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Para aliviar la deuda estudiantil, California considera ayudar a refinanciar los préstamos privados

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El tesorero del estado y candidato a la gobernación John Chiang se sumó al cada vez más importante debate sobre la asequibilidad de la universidad con un nuevo impulso para que California contribuya a aliviar la carga de los préstamos estudiantiles privados con alto interés.

Chiang apoya una legislación que crearía un fondo de $25 millones de dólares para ofrecer un grado de protección a los proveedores de préstamos estudiantiles. Si el estado asume una parte de los riesgos, los proponentes de la medida consideran que las instituciones financieras serán más propensas a ofrecer una tasa de interés más baja a los deudores.

“Sabemos que, por desgracia, demasiados californianos y demasiados estadounidenses están cargando con una deuda extraordinaria”, afirmó Chiang en una entrevista donde elogió su plan como un esfuerzo para “tratar de sacarlos de la deuda lo antes posible”.

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La propuesta, que pasará a la Legislatura por medio del senador Ben Allen (D-Santa Mónica), se encuentra entre una oleada de medidas introducidas en la Legislatura este año destinadas a afrontar el alto costo de la universidad. Allen y Chiang planeaban dar a conocer el proyecto en una conferencia de prensa esta semana, en el Capitolio.

Los demócratas de la asamblea han propuesto un amplio plan de “universidad libre de deudas”, que ayudaría a compensar los costos de vida de los alumnos además de la matrícula. Otros legisladores han propuesto la congelación de los costos de colegiatura en los campus de la Universidad de California (UC) y la Universidad Estatal de California (Cal State), o la supresión total de éstos en esas instituciones y en los colegios comunitarios mediante la imposición de un impuesto a los millonarios.

La medida ideada por Chiang y Allen, que está respaldada por el poderoso gremio Service Employees International Union (SEIU), ayudaría a aquellos que ya cargan con una deuda estudiantil. La ayuda estaría abierta a los residentes de California con préstamos privados de $25,000 o menos, que actualmente sean empleados y tengan un grado asociado, licenciatura, título de postgrado o carrera técnica.

En el marco del plan, los prestamistas podrían recurrir a una entidad financiera para el refinanciamiento. Una vez que es aprobado, se envía un paquete de crédito a la California Educational Financing Authority, dirigida por la oficina del tesorero. Las autoridades acordarán ofrecer una protección de primera pérdida hasta de un 10% del préstamo, lo cual significa que el estado garantizaría esa porción en caso de un incumplimiento.

La deuda estudiantil pública y privada suma un total de más de un billón de dólares a nivel nacional. Los residentes de California, en comparación con otros estados, tienen un nivel de deuda relativamente bajo. Los universitarios de último año que se graduaron en 2015 deben aproximadamente $22,000, según el Institute for College Access and Success, una organización sin fines de lucro que aboga por resolver los problemas de asequibilidad. A nivel nacional, los prestatarios registraron un promedio de unos $30,000 en deudas.

Los préstamos estudiantiles federales tienen tasas de interés que van desde el 3% al 8%, mientras que las tasas para los préstamos privados pueden rondar entre el 9% y el 12%.

Esta no es la primera vez que California ha abordado la deuda estudiantil. La oficina del tesorero en una ocasión utilizó bonos para financiar los préstamos estudiantiles, pero el programa eventualmente finalizó después de ser considerado insostenible.

El renovado interés en los costos universitarios, impulsado en gran medida por la rebelde campaña a la presidencia del senador de Vermont Bernie Sanders, puso nuevamente el tema en primer plano, así como una más saludable perspectiva fiscal del estado.

“El estado, durante un largo período durante la recesión, intentó ordenar el balance general. No tuvimos necesariamente la solidez financiera para abordar cuestiones tales como los costos de la educación”, aseguró Chiang. Ahora, “hemos llegado a un lugar mucho mejor” en ese sentido, expuso.

La propuesta también le permite a Chiang poner manos en un tema de alto perfil nacional, a medida que comienza a intensificarse la carrera para gobernador de 2018. Allen expresó que le agrada la exposición de tener una candidatura a gobernador vinculada con el proyecto de ley. “No es malo darle a este tema un mayor protagonismo, ya sea a través de su cargo actual o de su candidatura [a la gobernación]”, expuso Allen. El senador afirmó que la reputación de Chiang como “un buen administrador fiscal, no alguien que es conocido por su despilfarro”, también le da buen impulso a la propuesta.

La oficina del tesorero estima que un fondo de $25 millones de dólares podría ayudar a refinanciar aproximadamente 16,000 préstamos.

Asegurar ese dinero podría ser una batalla muy difícil. Mientras que el panorama del presupuesto de California es mucho más estable de lo que fue en la recesión, el gobernador Jerry Brown ha estimado un déficit de $1,600 millones de dólares en el próximo ejercicio presupuestario. La propuesta también compite con otras iniciativas que buscan combatir los costos universitarios.

“Si bien ayudar a los graduados que han soportado el costo de su educación superior mediante préstamos privados es entendible, el comité quizás quiera considerar si la política debería centrarse en ampliar programas de ayuda basada en la necesidad u otros tipos de asistencia financiera”, señaló un análisis realizado por el Comité de Educación del Senado, que aprobó la medida a principios de este mes. El proyecto de ley será considerado la próxima semana por el panel de bancos y finanzas del Senado.

Debbie Cochrane, vicepresidenta del Institute for College Access and Success, manifestó que la iniciativa de refinanciación quizá no tenga tanto impacto como otras medidas para hacer que la universidad sea menos costosa. “Es poco probable que disminuir una tasa de interés por medio punto porcentual determine o impida el pago de alguien”, expuso. “En lo que necesitamos estar enfocados es en cómo hacemos que los estudiantes no necesiten pedir préstamos privados en primer lugar, al proveerles más asistencia basada en la necesidad o dándoles más información sobre cómo evitar ese recurso”.

Cochrane también señaló que al limitar la elegibilidad a un grupo pequeño de prestatarios, quienes han terminado su licenciatura y están empleados continuamente, la propuesta excluye a aquellos más agobiados por la deuda. “Cuando piensas acerca de quién está luchando para pagar, siempre se trata de los estudiantes que no completaron su carrera”, afirmó Cochrane. “Y estos prestatarios serían excluidos de los beneficios bajo esta ley”.

Allen reconoció que su propuesta se limita a aquellos con perfiles atractivos de préstamos, personas con buen historial de crédito, un trabajo y un título, y que “sin embargo, todavía están se ven totalmente perjudicados por el sistema. ¿No demuestra eso que tan mal están las cosas?”, se preguntó.

“No va a resolver toda la crisis de deuda estudiantil, ni mucho menos”, continuó Allen. “Pero realmente creo que es un paso inteligente en la dirección correcta, y hará una diferencia para un número de californianos que ahora mismo están ahogados en deuda, con un riesgo mínimo para el estado”.

Entre aquellas personas que buscan alivio se encuentra Tara Chandler, una trabajadora social del condado de Los Ángeles, que carga con un pago mensual de $969, de lo cual más de la mitad corresponde a préstamos privados. A pesar de ganar unos $90,000 al año, Chandler se siente “atada” a su deuda y es incapaz de pensar en otros pasos hacia la salud financiera, como comprar una casa. “Gano un muy buen sueldo y debería tener un estilo de vida de clase media normal, pero no lo hago”, aseguró Chandler, de 35 años de edad. “Vivo de cheque en cheque”.

Como miembro de SEIU, Chandler expresó que tiene sentido que el grupo laboral apoye el tema de los préstamos estudiantiles. “Sé que no estoy sola. Tengo un montón de compañeros en la misma situación”, afirmó. “Todos somos personas altruistas que queremos ser de utilidad a la comunidad, y todos estamos luchando”.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en inglés, haga clic aquí

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