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¿Podrán dos nuevas escuelas de L.A. hacer que los departamentos de bomberos sean mas diversos?

El capitán del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Eddie Marez, explica el funcionamiento de un motor a los estudiantes de la escuela magneto Wilmington High School Firefighter Academy.

El capitán del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Eddie Marez, explica el funcionamiento de un motor a los estudiantes de la escuela magneto Wilmington High School Firefighter Academy.

(Luis Sinco/Los Angeles Times)
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El primer día de clases, apenas los estudiantes recogieron sus desayunos para dirigirse a las aulas, un camión de bomberos entró por las puertas de Banning High School, en Wilmington.

No, no era una emergencia. Los bomberos de la Estación 38 habían llegado hasta allí para mostrar su camión a los estudiantes de la nueva escuela magneto dedicada a estudiantes que quieren ser bomberos.

Es una de las dos escuelas magneto de este tipo dentro del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) -la otra está ubicada en Wilson High- y su programa es parte de una iniciativa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles en pos de diversificar su departamento, que hasta el año pasado era mitad blanco y apenas un 2.8% del género femenino.

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La escuela magneto de Banning cuenta con 72 estudiantes. Wilson tiene cerca de 28 alumnos en el noveno grado.

En ambas escuelas, la educación física se centrará en la formación que necesitan los bomberos, incluyendo técnicas de resucitación (o CPR) y manejo de equipos para extinción de incendios.

Cada año, los estudiantes de Wilson tomarán una materia optativa distinta, pero siempre relacionada con la carrera o la extinción de incendios, señaló Maribel González, coordinadora de la escuela magneto.

Los estudiantes de Banning estudiarán biología y físicas centrada en tecnologías contra el fuego, explicó el director Rudy Mendoza.

La clase de inglés, por ejemplo, incluirá vocabulario médico para que los estudiantes puedan prepararse para la certificación de EMT, que se requiere para ser bombero.

“Estamos tratando de que los jóvenes se interesen en la carrera y en lo que necesitan saber para prepararse”, afirmó el capitán Eddie Marez, del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, que dará clases en las dos instituciones.

El martes, en Wilson, la mayoría de los estudiantes de la primera clase de exploración de carreras eran latinos, y cinco de los 18 eran niñas.

Cerca de 50 estudiantes, entre ellos 15 niñas, asistieron a la primera clase de educación física de Banning High School.

“No hay que ser hombre para correr, hacer ejercicio, estar activo... y ayudar a la gente”, señaló Jessica Melgoza, de 14 años, una estudiante de noveno grado de Banning que dijo estar interesada en trabajar en una institución que aplique la ley, pero eligió la escuela también porque está cerca de su casa. Melgoza aclaró que, aunque ella no va a ser bombero, estar en una escuela con formación para bomberos le permitirá distinguirse como solicitante para otras universidades.

Un buen número de los estudiantes de ambas escuelas no saben, con certeza, si quieren ser bomberos.

En Wilson, Genesis Williams afirma que quiere ser científica forense. Melvin Monroy quiere ser ingeniero o jugador de fútbol. Isaías Sánchez quiere jugar al béisbol o ser arquitecto.

Génesis, de 14 años, quería estar en una escuela magneto orientada a temas de leyes y justicia, en el campus de Wilson, pero ya no había cupo. Por su parte, Isaías, de 13 años, llegó a Wilson desde Arroyo Seco Museum Science Magnet, porque dijo que quería asistir a una magneto en lugar de a una escuela normal del vecindario. Además, en Wilson ya habían estudiado algunos de sus familiares.

Keith Abrahams, jefe de programas de las escuelas magneto del distrito, aseguró que no importa si todos los estudiantes se convierten en bomberos, porque todas formas tendrán que cumplir con todos los requisitos para graduarse de preparatoria. “El objetivo es asegurarse de que estén listos para asistir a la universidad y tener una carrera”, agregó.

Pero Marez dice que su trabajo en los próximos cuatro años es preparar a estos niños para luchar contra el fuego, y convencer a la mayor cantidad posible de que esa opción es la más adecuada para ellos. No hay dudas de que haber llegado en un camión de bomberos lo ayudó con su cometido.

Si desea leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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