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Chick Corea cerró Festival Jazz de Riviera Maya acompañado por Béla Fleck

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El mítico Chick Corea, pianista, teclista y compositor estadounidense de jazz, ganador de 20 premios Grammy, cerró hoy de manera magistral la XV edición del Festival de Jazz de la Riviera Maya, en el caribe mexicano.

Este pionero del jazz fusión estuvo acompañado al banjo por otro talento musical, Béla Fleck, poseedor a su vez de 15 Grammy, repartidos en diferentes categorías como mejor álbum folk, mejor composición e interpretación instrumental, mejor álbum crossover, entre otras.

Un dúo que se compaginó a las mil maravillas tanto ensayando como improvisando después de más de una década trabajando juntos, lo que les ha generado además una gran amistad.

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“De tocar con grandes como él he aprendido la humildad y a trabajar duro. Es difícil mantener su ritmo”, afirmó antes del concierto Béla Fleck, un músico atípico, según su propia definición, ya que un blanco de Nueva York se enamoró del banjo, un instrumento siempre ligado al profundo sur de Estados Unidos.

“Es un error común que yo también tenía. Aprendí que el banjo proviene de los esclavos negros traídos de África. Ahora conozco el bluegrass tan bien que lo puedo tocar dormido”, señaló Fleck en el escenario de escenario Mamitas Beach Club de Playa del Carmen, en el caribe mexicano, en una noche espléndida de luna llena.

Tras tantos años con Chick Corea ambos se han convertido en vasos comunicantes: “Nos gusta vivir el momento, ser espontáneos y después de tanto tiempo juntos nos basta mirarnos a los ojos para saber lo que vamos a improvisar”.

“Los grandes improvisadores son gente que no se pone tensa y eso me gusta. Tocamos intenso a la vez que estamos relajados,” agregó.

Memo Ruiz Bolero Jazz Big Band abrió la última jornada del festival con ese estilo de música y orquesta a lo Frank Sinatra que ya es casi imposible de ver en estos días.

“A una muchacha tienes que enamorarla con palabras bonitas no con rock y eso es el bolero, el amor en español”, afirmó Memo Ruiz, quien fusiona el bolero con el jazz.

Ruiz no canta cuadrado el bolero sino sincopado desde hace más de 30 años, “debe ser mi romanticismo de cepa veracruzana”, afirmó el intérprete mexicano.

No se disculpa por ello: “la fusión en el jazz viene desde los años 60. Primero fue con la música cubana, luego con la latina y posteriormente con el flamenco y con la mexicana en la época del “feeling”.

Memo Ruiz precisó que le sorprende gratamente la cantidad de gente joven que llega a sus conciertos: “casi un tercio rondan los 20 años”, lo que le da esperanzas de que todo no sean gustos por la música de tintes comerciales.

Memo Ruiz deleitó a una audiencia cautiva con sus boleros estilo jazz con música de Puerto Rico, Cuba y México acompañado de una orquesta de 18 músicos.

Wallance Roney, trompetista que encendió a la audiencia con su sonido, coincidió con Ruiz al comentar que “hace años actuabas siete días en cada ciudad desde Nueva York a Los Ángeles. Hoy, siete días quizás en un club de Nueva York, posiblemente tres en Chicago, uno en Los Ángeles y Boston y poco más”.

Su pasión por la trompeta es imparable: “toco porque tengo que hacerlo”, explicó este nativo de Filadelfia que vivió el jazz desde su más tierna infancia en su hogar donde se reunían los amigos de su padre para escuchar con devoción a sus artistas preferidos, que se convirtieron algunos de ellos en sus maestros y mentores cuando creció como Clark Terry, Dizzy Gillespie y Miles Davis.

Enamorado de la trompeta desde los tres años, hoy a sus 57 años sigue ensayando a diario “porque un día sin ensayar se nota” explica, añadiendo con buen humor que “trato de no alargarme para no molestar a los vecinos”.

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