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El “coworking” reduce la línea que separa el trabajo y la vida social

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Los nuevos espacios de trabajos conocidos como “coworkings” se han extendido en México con una redefinición de los hábitos y costumbres tradicionales a la hora de trabajar y acercando los vínculos entre el ocio y la responsabilidad laboral.

El atractivo reside en la renta de un espacio de trabajo para empresas o emprendedores a un precio menos elevado que el de una oficina convencional a cambio de mucho más: la integración en una comunidad de empleados de empresas muy diversas.

La raíz del éxito de estos espacios consiste en la necesidad tribal del ser humano de pertenecer a un colectivo mientras trabaja, aunque lo haga de forma independiente y favoreciendo la flexibilidad del alquiler del espacio de oficinas.

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“Es gente que busca encajar, que necesita modelos o cubrir estereotipos, expectativas a nivel familiar y personal”, dijo a EFE José Manuel Reyna, asesor de negocios.

Los nuevos espacios también modifican la jerarquía laboral, distorsionando la autoridad porque “la figura autoritaria” se ha transformado en “la figura del asesor”, agregó.

El jefe ahora es “más inclusivo”, capaz de aprender de sus trabajadores así como de “aceptar que se equivoca”.

Se establece así un trato delicado sobre el trabajador, menos tolerante a la frustración y más frágil que nunca.

Para Reyna, “los diseños tienen muchísimo que ver” con las nuevas formas de trabajar y comunicarnos.

Los responsables de estos espacios “toman más en cuenta el sentido humano, que genera más productividad”, cuenta Reyna.

“Wework”, empresa presente en 45 ciudades, es uno de los máximos exponentes de esta tendencia a nivel mundial.

Su espacio es diáfano y ultratecnológico, con presencia de colores inofensivos, amables, que acarician las mesas de madera estéticamente dispuestas.

Los empleados se encargan de dar un servicio exhaustivo, con un trato personalizado a cada trabajador, siempre con una sonrisa cosida a la boca.

La luz natural permea ventanales inmensos en cuyas faldas se sitúan las copas de los rascacielos más lustrosos de la ciudad.

El manager general de “Wework” en México y Colombia, Eduardo Molina, indicó a Efe que en el modelo de “coworking” existe “una voluntad” de “pertenecer a algo más grande que ellos mismos”.

La empresa pretende brindar una comunidad “que puede apoyarse en distintos aspectos de la vida”.

El “coworking” sirve para mejorar a las personas “tanto en el área profesional como en la personal espiritual”, dijo Molina.

El objetivo final, para Molina, es eliminar el espacio que separa “el trabajo de la vida”.

Para ello, la empresa brinda a los trabajadores actividades inclusivas como el yoga o reuniones lúdicas que creen comunidad.

Algunos trabajadores que eligen “Wework” fundamentan su elección en la necesidad de compañía ante una incapacidad para trabajar solos.

“Queríamos un espacio donde pudiéramos no estar tan solos”, cuenta a Efe Claudia Lliner, trabajadora de una empresa que renta con el modelo de “coworking”.

Alan Espinosa, líder de una empresa “start-up”, también necesita trabajar en compañía.

“Al estar trabajando en casa, te estás cerrando al mundo”, argumentó.

Atenas Silva, experta en recursos humanos, relaciona el fracaso del modelo de trabajo desde casa con el nacimiento de estos nuevos espacios.

“Se han hecho experimentos en los cuales solo el 20 % de personas se han adaptado”, dijo a Efe.

Se establece así un nuevo modelo de trabajo de más integración social y una mayor interacción entre empresas de diferentes sectores que mejora la competitividad y el desarrollo de nuevos negocios.

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