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Deporta Estados Unidos a un menor cada 42 minutos

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Las crisis humanitarias por el éxodo de millones de migrantes en Asia, el Mediterráneo y África han encendido las alarmas a nivel global.

Pero uno de los casos más dramáticos se presenta en la frontera entre México y Estados Unidos, pero de la que ya poco se habla a nivel internacional.

Ahí, los derechos de miles de niños, niñas y adolescentes mexicanos que dejan sus hogares rumbo al norte son vulnerados todos los días, alerta la UNICEF.

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“Estos niños suelen ser brutalmente discriminados. Deben ser protegidos, no criminalizados”, señaló a REFORMA Karla Gallo, oficial nacional de protección de la oficina de la UNICEF en México.

El número de niños, niñas y adolescentes mexicanos repatriados por las autoridades de Estados Unidos ha disminuido cada año desde 2010. Empero, tan sólo entre enero y abril de 2015, 4 mil 83 menores de edad fueron repatriados al País, según el organismo de la ONU, y la gran mayoría de ellos no iban acompañados por un adulto.

Esto quiere decir que las autoridades fronterizas estadounidenses deportan, en promedio, a un niño migrante mexicano cada 42 minutos.

En el tránsito, los niños migrantes pueden sufrir accidentes, estar expuestos a abusos físicos y sexuales, caer en redes de explotación y trata de personas y ser víctimas de humillaciones y discriminación, apunta la especialista.

Cuando los niños migran solos, estos riesgos aumentan.

“El inicio de la travesía es una situación dura y el trayecto muy peligroso. Muchos niños y niñas se ven orillados a salir, no es una decisión completamente voluntaria”, indicó Gallo.

La mayoría ansían reunirse con familiares que cruzaron la frontera o salen en busca de oportunidades que les permitan mejorar sus condiciones de vida.

Otros huyen de la violencia y la inseguridad causada por los grupos del crimen organizado o de abusos dentro de sus propias familias.

En algunos casos, los niños migrantes deben recorrer miles de kilómetros para llegar a la frontera y, si sobreviven al trayecto, tienen que superar el desafío de cruzar a Estados Unidos: vencer al Río Bravo y al desierto para después tratar de eludir a la Patrulla Fronteriza.

Debido a la magnitud de los abusos que enfrentan los que viajan solos, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la UNICEF han implementado un protocolo de asistencia consular.

El programa deja de lado el enfoque interrogatorio y busca identificar con una técnica más amable hacia los menores.

“Las autoridades consulares son las primeras que tienen contacto con los niños y adolescentes que viajan solos después de ser detenidos y tienen muy poco tiempo para actuar de forma eficaz”, aseguró la funcionaria.

Los 45 minutos -casi el mismo tiempo que transcurre cada vez que un menor es deportado- que pasa por derecho un oficial consular con cada uno pueden ser clave para revertir los abusos de la travesía migratoria, un reto que se incrementa al mismo tiempo que los flujos migratorios aumentan.

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