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La participación de Ted Cruz en la contienda del 2016 ejerce gran presión sobre los Republicanos

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WASHINGTON.- El senador. Ted Cruz saltó a la campaña presidencial del 2016 el lunes pasado, de la misma manera que pretende llevar su propia campaña: opacando a sus rivales republicanos con un ostentoso y apasionado discurso que busca arrastrar la conversación nacional más hacia la derecha de lo que muchos en su partido quisieran.

Las probabilidades de ganar la Casa Blanca del senador de Texas son estrechas, según dicen las encuestas. Y sus tácticas agresivas y estilo desagradable y descortés durante sus dos años en el Senado – incluyendo el empujar a su partido hacia el cierre del gobierno del 2013 – ha alienado a muchos de los líderes republicanos, cuyo apoyo probablemente necesitará para convertirse en el nominado.

Pero además de levantar su perfil político, la candidatura de Cruz juega un papel en las primarias del GOP ya que se convierte en promotor de la desunión, forzando a los favoritos del partido — como el goberndor de Florida, Jeb Bush y el gobernador Scott Walker de Wisconsin — a confrontar las preferencias del “tea party” sobre inmigración, matrimonios del mismo sexo y programas de bienestar social.

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El celo de Cruz por un gobierno reducido y una musculosa defensa nacional, refleja la visión de muchos republicanos. Pero los estrategas del GOP reconocen que su posición divisiva puede llevar el debate demasiado a la derecha para el gusto político de la mayoría – exactamente como muchos líderes del partido dicen que lo ha hecho durante su poco tiempo en el Congreso. Él podría forzar a sus oponentes del 2016 a abrazar posiciones en las primarias que podrían lamentar al encarar al nominado del partido demócrata.

“Él va a plantear preguntas importantes que otros candidatos tendrán que responder, especialmente en problemas sociales”, comentó Alfonso Aguilar, director ejecutivo de Latino Partnership for Conservative Principles. “¿Eres pro-vida? ¿Pro-matrimonio? Ted Cruz ha sido muy directo y presiona a personajes como Jeb y Rand [Paul] a hablar sobre estos asuntos”.

Pero Aguilar advirtió que las posturas de Cruz, como su oposición al programa del presidente Obama de diferir la deportación de millones de inmigrantes indocumentados en los E.E.U.U., podría alejar a los votantes en las elecciones generales si son abrazadas por otros candidatos.

Cruz, hijo de un inmigrante cubano, no se disculpa de su meta de sacudir el panorama político. Él ha dicho repetidamente que quiere ser visto como “una app disrruptiva” de la política del GOP.

“Es tiempo de la verdad”, enfatizó Cruz ante una multitud entusiasta de estudiantes de la Liberty University el lunes pasado. “Es el momento de la libertad. Es el momento de apropiarse la Constitución de los Estados Unidos”.

No fue accidental que escogiera para lanzar su oferta presidencial en un campus religioso fundado por el pastor Jerry Falwell. No lejano al sitio histórico de la Guerra civil de Appomattox, la Liberty University ha sido un destino popular para los republicanos en búsqueda de reforzar sus credenciales conservadoras. También cuenta con una red de alumnos y donantes que se extiende muy por fuera del campus, anidado junto a las escénicas montañas Blue Ridge.

Cruz apareció sobre el escenario en una enorme arena deportiva entre las ondeantes banderas estadounidenses y música de rock. Él enfatizó la lucha personal de su familia y su fe cristiana, haciendo un llamado a los “conservadores valerosos” a unírsele ya que busca encender el mismo movimiento de bases que le impulsó al Senado en el 2012.

“La respuesta no vendrá de Washington”, anunció. “Vendrá solo de los hombres y mujeres en todo este país, de la gente de fe, de los amantes de la libertad”.

La asistencia de los estudiantes fue obligatoria. La joven audiencia pareció receptiva a sus repetidos llamados a imaginar un presidente que repelerá la ley del cuidado de la salud, revertirá las acciones relativas a la inmigración del presidente Obama, buscará el cierre el Internal Revenue Service y promoverá un gobierno mínimo, con una agenda socialmente conservadora. Cuando terminó, se le reunió su esposa en el escenario, Heidi, y sus dos hijas.

Crucial para su campaña será la habilidad de Cruz para cortejar y energizar esta nueva generación de jóvenes evangélicos y conservadores sociales, no diferente a lo que el ex senador Barack Obama hizo con los jóvenes progresistas en el 2008.

Aprovechando la cultura de la generación del Milenio, Cruz tweeteó el anuncio de su candidatura el lunes temprano, luego les pidió a los estudiantes en la arena enviar mensajes de texto a su campaña – una estrategia para construir una plataforma de potenciales partidarios que también era reminiscente del conocimento tecnológico de la campaña por la presidencia de Obama. Muchos estudiantes le complacieron.

“Viendo los valores que posee, por su país, su familia, es un cadidato grandioso” se expresaba Justin Taubensee, de 18 años de edad, quien dijo que estaba considerando seriamente depositar su primer voto en las elecciones primarias presidenciales a favor del senador.

Todavía está por verse si su mensaje tiene resonancia en todos los estadounidenses.

Cruz viene a ser el primer candidato importante en declarar su candidatura para el 2016. Sus estrategas esperan que su inicio temprano proporcione una ventaja en la atención de los medios y las donaciones.

Cruz espera anunciar que tendrá más de $1 millón en sus manos para finales de mes, y planea reunir de $40 a $50 millones para la campaña de las elecciones primarias.

Más tarde el lunes se fue a New York, con viaje de retorno previsto para el fin de semana hacia New Hampshire, donde se realiza la primera elección primaria de la nación.

Cruz encara riesgos en el lanzamiento de su propuesta para la Casa Blanca apenas a dos años de haber ganado su primer puesto por elección. Las campañas presidenciales raramente deja a los candidatos indemnes, y una mala actuación podría dañar su marca. Aspirantes previos del GOP como el ex gobernador de Texas, Rick Perry en el 2012 aprendieron que los tropiezos de alto perfil en el escenario nacional pueden dañar carreras.

“Lo que todos los candidatos arriesgan es: el rechazo” aseguró David Winston, un veterano encuestador y estratega republicano no afiliado a ninguno de los candidatos potenciales.

Cruz es mejor conocido tal vez por su pelea contra el Affordable Care Act, la cual condujo al cierre de gobierno del 2013 y le elevó a él como el conservador favorito. Ese enfoque renegado entusiasma a los más ardientes activistas, pero ha dejado cada vez más dolidos a los líderes del Partido Republicano y ha convertido a Cruz en un extraño en Capitol Hill.

El cierre del gobierno hirió la imagen del Partido Republicano en general pero ayudó a Cruz, al menos entre el núcleo de quienes le apoyan. Una encuesta del Pew Research Center mostró que su prestigio se elevó en ese tiempo entre los republicanos que se identifican con el “tea party”. Al mismo tiempo, los índices de aprobación del GOP se hudieron hasta nuevos récords.

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