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‘Condenados de por vida’: menores registrados como abusadores sexuales

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La madre de Jose J. se sonroja al contar la vergüenza que sintió al ver fotos de un niño desnudo en el teléfono de su hijo de apenas 14 años. Las imágenes perturbadoras, también muestran a José y otro adolescente, que su hijo no ha querido identificar.

“Al ver eso sentí un golpe frío en el pecho”, relata esta madre de familia que pide no revelar su identidad, ni la de su hijo para evitar posibles problemas legales.

“Él dice que fue un juego con dos amigos de 9 y 14 años de edad, pero yo digo que fue un acto inmaduro que puede arruinarle su vida; sus sueños de convertirse en maestro”.

Y pese a que aún no hay un proceso legal en su contra, la señora se encuentra en busca de un abogado, ya que el riesgo que corre su hijo de convertirse en un ofensor sexual ante la ley y posiblemente terminar de por vida en el Registro Nacional de Delincuentes Sexuales del Departamento de Justicia (DOJ) es mayor.

Un registro, obligatorio en California, que según un reporte de la organización Human Rights Watch (HRW) y otros expertos, trae consecuencias el resto de su vida a menores que han cometido ofensas leves o que eran “solo un juego”, como asegura José a su angustiada madre.

El registro que inició en el estado dorado en 1947, cuenta con alrededor de 845 mil personas en su base de datos de los cuales 200 mil son menores de 18 años de edad, según el DOJ.

Esta lista no distingue a los violadores reincidentes o pedófilos de alto riesgo de los menores de edad culpables de poseer pornografía, acoso sexual, tocar a alguien indebidamente o inclusive de tener sexo consensual con una novia menor de 18 años de edad.

Sin embargo, les imposibilita a los ofensores juveniles a reintegrarse a la sociedad una vez que cumplieron sus castigos; limitando sus oportunidades de trabajo, estudio y vivienda.

Mapa: Tiempo mínimo de registro para abusadores sexuales por estado

El registro: una prisión invisible

Antes de ser liberados, todos los menores adjudicados de ciertos delitos sexuales obtienen terapias de tratamiento para aprender a reducir y manejar el riesgo de reincidencia. No obstante, estos deben registrarse como agresores anualmente después de ser liberados del Departamento de Corrección y Rehabilitación de California, de la División de Servicios Juveniles.

El menor registrado, como cualquier otro agresor sexual adulto, no puede pisar terreno escolar sin permiso del plantel y no puede acercarse a los parques, señala Ambrosio E. Rodríguez, abogado defensor en Los Ángeles.

Asimismo, “debe de obtener la aprobación de las autoridades sobre dónde vivir y debe de reportar su nueva dirección cada vez que se mude, de no hacerlo estas violaciones pueden resulta en delitos menores, según la ley”, señala el abogado.

Oportunidades limitadas

En términos de empleo, todo registrado tiene prohibido ser voluntario o trabajar directamente con niños sin revelar su estado con su empleador.

De hecho, el ofensor tiene prohibido ejercer alrededor de 36 oficios o carreras como todo lo que tenga que ver con el ramo médico, dentista, abogado, maestro, supervisor de parques, conductor de autobuses, trabajador social clínico, arquitecto, contratista, guardia de seguridad e inclusive cerrajero.

Con estas restricciones los sueños de José J. podrían evaporarse, dice su madre. A lo que José contesta con voz baja y evitando el contacto visual; “I’m sorry mom”.

“Aunque muchos menores se salvan del registro, existen otros que no. Son niños condenados de por vida cuya etiqueta los traumatiza aun de adultos”, dice Rodríguez.

“Esta situación es el resultado de leyes rigurosas que al final castigan por igual a adultos consientes de sus actos y menores que apenas se están descubriendo”, señala por su parte Nicole Pittman, directora del centro de investigación a favor de la justicia juvenil Impact Justice y autora del reporte "Criado en el Registro" de HRW.

El reporte del 2013 entrevista a 281 sujetos registrados en 20 estados de la nación cuando eran menores de edad y revela el sufrimiento de su adaptación en la sociedad con todas estas reglas y donde se descubrió que al menos 20% de los entrevistados intentó suicidarse alguna vez.

Con tales reglas, estas personas ni siquiera pueden asistir a la escuela porque tienen que avisar de su presencia y las escuelas tienen la discreción de advertir al cuerpo estudiantil, señala la activista.

“Por si fuera poco, estos tienen que decirle a sus empleadores sobre la condena que recibieron y muy pocos empleadores aceptan a una persona con esos antecedentes”, agrega Pittman. A final del día, señala la activista, “los jóvenes terminan sin empleo, sin hogar y con depresión. En el caso de los inmigrantes indocumentados, estos terminan siendo deportados”, enfatiza.

A nivel local

Aunque California, no revela el número de menores en su registro, este estado cuenta con más delincuentes sexuales que cualquier otro estado con cerca de 88 mil en la base de datos, de los cuales 1,804 son clasificados como agresores “serios”; 1,552 son de “alto riesgo” y unos 14,645 son clasificados como “otros”. Estos últimos son individuos que recibieron condenas por poseer pornografía, exhibicionismo, tocar y molestar sexualmente, incesto o violación conyugal, indican estadísticas de la Procuraduría del estado.

Otras estadísticas de la Procuraduría de California revelan solamente los arrestos por delito de violación:

La ley no puede ser igual para todos

Según HRW, varios estudios estiman que la tasa de reincidencia de los delincuentes sexuales juveniles está entre el 4 y 10%, en comparación con una tasa del 13 al 25% de los adultos.

“Y es que mientras algunos jóvenes cometen actos sexuales premeditados, la mayoría de adolescentes menores de 16 años lo hacen por curiosidad, inmadurez, presión de amistades y por haber sido ellos mismo abusados sexualmente”, señala Pittman.

Actualmente organizaciones como Human Rights Watch e Impact Justice abogan por excluir a los ofensores juveniles del registro en diferentes estados.

En California la lucha es similar, el Consejo de Administración de Delincuentes Sexuales de California (CASOMB), la junta estatal que supervisa las leyes de registro, recomienda a la asamblea disminuir la base de datos al excluir a los que representan menor peligro y dejar solamente a los delincuentes de alto riesgo, como los secuestradores y los depredadores sexuales violentos.

“El registro no contribuye a resguardar la seguridad pública y no ayuda al publico a diferenciar entre los delincuentes que presentan riesgos significativos de los que no”, señala Gerry D. Blasingame, terapista familiar y miembro de CASOMB.

“En general las personas en el registro se convierten en víctimas de acoso, humillación y hasta violencia. La realidad es que no podemos tener a una persona que cometió un solo delito hace 20 o 30 años junto a un depredador violento”, dice Blasingame.

En cuanto a los menores, “en mi experiencia aquellos de16 años para abajo que cometen abuso sexual lo hacen por una conducta experimental y no vuelven a reincidir. Sin embargo, muchos de estos pueden volver a la cárcel por otros crimines como robo, drogas o agresión física si no existe el apoyo de una terapia”, agrega Blasingame.

CASOMB pide que los delincuentes menos peligrosos sean eliminados del registro de 10 a 20 años después de la ofensa.

IMPORTANTE SABER-El registro que inició en el estado dorado en 1947, cuenta con alrededor de 845 mil personas en su base de datos de los cuales 200 mil son menores de 18 años de edad, según el DOJ.-El ofensor tiene prohibido ejercer alrededor de 36 oficios o carreras como todo lo que tenga que ver con el ramo médico, dentista, abogado, maestro, supervisor de parques, conductor de autobuses, trabajador social clínico, arquitecto, contratista, guardia de seguridad e inclusive cerrajero.
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