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En diciembre abrirán el puente peatonal de Estados Unidos al aeropuerto de Tijuana

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La gran mayoría de los viajeros fronterizos que utilizan el aeropuerto internacional de Tijuana A.L. Rodríguez, son mexicanos y Latinos de Estados Unidos con lazos en México. Ahora, los desarrolladores de un nuevo y privado puente transfronterizo que conecta directamente con la terminal mexicana, tienen la esperanza de que el proyecto ampliará el interés de los pasajeros provenientes de los Estados Unidos y harán sus reservaciones de vuelo saliendo del aeropuerto Abelardo L. Rodríguez, en Tijuana.

El enfoque se centra en que los americanos a los que les preocupa conducir en Tijuana, o que no les gusta la idea de las largas esperas en la frontera a su regreso a los Estados Unidos, puedan buscar y reservar vuelos en el aeropuerto Rodríguez.

“Hay una enorme oportunidad para que los ciudadanos estadounidenses viajen dentro de México”, dijo Enrique Valle, Director ejecutivo de Otay Tijuana Ventures, constructor y operador del futuro Cross Border Xpress. “Esto es algo que el aeropuerto de Tijuana no está explotando mucho”.

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De los casi 4,7 millones de pasajeros que usaron el aeropuerto de Tijuana el año pasado, alrededor del 60 por ciento viajaban hacia o desde el sur de California.

La idea es que pagando el peaje del puente, los viajeros pueden ahorrar tiempo y evitar la usual congestión en los puertos de entrada a Estados Unidos cercanos a Otay Mesa y San Ysidro. Los desarrolladores del proyecto estiman que aproximadamente la mitad de aquellos que cruzan la frontera utilizarían el puente, lo que significa un número entre 1,5 millones y 1,8 millones de pasajeros durante su primer año de operación. Mientras que cuentan con el mercado establecido para que constituyan la mayor parte de los usuarios, ellos también están contando con que el puente pueda atraer a nuevos viajeros al aeropuerto, el cual ofrece vuelos directos a más de 30 destinos mexicanos.

Algunas personas en Tijuana han criticado el proyecto diciendo que traerá muy poco beneficio a la ciudad, pero Valle dijo que la medida podría ayudar a fomentar el turismo. La normativa permitirá a los viajeros cruzar la frontera 24 horas antes de su vuelo, dándoles la oportunidad de hacer una parada para comer en Tijuana antes de su vuelo, o programar reuniones y citas médicas, amplificó Valle.

Entre los que apoyaron el proyecto la semana pasada estuvieron Malin Burnham, el desarrollador de bienes raíces de San Diego que es copresidente de la Smart Border Coalition (Coalición de la frontera inteligente), un grupo integrado por miembros de San Diego y Tijuana cuyos integrantes cabildean por un cruce fronterizo más eficiente.

“Esto conseguirá que haya muchas más personas dispuestas a volar saliendo de Tijuana que nunca antes siquiera lo hubiera pensado”, expuso Burnham llegada la conclusión de un recorrido de la obra en proceso de construcción por los miembros de la coalición, el jueves por la tarde. Los inversionistas que respaldan a Otay Tijuana Venture incluyen al magnate de bienes raíces de Chicago, Sam Zell y tres socios mexicanos conectados al Grupo Aeroportuario del Pacífico, que opera el aeropuerto de Tijuana.

El proyecto Cross Border Xpress tiene una etiqueta de $ 120 millones y es un empresa de propiedad privada, con fines de lucro, que es diferente a cualquier otro puerto de entrada en la frontera de Estados Unidos. Sólo los viajeros con boletos de aerolínea serán admitidos para usar el puente peatonal de 390 pies, mismo que se extiende a lo largo de la cerca divisoria de los E.E.U.U., enfrente del aeropuerto de Tijuana. Valle dijo que su apertura está prevista para diciembre, con peajes en el rango de $13 a $17 por cada cruce. El proyecto incluye una instalación en el lado de Estados Unidos, donde los pasajeros podrán entrar y salir del puente y donde se permitirá que sean dejados o recogidos por transporte público o privado.

El puente fue diseñado por el finado arquitecto mexicano Ricardo Legorreta, famoso por su uso de colores, la instalación contará con aduana y servicios de inspección de inmigración, así como un restaurante formal, un bar deportivo, un VIP lounge, una cafetería y una tienda libre de impuestos. Habrá cerca de 900 espacios de estacionamiento a disposición del público, así como espacios para autobuses interurbanos y locales, taxis y vehículos de Uber, explicó Valle.

Para los viajeros como Doris Aguilar, de 30 años de edad, una funcionaria del registro público de Mazatlán y quien inicia una estancia de una semana en San Diego, no es demasiado pronto. El jueves por la tarde, ella y su hermana, tirando de grandes maletas mientras caminaban ya dentro de San Diego, dijo que habían esperado cerca de dos horas en la línea peatonal en el puerto de entrada de Mesa de Otay, más tiempo de lo que les llevó volar de Mazatlán hasta Tijuana.

“Definitivamente, yo pagaría por evitar esa espera en la línea” dijo Aguilar, mientras ellas esperaban a otros cuatro miembros de su familia a que cruzaran por la garita. “Está haciendo tanto calor, es tan incómodo, estar esperando en el sol, preguntándonos si estamos avanzando o no”.

El proyecto, que duró años en la etapa de planificación, se desarrolló por primera vez a partir de una idea en la década de 1990, que era crear un aeropuerto binacional en Otay Mesa para reemplazar a Lindbergh Field. El proyecto “Twinports” implicaba la construcción de una pista al norte de la frontera paralela a la existente en el aeropuerto de Tijuana.

El plan había sido apoyado por Ron Roberts, entonces miembro del Consejo de la ciudad de San Diego y actualmente supervisor del condado de San Diego, ganó el apoyo a altos niveles en los Estados Unidos y México, pero también poderosos detractores. “El proceso fue tan largo y no había suficiente ‘compradores de la idea’ en los niveles superiores” recordó Steve Castañeda, un ex miembro del Consejo de la ciudad de Chula Vista y consultor de transporte que escribió un estudio sobre la propuesta de Twinports. “Simplemente perdio vapor y no fue a ninguna parte”.

Los debates de Twinports dieron a luz a una idea diferente: Ralph Nieders, un empresario de San Diego con conexiones en México, fue el primero en proponer una terminal transfronteriza, dijo Castaneda. El South County Economic Counsil encargó un estudio de la propuesta, que “demostró que era factible”, dijo Castaneda.

Con la nueva conexión transfronteriza, “la personas tendrán mucho más acceso a México y América Latina, como nunca antes la habían”, señaló Castaneda. “Creo que debió haber sucedido desde hace mucho tiempo”.

El proyecto ha generado mucho interés en la zona sur del condado, dijo Cindy Gompper-Graves, Director Ejecutivo de la EDC de South County. El edificio “será uno de los identificadores de la región”, dijo. “Creo que será una estructura icónica”.

Gompper-Graves dijo que el proyecto ha estado levantando las esperanzas entre los propietarios de tierras en Otay Mesa de que la zona atraiga hoteles, restaurantes y otros negocios. Harry Nuño, director de desarrollo del proyecto, condujo el tour del jueves para los miembros de Smart Border Coalition. La expectativa, dijo, es que el centro no sólo servirá a los viajeros, sino también a los trabajadores y residentes de la zona de Otay Mesa que quieran parar a comer o beber algo.

“Queremos que este lugar cobre vida, no sólo para nosotros sino para toda la comunidad”, dijo.

Merrie Monteagudo, investigadora miembro del staff, contribuyó a este informe. El puente peatonal es construido con dinero privado y une el aeropuerto internacional de Tijuana, A.L. Rodríguez con Otay Mesa cobrará el peaje.

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