenes de Trump se filtraron al Washington Post y el corresponsal de investigación de NBC, Ronan Farrow, terminó llevándose su historia acerca de Weinstein al New Yorker, donde se publicó la semana pasada junto con la cinta de la policía de Nueva York.

Fue la primera vez que Weinstein no pudo salirse del problema a empujones y con un ataque. Y ése es otro trozo de terreno común poco común entre estos opuestos políticos. Trump y Weinstein comandaron lo que Meyers llama “una actuación de dominio” sobre hombres y mujeres por igual. En términos más simples, la propensión a intimidar.

La castración verbal de Jeff Sessions y Rex Tillerson por parte de Trump, las infamantes palabras despectivas de Weinstein contra quienes lo interpelaban, entre ellos su propio hermano Bob, son actos de hombres que creen que la fuerza se gana derribando gente.

Pero a pesar de que el actual ocupante de la Casa Blanca continúa desatando su furia en Twitter, los tiempos cambian, como lo demuestran decenas, o cientos, de voces femeninas. Los matones deberán tener cuidado del nuevo clima, en el cual Harvey será aniquilado por un huracán de Categoría 5 llamado Progreso.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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