Violencia cuesta miles de millones a México

En la medida que la lucha entre los grupos de narcotráfico aumenta la violencia en México a niveles récord, un nuevo estudio publicado recientemente mide el impacto económico que esta tuvo en 2017, en $249,000 millones en pérdidas, lo que representa cerca del 21% del producto interno bruto del país.

Los autores del estudio, presentado en la Universidad de San Diego (USD), dicen que centrarse solamente en los homicidios no aborda la amplia gama de factores que impulsan la violencia y afectan el bienestar de los mexicanos en una multitud de niveles. Derrotar la violencia significará abordar cuestiones como la corrupción y el débil estado de derecho, afirma el estudio.

“Terminar con la violencia del narcotráfico no es decretar una política que demande acción legal para la construcción de la paz”, afirma el informe del Índice de Paz de México, del Instituto de Economía y Paz, un centro de investigación independiente y no partidista con sede en Australia. “Se necesita una estrategia de construcción de paz mucho más amplia para abordar las causas y los síntomas de la ausencia de leyes”.

El informe fue presentado junto con un reporte separado del Proyecto Justicia en México de USD, “Violencia de las drogas en México”.

El 2017 fue el año más violento registrado en México, con más de 29 mil homicidios, “deteriorándose en un 10.7% la paz en México”, afirma el estudio del Instituto, el quinto en una serie de informes anuales enfocados en ese país.

El estudio encontró que el impacto económico de la violencia en 2017 está “entre los más altos del mundo”. El impacto económico total de la violencia “fue siete veces mayor que el presupuesto de educación en 2017”, de acuerdo con el informe. “Una disminución del uno por ciento en el impacto económico de la violencia habría igualado la inversión del gobierno federal en actividades relacionadas con la ciencia, la tecnología y la innovación el año pasado”.

Los investigadores analizaron ocho pilares críticos que contribuyen a la “paz positiva”, usándolos para analizar las condiciones en todo el país, así como en estados por separado.

El estudio encontró que México obtuvo un puntaje bajo en las siguientes categorías: buen funcionamiento del gobierno, bajos niveles de corrupción y libre circulación de la información. Los puntajes bajos son “característicos del tipo de debilidades institucionales que permiten que el crimen organizado prospere”, afirma el estudio.

“Como la 15ª economía más grande del mundo y como un lugar próspero y en crecimiento donde existe infraestructura para empresas legítimas y no violentas, también existe para que se lleve a cabo una actividad comercial ilegítima y violenta”, dijo Talia Hagerty, una de las autoras.

El estudio cita mejoras en otras áreas: entorno empresarial sólido, altos niveles de capital humano, buenas relaciones con los vecinos, distribución equitativa de los recursos y aceptación de los derechos de los demás.

“Si miras los números de homicidios, obtienes una historia muy limitada sobre lo que está experimentando la gente en México”, dijo Hagerty.

“Creo que el gran desafío para México en este momento es que el país ha tenido éxito en muchas dimensiones económicas, pero necesitan trabajar en aspectos humanos y dar a los seres humanos un entorno donde puedan prosperar y tener éxito y tomar la iniciativa para mejorar su sociedad”, señaló Hagerty.

Los investigadores midieron las condiciones en los 31 estados de México y la Ciudad de México a través de una serie de factores: el número total de homicidios, crímenes violentos, delitos relacionados con armas, los relacionados con el crimen organizado y la detención de sospechosos sin sentencia. Encontró que las condiciones de “paz” se deterioraron en 25 estados mientras mejoraron en siete.

Los cinco estados más pacíficos del estudio fueron Yucatán, Tlaxcala, Campeche, Coahuila y Chiapas. Los menos pacíficos: Baja California Sur, Guerrero, Baja California, Colima y Zacatecas.

En Baja California, según el estudio, “la violencia con armas de fuego ha escalado: la tasa de ataques con arma de fuego ha disminuido en dos puntos, pero las muertes por armas alcanzaron 45 por cada 100 mil personas”.

El informe de Justicia en México de USD es el noveno análisis anual de las tendencias del crimen violento en México. Aunque el presidente Enrique Peña Nieto se comprometió a reducir la violencia, los números de homicidios durante su mandato han sido más altos que los de su predecesor.

La violencia reciente ese país “es en gran medida atribuible al crimen organizado”, según el estudio. La detención en 2016 y la extradición en 2017 del exlíder del cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, “parecen estar alimentando en parte la violencia”, señala el estudio.

El informe de USD apunta a la desintegración de los otrora poderosos cárteles de drogas como una razón clave para la escalada de la violencia en México. Afirma que las regiones de todo México han experimentado un aumento en la violencia a raíz del arresto de Guzmán. Ahora él está esperando juicio en la ciudad de Nueva York.

El aumento de la violencia se produce conforme un grupo más joven, el Cártel Nueva Generación Jalisco, que se mueve para controlar más partes del país. “Está muy claro que los lugares donde estamos viendo las mayores oleadas de violencia son los mismos lugares donde Nueva Generación y otras organizaciones rivales se están moviendo para disputar el territorio previamente controlado por el Chapo Guzmán”, indicó David Shirk, profesor de USD y uno de los autores del estudio.

A pesar de las percepciones públicas, “la violencia en México es ‘promedio’ para el hemisferio occidental”, de acuerdo con el estudio de USD, con tasas de homicidios muy inferiores a las de países más pequeños como Belice, Colombia, Guatemala, Honduras, Jamaica y Venezuela.

Dibble escribe para el U-T.