De Volador a sacerdote de Papantla

TIJUANA BC 20 DE SEPTIEMBRE 2016 (AFN).- El maestro y sacerdote de Los Voladores de Papantla, Alberto de León Salazar, desde los 8 años se dedica a ser Volador, como lo ha hecho su familia de generación en generación.

“Empecé a volar desde los 8 años, como lo hicieron mis tatarabuelos y abuelos, toda la familia ha participado y me siento orgulloso de ello”.

Ahora con 40 años y 25 de ser volador tiene el papel de sacerdote, ya que conoce el rito y tiene el valor para bailar en lo más alto del “Palo Sagrado”, mientras toca la flauta y el tamborcito.

“Yo ya perdí el miedo, claro que ha habido accidentes, pero nada importante, aquí seguimos, para eso nos preparamos todos los días”, comparte De León.

El ritual de Los Voladores de Papantla está asociado a la fertilidad, donde los hombres piden bendiciones para que la tierra germine y dé paso a la vida. En él participan cuatro voladores y el sacerdote o caporal.

El rito breve inicia cuando el sacerdote toca el “Son del Perdón” con la flauta, “chirimía” y el tamborcito, mientas los 4 jóvenes ascienden la escalera para sentarse sobre la cruz, frente al “Palo Sagrado”. Después de persignarse, también el sacerdote sube al poste y de pie toca el “Son del Viento” y danza simultáneamente girando hacia los 4 puntos cardinales.

Al iniciar el giro de la cruz, se observa el descenso de los 4 voladores que completan 52 vueltas, número simbólico del ciclo de 52 años del calendario indígena o Xiuhmolpilli. Crisanto de León, Isaías Méndez, Luis Fernando Méndez, Alejandro Hernández fueron los voladores que realizaron la hazaña.

“Las nuevas generaciones están interesadas en seguir, no quieren que se acabe, quieren aprender, compartió el sacerdote, para ello asisten a una de las 5 escuelas que se han instalado para preservar la ceremonia.

Durante dos o tres años más de 180 niños y jóvenes se están preparando con 40 maestros tradicionales en actividades físicas y pláticas de psicología y religión para llevar este milenario ritual de 1300 años a todo el mundo.

La ceremonia fue reconocida por la UNESCO en 2009 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Somos artistas, pero también somos artesanos en madera, reconoció De León, quien junto con su grupo atendió en el Festival México un módulo con figuras de voladores, abanicos, arcos, flautas y tamborcillos.

“La gente no quiere que nos vayamos, quieren que nos quedemos, aunque ya tenemos invitación también a San Diego, California”, finalizó De León, antes de iniciar lo que sería su último vuelo del día en Tijuana como sacerdote de Los Voladores de Papantla.