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Historia: Cassandro, confesiones de un exótico: ‘Cambié el mundo de la lucha libre’

El mexicano Saúl Armendáriz está por celebrar tres décadas de carrera en la lucha libre como Cassandro, el exótico. Nos habló del camino recorrido y triunfos en este deporte, el filme de su historia producido por Amazon, un próximo libro y la que co

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HOY

Saúl Armendáriz tiene 48 años. ‘Cassandro’, está por llegar a los 30. Juntos han recorrido el circuito del “segundo deporte más querido de México” —luego del futbol, según Armendáriz— con aplomo y orgullo.

Armendáriz no ocultó nunca su identidad sexual en un deporte de hombres, de contacto, de golpes. Le agregó brillo, trajes coloridos, boas de plumas, peinados, maquillaje y actitud “glam”.

“Siempre hablo de mi dualidad: Cassandro-Saúl; lo masculino-lo femenino; Ciudad Juárez (Chihuahua, México)- El Paso (Texas-EEUU). La dualidad es mi fuerza. Soy un luchador bendecido”, destacó a HOY.

Y uno que para poder triunfar en las batallas de dos a tres caídas sin límite de tiempo o en los enfrentamientos de máscara contra cabellera, tuvo que enfrentar varias veces sus demonios internos.

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En 2013, en una primera entrevista, habló de las golpizas y abuso sexual que sufrió desde los 6 años. “Fue en casa. Siempre es un conocido”, contó sin revelar entonces la identidad del abusador. El maltrato sexual siguió hasta los 16. Dijo, era visto “como un juguete sexual”.

La lucha libre llegó a salvarlo, y él a cambiarla.

Cambié no solamente una cultura mexicana, cambié el mundo de la lucha libre”.

— Cassandro

“Tuve que descubrir quien no soy para, después de años, darme cuenta en verdad quién soy como Saúl y como Cassandro y casi celebrando 30 años en mi bendita lucha libre, rompiendo barreras, siendo el primer exótico campeón mundial en 1992 y antes de eso tuve una lucha contra El Hijo del Santo (1991)”, contó.

Enfrentar entonces al heredero de la leyenda de plata tuvo un gran impacto.

“Fue un momento donde cambié no solamente una cultura mexicana, cambié el mundo de la lucha libre donde los exóticos ya no somos los payasos del circo. Los exóticos como yo y Pimpinela Escarlata, nos hemos partido la madre para enseñar que somos magníficos luchadores como cualquier otro, solamente que a veces tenemos que trabajar lo doble o el triple”, compartió.

La fama y el dinero del momento le hicieron perder el rumbo. Tuvo excesos que hacían más grandes sus heridas emocionales y afectivas.

Cita el 4 de junio de 2003 como una fecha clave en su vida.

“Hice lo más duro: irme a internar a un centro de desintoxicación. Me di cuenta que tenía mucho trabajo por hacer, trabajar mucho en el amor, en el propio, y no enfocarme en los defectos de carácter. Soy producto hoy de eso y de terapeutas”, destacó.

La danza azteca le ha permitido ser otro escape de curación.

“El Cassandro que ves hoy (luego de haber coincidido en 2013) no es el mismo. ¡Mírame! Rebajé 30 libras, tuve una recaída hace solo tres años por todas las cirugías a las que me he sometido —por los golpes de la bendita lucha libre— y por eso se despertaron todas las heridas de la infancia que creía sanadas. Siempre hay que trabajar en una sanación más profunda cada día”.

El luchador mexicano Cassandro, al centro, acompañado por Dr. Wagner Jr. (izq.) y El Hijo del Santo, en Londres el 8 de julio de 2015. PETER MACDIARMID/GETTY
(Peter Macdiarmid / Getty Images)

Armendáriz no siempre fue Cassandro. Antes, en pleno auge novelero-ochentero en México, se bautizó como “Rosa Salvaje”, telenovela que en 1987 protagonizó Verónica Castro.

Cassandro llegó después y se quedó. Y es Cassandro el que este año llevó a Armendáriz a otro cuadrilátero: El del Festival Internacional de Cine de Cannes.

El documental basado en su vida, titulado “Cassandro The Exotic”, realizado por la francoamericana Marie Losier, es un relato de su vida.

“Solamente iba a presentar el documental pero ya ahí hice la alfombra roja, estuve invitado en cenas especiales”, recordó de esa experiencia, que sigue aumentando conforme el documental se mueve en el circuito de festivales internacionales de cine.

También ha sido partícipe en charlas, en centros latinos, ya que con su rol de defensor de los derechos de la comunidad LGBTQ, usa su ejemplo para ayudar a otros, dice, a sanar.

“Esto ha traído una nueva etapa en mi vida. En la bendita lucha libre encontré mi voz, mi plataforma, y es lo que voy a hacer para pasar el mensaje, aún hay mucho por hacer. Hoy ya no soy víctima, soy victorioso”.

El próximo 15 de octubre es cuando Cassandro celebrará sus 30 años y se prepara para ello con su frase de guerra: “Bendita lucha libre nunca te acabes”.

@giselaorozco | gorozco@vivelohoy.com

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