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Según una auditoría, UC perjudica a los estudiantes californianos al admitir cada vez más aspirantes no residentes

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Como estudiante en South Pasadena High School, Katherine Uriarte cursó seis clases de nivel avanzado, obtuvo las mejores puntuaciones en su ACT, participó en el gobierno estudiantil y, durante el verano, realizó una pasantía en Caltech.

Todo ello no fue suficiente para ser admitida en UCLA o en UC Berkeley.

Hija de un inmigrante mexicano, Uriarte todavía espera cumplir su sueño de convertirse en la primera en su familia en asistir a la universidad. Ahora está cursando su primer año en la Universidad de Columbia, en Nueva York, con una beca completa de la Fundación Bill y Melinda Gates. Pero Uriarte considera que ella, y muchos californianos, están perdiendo la oportunidad de asistir a una universidad en su estado debido a una marea creciente de estudiantes de otros sitios que son aceptados. “Creo que deberían dar prioridad a los alumnos de California”, afirmó.

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Una nueva auditoría estatal le da la razón. El mordaz informe de 116 páginas, publicado el martes último, acusa a la Universidad de California de perjudicar a los estudiantes locales al admitir demasiados postulantes foráneos en sus campus. El documento recomienda aplicar requisitos de admisión más estrictos para los estudiantes no residentes, restricciones en la inscripción y un mayor enfoque en el reclutamiento de californianos –particularmente afroamericanos, latinos, y de otras minorías subrepresentadas-.

La presidente de la Universidad de California, Janet Napolitano, denunció las conclusiones de la auditoría como “decepcionantemente prefabricadas” y “tan injustas como injustificadas”. La funcionaria aseguró que los auditores ignoran el hecho de que los estudiantes foráneos contribuyeron con $728 millones a las arcas de UC, lo cual permitió que los 10 campus del sistema aceptaran a más californianos en vista de los masivos recortes presupuestarios impuestos desde la recesión de 2008.

La auditoría -y las reacciones que generó- incrementó una controversia política de larga data: determinar si el aumento de los estudiantes no residentes en el mejor sistema de universidad pública en el país ha ayudado o dañado a los californianos.

El informe fue solicitado hace más de un año por el asambleísta Mike Gipson (D-Carson), quien ha visto con consternación cómo la matrícula de estudiantes de otros estados y países creció hasta el 15.5 % del total de las inscripciones de la Universidad de California, frente al 5% que se registraba hace ocho años.

La auditoría reveló que los solicitantes foráneos se beneficiaron de las pocas normas de admisión, mientras que los californianos fueron rechazados de los campus de su predilección. “En un intento por aumentar sus ingresos, la universidad ha socavado su compromiso con los residentes, mediante la convocatoria e inscripción de no residentes”, dice el documento.

“Debido al daño significativo que han sufrido los residentes y sus familias, como consecuencia de estos actos de la universidad, creemos que es necesaria la intervención legislativa para asegurar que la educación universitaria vuelva a ser alcanzable y asequible para todos los residentes calificados y con deseo de ingresar”, aseguró la auditora del estado, Elaine Howle, en una carta dada a conocer al mismo tiempo que la auditoría.

Gipson afirmó que trabajaría de inmediato con otros legisladores para impulsar acciones como un tope de estudiantes no residentes, y una audiencia pública sobre los resultados de la auditoría. “Mi reacción es de absoluta repugnancia”, dijo Gipson. “Voy a usar una palabra dura: discriminación. Estamos quitándole el lugar a los estudiantes de California”.

Funcionarios de UC insisten en que los alumnos no residentes no desplazan a los californianos. En lugar de ello, dicen, los casi $ 25,000 que se cobran adicionalmente por matricula a los estudiantes foráneos ha permitido que UC inscriba a miles de estudiantes del estado. La inscripción y cuotas para los estudiantes de otros sitios ascendieron a $38,108 este año académico, comparadas con los $13,400 que se cobra a los residentes.

Sin el dinero extra de los estudiantes foráneos, los californianos hubieran pagado $2,500 adicionales por matrícula, un aumento aproximado del 20%, señaló Napolitano.

La inscripción y las cuotas se han duplicado desde la recesión de 2008, pero se han mantenido estables -a excepción de un solo aumento- los últimos cinco años, como parte de un acuerdo entre Napolitano y el gobernador Jerry Brown, que destino más de $3 mil millones de dólares al sistema UC.

En un acuerdo separado, UC pactó admitir a 5,000 estudiantes adicionales de California para el otoño de 2016, a cambio de $25 millones más y la estabilización en el incremento en el costo de las inscripciones. “Proporcionar financiación estatal adecuada es la mejor manera de aumentar el número de estudiantes matriculados en la Universidad de California”, señaló un informe especial sobre admisiones y finanzas, dado a conocer el martes por funcionarios de la universidad, en espera de los resultados de la auditoría.

En este informe se expuso que las políticas de UC “favorecen abrumadoramente” a los residentes de California por sobre quienes no residen en el estado. El sistema garantiza la admisión a un campus, como mínimo, para todos los solicitantes elegibles de California: el 9% con mejores calificaciones de su clase de preparatoria, que mantuvo al menos un promedio (GPA) de 3.0 además de tomar una serie de clases requeridas, tales como inglés y matemáticas. No existe tal garantía para los no residentes.

Los californianos también son más admitidos en general, con un 71% de aceptados en al menos un campus de su preferencia, en comparación con el 55% de no residentes. Y, según el informe, sólo los californianos disfrutan de acceso a tres programas de becas y ayudas estatales que han beneficiado a más de la mitad de los estudiantes de UC para inscribirse sin pagar ninguna cuota o inscripción.

Datos de UC indican que la matrícula de pregrado de California aumentó de 163,773 en el otoño de 2008 a 167,959 en el otoño de 2015. Durante el mismo período, la inscripción de los estudiantes de fuera del estado creció de 9,000 a 30,907.

A pesar del crecimiento, los funcionarios de UC señalan que el porcentaje de estudiantes no residentes sigue siendo significativamente menor al 40 % de los matriculados en otras casas educativas por el estilo, tales como las universidades de Oregón, Iowa y Michigan.

Mónica Lozano, presidenta de la Junta de Regentes de la Universidad de California, afirmó que la auditoría está llena de conclusiones erróneas. Los estudiantes de California siempre han estado en primer lugar, dijo, y los regentes continuarán expandiendo el acceso para ellos. “No hay duda de que el objetivo y la responsabilidad principal es con los estudiantes de California”, aseguró.

Howle, sin embargo, señaló que los funcionarios de UC no pudieron proporcionar pruebas de sus afirmaciones. No han demostrado, por ejemplo, cómo se utilizaron los $728 millones que recibieron de los estudiantes no residentes. “Nunca pusieron en tela de juicio ninguno de los hechos... Simplemente no les gustan nuestras conclusiones”, expresó Howle. “Sin embargo, están basadas en los hechos”.

Hans Johnson, investigador principal del grupo no partidista Public Policy Institute of California, manifestó que la decisión de UC de inscribir a más estudiantes foráneos en medio de los drásticos recortes presupuestarios es ‘defendible’. Sin embargo, también aclaró que está a favor de la reducción de su número, ya que ahora constituyen más del 20% de los estudiantes en los campus más populares, como UCLA y UC Berkeley.

Con un menor número de estudiantes no residentes, dijo, más californianos podrían ser admitidos en sus campus preferidos. Hoy en día, a miles de alumnos calificados que no han podido entrar donde querían se les ofrece un lugar en UC Merced, incluso si no habían solicitado ingreso allí. Gipson y otros han expresado su preocupación de que los destinados a UC Merced sean mayoritariamente latinos y afroamericanos.

Con menos estudiantes no residentes, la Universidad de California tendría que compensar la pérdida financiera con más dinero por parte del estado, o incrementar la matrícula y las cuotas, precisó Johnson. En su opinión, se debe considerar un aumento del pago de la inscripción, siempre y cuando la ayuda financiera para estudiantes de bajos ingresos se incremente proporcionadamente.

El departamento de finanzas del estado, sin embargo, ha dicho que UC también tiene que controlar sus gastos. La auditoría recomienda un estudio de costo bienal y una revisión para reducir los $13 mil millones gastados en sueldos del personal en 2014-15. Funcionarios de universidad señalaron que han reducido los costos de manera agresiva y que seguirán buscando nuevas maneras de hacerlo.

Gipson también pidió que la auditoría investigara el progreso de UC en igualar la financiación por estudiante a través de los distintos campus. Una auditoría de 2011 descubrió que los cuatro campus universitarios con más minorías recibieron en promedio aproximadamente $3,600 menos por estudiante que los cinco campus con un menor número de minorías.

UC señaló que los planteles con más estudiantes graduados y programas de ciencias de la salud –como UCLA, UC Berkeley y UC Davis– son financieramente más costosos. Pero los funcionarios han revisado sus fórmulas y esperan que para el año escolar 2016-17 puedan distribuir el dinero del estado en forma equitativa.

Los auditores también hallaron que los salarios de los rectores universitarios fueron bajos en comparación con otras universidades de investigación. Sin embargo, remarcaron que las autoridades podrían haber hecho más para reducir los costos, en lugar de elevar la matrícula o admitir más estudiantes no residentes, por ejemplo otorgar licencia a los empleados, tal como se hizo en 2009.

Napolitano mencionó que los empleados de UC deben ser elogiados por su “hazaña” al mantener una alta calidad académica a pesar de los intensos problemas de presupuesto. “Sabemos que la inscripción de no residentes es un punto sensible, y así debe ser”, dijo. “Sin embargo, el informe es incorrecto. No se debe pasar por alto el hecho de que la universidad siguió aumentando su cantidad de inscriptos del estado y proporcionando una educación de primera clase, con algunos de los programas académicos de más alto rango en el mundo y el país”.

Para más noticias de educación, sígame en @TeresaWatanabe

Traducción: Diana Cervantes.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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