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La brevedad y claridad, castigadas en el Banco Mundial (BM)

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Apenas menos de un año después de haber sido contratado como economista jefe del Banco Mundial (BM), Paul Romer ha sido relegado de uno de sus cargos por sus continuadas exigencias de brevedad y “claridad” en la escritura en las presentaciones de la principal institución de desarrollo global.

Paradójicamente, parece que “economizar” es un verbo no bien visto en el seno del BM, dirigido por el estadounidense Jim Yong Kim y responsable del relevo.

En un gesto sorpresivo Romer, uno de los economistas estadounidenses más prestigiosos y habitual contendiente al premio Nobel, fue apartado temporalmente del Grupo de Desarrollo Económico de la institución, órgano desde el que coordinaba a 600 empleados del departamento de investigación.

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Ante los continuados rumores y las consiguientes preguntas de los periodistas, el propio economista decidió hacer divulgar esta semana su blog interno dentro de la institución para explicar las “objeciones internas” a su insistencia en una “escritura más clara”.

“Todo el mundo en el Banco debería trabajar hacia una prosa que sea clara y sencilla. Esto ahorrará tiempo y esfuerzo a los lectores”, señaló Romer, de 61 años, en uno de sus artículos ahora hechos públicos.

El cargo de economista jefe es uno de los más influyentes del BM, y ha sido ocupado previamente por reconocidos académicos como el posteriormente premio Nobel Joseph Stiglitz o el actual vicepresidente de la Reserva Federal de EEUU, Stanley Fischer.

“Escribir con claridad es un compromiso con la integridad (...) Pensar en el lector es un ejemplo de lo que quiero decir cuando hablo de desarrollar nuestro sentido de la empatía”, agregó.

En otro de ellos, subrayó que el “Informe de Desarrollo Global”, la publicación de cabecera del BM, “no debería ser publicado si la frecuencia de la conjunción ‘y’ excede el 2,6 %” del texto.

En los últimos años, la frecuencia de esta conjunción se había doblado hasta casi el 7 %, advirtió en otro de sus mensajes a su equipo.

Asimismo, y según reportó en primer lugar Bloomberg, sus vehementes críticas en las presentaciones e informes enrevesados y extensos en las reuniones internas habían generado inquietud y protestas entre los funcionarios de la institución.

Finalmente, parece que el “statu quo” se ha impuesto en una institución conocida por su retorcida jerga interna y Romer ha sido apartado temporalmente.

En 2015, de hecho, un estudio del Laboratorio Literario de la Universidad de Stanford acuñó el término “Banspeak” (Jerga del Banco) para describir el estilo de las publicaciones del organismo, que calificó “de cada vez más codificadas, auto-referenciales y separadas del lenguaje cotidiano”.

“Es casi otro lenguaje, tanto en semántica como en gramática”, subrayó el estudio universitario.

Romer se centrará ahora exclusivamente en labores de investigación y su cargo de coordinador del Grupo de Desarrollo Económico pasará a Kristalina Georgieva, directora ejecutiva de los departamentos de préstamo a países pobres y de ingresos medios.

La designación del profesor en excedencia de la Universidad de Nueva York en octubre de 2016 fue vista como un golpe de efecto por parte de la institución por mantener su rol como referencia global en el ámbito de la economía del desarrollo y en un momento de menguante influencia ante los recelos de los países avanzados por incrementar los fondos para el desarrollo.

Nacido en 1955 en Denver (Colorado), licenciado en Física y doctorado en Economía por la Universidad de Chicago, Romer está reconocido como uno de los más prestigiosos especialistas mundiales en las nuevas teorías del crecimiento económico a través de la inversión en capital humano, innovación y conocimiento.

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