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Comunidad LGBTQ lucha para que perdure la unión e inclusión que generó Pulse

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La comunidad latina de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBTQ) de Orlando, duramente afectada por la matanza en la discoteca Pulse, trabaja para que perdure el respeto e inclusión social que generó el ataque al club gay hace un año.

Lo sucedido en Pulse supuso una tremenda sacudida a esta comunidad y la ciudad, que se abrió y vio nacer una mayor empatía hacia los latinos y LGBTQ, pero los asistentes al foro “Después de Pulse: A Latinx LGBTQ+ Perspective on the Road Ahead” coincidieron que hay trabajo por hacer y que la clave será coordinar esfuerzos.

En opinión de los ponentes, Pulse ayudó a sacar a la luz la presencia de una creciente comunidad latina y LGBT y la necesidad de preparar e invertir esfuerzos para estos grupos, aunque pidieron “paciencia”.

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“La tragedia une”, aseguró a Efe la trabajadora social y activista Nancy Rosado, quien destacó que incluso iglesias evangélicas que antes les rechazaban se han “asomado” a esta realidad social que antes negaban y ahora les “abren las puertas”.

Rosado, agente de policía de Nueva York durante 21 años, recordó que su antigua ciudad se “enamoró” del trabajo y esfuerzo de los uniformados tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En el caso de Orlando confía en que esta “luna de miel” con los latinos y LGBT se mantenga y, aunque haya “pasos atrás”, asegura que nunca volverán a esconderse en el “armario”.

“Nos sentimos más aceptados, y no nos van a quitar los avances que hemos logrado”, aseguró Rosado.

Su objetivo de consolidar este cambio no será fácil, pues se mantienen grupos que rechazan cualquier opción de mayor inclusión como quedó patente este lunes cuando un grupo anti-gay acudió a Pulse para protestar tras la celebración de la principal ceremonia de homenaje por las víctimas.

Tras una acalorada discusión entre los asistentes al acto de recuerdo y los manifestantes, que portaban carteles en los que se decía que los homosexuales “arderían en el infierno”, la policía tuvo que intervenir y detuvo a uno de ellos.

Los participantes en el foro destacaron que es el momento de aprovechar la oportunidad que se abrió con la mayor participación social e influencia política de los grupos LGBTQ tras Pulse.

Ricardo Negrón, director del Proyecto Somos Orlando y presente en Pulse la noche del ataque, donde murieron 49 personas, en su mayoría latinas, dijo que hay que unir esfuerzos de todos los grupos, ya sea los que trabajan en pro de los puertorriqueños, centroamericanos o LGBTQ.

Marco Quiroga, del Contigo Fund, creado para apoyar a través de becas a LGBTQ latinos, coincidió en esa necesidad de afrontar los retos de manera “colectiva” e incluyendo a las comunidad musulmana, la afroamericana o la indocumentada, pues tienen un “largo camino” para aumentar los derechos de las minorías.

En este sentido, Vivian Rodríguez, de la oficina del congresista demócrata por Florida Darren Soto, recordó que 31 estados del país carecen de legislaciones que protejan a los LGBTQ, por lo que se apuntó en el foro que es necesario “involucrarse” para lograr reducir esta brecha.

El representante estatal Carlos Guillermo Smith, que asistió al coloquio, quiso marcar la diferencia entre las “palabras y la acción”, y pidió a estos grupos que se unan y les entreguen una lista consensuada de demandas concretas.

Con ello, consideró, se paliaría el hecho de que hasta la fecha no se han producido grandes avances en Florida para proteger los derechos de la comunidad LGBTQ después de Pulse.

Negrón dijo a Efe que incluiría en esa “lista mágica” fondos para programas de inglés como segundo idioma y para “consejería mental”, porque muchas personas afectadas por la masacre sienten “ahora la necesidad de ayuda profesional”.

Quiroga apuntó por su parte que sería necesario que los políticos fueran conscientes de las necesidades de la comunidad y que inviertan en los “más impactados” para que se puedan convertir en líderes de sus comunidades y contribuyan a acabar con el “odio” en los corazones de la sociedad.

En su opinión, para lograrlo habría que dar mayores fondos a los grupos de base y servicios comunitarios que trabajan en favor de una mejor atención médica y un trabajo con salarios dignos a grupos minoritarios.

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