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La nueva casa del LAFC fue algo que valió la pena esperar     

(Wally Skalij / Los Angeles Times)
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Los Angeles Football Club le dio a Bob Bradley las llaves de su nueva casa, el miércoles 18 de abril, durante la ceremonia de inauguración del estadio del equipo, valorado en $350 millones, y en el que sus jugadores sostuvieron su primera práctica.

Una hora después, los jugadores y entrenadores aún estaban ahí, mirando hacia las gradas, haciendo rodar los balones en el césped fino y, en general, actuaban como si no hubiese prisa por irse.

“Todos nosotros estamos sorprendidos. El estadio está increíble”, dijo Bradley. “Si no disfrutan esto, una cancha así, este estadio, entonces están en el negocio equivocado”, dijo el mediocampista Benny Feilhaber.

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“Es difícil imaginar cómo se va a ver este lugar cuando todo mundo esté en su asiento y lo ruidoso que va a ser”, agregó el jugador. “Definitivamente que nos vamos a sentir como en casa”.

El Banc of California Stadium, el estadio más nuevo de las 16 sedes específicas para el futbol de la MLS, ha resurgido de las ruinas del Sports Arena en apenas 17 meses. Todo terminó dentro del presupuesto y antes de lo planeado, con 10 días de colchón antes del debut del equipo el 29 de abril.

“Esto es como una fiesta de cumpleaños gigante”, dijo Peter Guber, el ejecutivo de Hollywood y productor, que como jefe ejecutivo del grupo de propietarios de LAFC, guio el proyecto del concepto a la realidad. “El viaje ha sido largo y difícil y fue arduo”.

El estadio, financiado con dinero privado, es el más caro en la historia de la MLS, y es el primer estadio al aire libre desde que Dodger Stadium fue fundado en 1962. El estadio también tiene 33 suites, 46 cajas loge y cinco espacios de club.

“Ha superado nuestras expectativas”, dijo el supervisor del condado de Los Ángeles, Mark Ridley-Thomas, quien pertenece al distrito del estadio en Exposition Park. “No hay forma en la que vengas aquí y no te maravilles de lo que se ha hecho aquí en tiempo récord”.

Docenas de trabajadores que daban el toque final al estadio se dieron un descanso para gozar de la celebración, algunos tomando un descanso en las gradas y otros desde el techo para ver al equipo entrenar.

“Siempre es bueno ver algo que terminado en su totalidad”, dijo Ralph Rivera, representante del sindicato que representa a algunos trabajadores. “Es una gran satisfacción. Es bello”.

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