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El nuevo rostro de la Casa Blanca: calmo, refinado y conciliador

Anthony Scaramucci responde preguntas durante una conferencia de prensa de la Casa Blanca, el viernes último (Chip Somodevilla / Getty Images).

Anthony Scaramucci responde preguntas durante una conferencia de prensa de la Casa Blanca, el viernes último (Chip Somodevilla / Getty Images).

(Chip Somodevilla / Getty Images)
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Seis meses después de asumir la presidencia, un atribulado Donald Trump podría finalmente haber encontrado el portavoz que desea: un colega magnate de Nueva York que habla con entusiasmo acerca de su “amor” por el primer mandatario y culpa a la Casa Blanca por su mala comunicación, no por un escándalo.

Anthony Scaramucci, el nuevo director de comunicaciones de Trump, lució confiado y refinado en una serie de programas talk-show dominicales, mientras la Casa Blanca se prepara para la que podría ser una semana crucial en las investigaciones sobre las posibles conexiones de la campaña de Trump con Rusia.

El yerno del presidente y su asesor principal, Jared Kushner, se presentará a puertas cerradas ante el Comité de Inteligencia del Senado este lunes, y frente al comité de la Cámara el martes; se trata del primer funcionario de la Casa Blanca de Trump que lo hará.

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Se espera que los legisladores interroguen a Kushner acerca de varios asuntos candentes para el FBI y el fiscal especial Robert S. Mueller III, quien lidera una investigación criminal separada.

Entre los temas a indagar se encuentra la reunión de Kushner, en junio de 2016, con un abogado ruso que representaba al servicio de espionaje de Moscú, y otra reunión con el entonces embajador ruso, en la cual Kushner supuestamente discutió la posibilidad de establecer una comunicación indirecta secreta con el Kremlin.

Es posible que Scaramucci intente desviar la atención del tema Rusia, o al menos argumentar que la cooperación de Kushner demuestra que la Casa Blanca no tiene nada que ocultar.

De todos los sustitutos que Trump sacó a relucir en los últimos meses, el exadministrador de fondos de cobertura de Wall Street, de 53 años de edad, tuvo una actuación mucho más pareja -y mucho menos combativa- que figuras como Sean Spicer, cuyas incómodas apariciones en TV fueron objeto de amplias burlas antes de su resignación. La semana pasada, Spicer dejó el cargo antes de trabajar para Scaramucci. O Stephen Miller, el asesor principal de la casa Blanca, quien miró a la cámara con cara de piedra en febrero pasado y declaró -de forma escalofriante, ante los ojos de los críticos- que la autoridad presidencial “no será cuestionada”.

Durante las apariciones en tres importantes programas de TV, Scaramucci se apartó ingeniosamente de temas problemáticos, con una explosión de franqueza, cambiando el tema, evocando sus raíces trabajadoras que comparte con muchos de los seguidores de Trump, o simplemente con una ocurrencia encantadora. Incluso en medio de los intercambios más agudos, sus modos permanecieron resueltamente geniales.

¿Son un problema los tuits del presidente? No. ¿Trump discutió su capacidad de conceder indultos? Sí, pero no se necesitará ninguno. ¿Cree el presidente que Rusia se inmiscuyó en la campaña de 2016? Quizás no; aunque Scaramucci prometió informar al mandatario si consideraba que éste está equivocado sobre este tema o cualquier otro.

El funcionario argumentó reiteradamente que la Casa Blanca necesita mejorar sus mensajes y sus relaciones públicas, no su agenda legislativa o sus políticas. “Obviamente, hay un problema de comunicación”, declaró en “State of the Union”, de CNN, incluso al citar los “logros fenomenales” de la presidencia actual. “Sólo creo que tenemos que comunicar los mensajes de forma diferente de lo que se ha hecho en el pasado”.

También insistió en que el desorden dentro de la Casa Blanca puede ser atribuido, en gran parte, a las filtraciones no autorizadas de miembros del personal a los medios de comunicación, algo que prometió detener drásticamente, en caso de ser necesario.

“Serán despedidos. Voy a dejarlo muy, muy claro, ¿de acuerdo? Mañana tendré una reunión de personal”, afirmó en “Face the Nation”, de CBS. “Y será una cosa o la otra. No haré ningún juicio anticipado acerca del personal. Si quieren permanecer allí, dejarán de filtrar información. Pero si las filtraciones siguen, despediré a todo el mundo”.

Scaramucci aseguró que le gusta usar bromas para expresar sus opiniones, pero sus chistes autocríticos pueden sonar pesados algunas veces. Después de alabar las habilidades de Sarah Huckabee Sanders, quien el viernes fue ascendida a vocera principal de la Casa Blanca, en reemplazo de Spicer, el funcionario agregó -dirigiéndose específicamente a ella-: “Me encantó el estilista y maquillador con quien contamos el viernes”.

Poco después, cuando fue castigado vía online por aparentemente clasificar a una subordinada por su aspecto, Scaramucci rápidamente acudió a Twitter para declarar que había hablado de su propio cabello y maquillaje, no del de la vocera, y usó el hashtag #humor.

En armonía con la propia insistencia de Trump acerca de que quienes trabajan para él deben lucir dignos de tal función -una vez elogió a los generales en su gabinete diciendo que parecían salidos de una audición-, Scaramucci también viste elegantemente.

El primer mandatario se había quejado ferozmente acerca del traje defectuoso que Spicer usó para su primer día en el atril de la Casa Blanca, una elección de vestuario que quedó inmortalizada en la parodia de la humorista Melissa McCarthy en “Saturday Night Live”.

Pero ceñirse al guión en medio de un escándalo turbio y agotador, con muchos participantes, puede ser difícil. En su aparición en “Fox News Sunday”, Scaramucci contradijo informalmente a un miembro de alto rango del equipo legal personal del mandatario, Jay Sekulow, quien había afirmado en “This Week”, de ABC, que los indultos no estaban en discusión. Scaramucci reconoció que Trump mismo había planteado el tema recientemente. “Estuve en la Oficina Oval la semana pasada con el presidente; hablamos de ello”, aseguró en Fox. Según él, Trump “trajo el tema, pero él no debe ser indultado. Nadie en su entorno necesita ser indultado. Sólo hizo una declaración sobre el poder de los indultos”.

Scaramucci se mostró optimista sobre el hecho de que cualquiera que hable por Trump puede rápidamente ir en contra del presidente. Se sabe que Trump, quien pasó el domingo en su campo de golf de Virginia, monitorea las presentaciones de sus asistentes en TV, ya sea en vivo o grabadas.

Jake Tapper, anfitrión de CNN, aludió a ello y le dijo a Scaramucci, después de un largo intercambio acerca de Rusia: “Me encanta cómo usted le está hablando a un espectador específico en este momento… la audiencia más importante que hay”.

Me gusta hablar con él”, replicó el entrevistado. “Pero, ¿sabe a quién más le estoy hablando? A la gente con la cual crecí”, afirmó.

El presidente es famoso por premiar las demostraciones de fidelidad, y Scaramucci dio incontables muestras: equiparó a Trump con un entrenador deportivo favorito, alabó su victoria electoral, lo destacó como un trabajador “superarduo” y negó rotundamente que hubiera algo de verdad en la cuestión con Rusia. “Ambos somos neoyorquinos… Me encanta este hombre”, afirmó en Fox. “Es una gran persona, y será fenomenal. Él es ya un presidente fenomenal, y será todavía mejor”, expresó.

Sin embargo, Scaramucci también reconoció lo que muchos críticos señalan como la principal causa por la cual Trump ha rechazado sistemáticamente las conclusiones de la inteligencia estadounidense, de que Rusia intentó activamente ayudarlo a ganar la Casa Blanca: una creencia con la cual sus oponentes políticos intentan empañar su victoria.

“Una de las razones por las que él está disgustado es la postura abierta de los medios al respecto; de que ellos [los rusos] interfirieron en la elección”, manifestó en CNN. “En realidad, él piensa, ¿qué están sugiriendo? ¿Intentan deslegitimizar su victoria?”.

Scaramucci mostró cierta simpatía por los ataques de Trump a lo que él considera “noticias falsas”, que se extiende virtualmente a cualquier cobertura desfavorable. El funcionario aludió al reciente retiro de CNN de una noticia sin fundamento, que lo involucraba a él y a Rusia. Tres periodistas renunciaron después de ello. Pero el domingo, en ese canal, dio una ofrenda de paz y prometió “ablandar nuestra relación con la prensa”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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