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Dos incendios queman más de 4,500 acres y obligan a evacuar a cientos de personas en el Valle de San Gabriel

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Dos incendios consumieron el lunes más de 4,500 acres en el Valle de San Gabriel y solo un cañón previno que las llamas de los siniestros se convirtieran en un infierno, literalmente, dijeron las autoridades.

Los dos incendios iniciaron en la zona de las ciudades de Azusa y Duarte, en medio de una ola de calor extremo, pero que originó que unos 750 residentes tuvieran que abandonar cientos de viviendas.

El primer incendio fue reportado como a las 11 a.m., a la altura de la carretera 39 que viaja a las Montañas de San Gabriel, dijo Andrew Mitchell, vocero del Servicio Forestal de L.A.

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Aparentemente el fuego fue iniciado a consecuencia de un accidente vehicular ya que un auto perdió el control y se volteó, cayendo al fondo del cañón cerca de una zona llamada Morris Reservoir, dijo John Tripp, miembro del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles (LAFD).

Cerca de unos 300 miembros del Servicio Forestal empezaron a lanzar agua en helicóptero para tratar de controlar las llamas que abarcaban unos 1,500 acres en ese momento en el área de Azusa.

Inmediatamente la policía de la ciudad ordenó una evacuación obligatoria para los residentes de las comunidades de Rainbow Ranch y Mountain Cove, una zona con unas 320 viviendas. Las autoridades dijeron que al Campamento Williams, una estructura cercana a Glendora Mountain Road y a San Gabriel Canyon, también se le solicitó a los residentes que salieran de sus casas.

Una hora más tarde, un segundo incendio inició cerca de Brokridge Road y Opal Canyon Road en la ciudad vecina de Duarte, dijo el Capitán Keith Mora, vocera del LAFD.

“Se está moviendo muy rápido”, indicó. Para las nueve de la noche, las llamas ya se habían extendido a unos tres mil acres, reportaron las autoridades.

Los bomberos están tratando de controlar la situación bajo unas condiciones de calor extremas y secas, arriba de los 100 grados Fahrenheit y ráfagas de 12 a 15 millas por hora, subrayó Mora.

Las llamas se extendieron rápidamente hacia el tope de las montañas y cerca de unas líneas de energía; hasta el momento ambos incendios siguen sin control.

“Nuestro reto más grande es el terreno y lo inaccesible al área, así que estamos dependiendo mucho de los helicópteros para controlar las llamas”, dijo Tripp, bombero del LAFD.

Hoy por la mañana, el humo de los incendios ya se había extendido a varias millas alrededor y las autoridades pedían precaución y no realizar actividades al aire libre.

Si desea leer la historia en su versión original y en inglés haga clic aquí.

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