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Un creciente número de detenidos en California, son indios que cruzan México para buscar asilo

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En una visita reciente a la prisión federal en Victorville, el representante de EE.UU., Mark Takano, quedó sorprendido. De los cientos de inmigrantes detenidos allí, alrededor del 40% había viajado desde la India en busca de asilo.

El demócrata de Riverside esperaba ver una gran concentración de detenidos centroamericanos, muchos de los cuales podrían ser los padres de familia que habían sido separados de sus hijos.

No todos los hombres hablaban inglés. El grupo designó un representante, quien le dijo a Takano que eran simpatizantes de dos partidos políticos diferentes y que habían sido perseguidos por el gobernante Bharatiya Janata.

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“Dijeron que a menudo los obligaban a hacer cosas que eran inmorales”, relató Takano. “Tenían que llevar drogas o perpetrar actos de violencia contra otros”.

De acuerdo con funcionarios de inmigración y abogados especialistas en el tema, ha habido un aumento en los últimos años de ciudadanos indios que cruzan a Estados Unidos a través de México, aunque representan un pequeño porcentaje de los detenidos en general. Los ciudadanos indios se encuentran entre los miles de migrantes de Haití, África y Asia que ahora cruzan por América Latina, aprovechando las rutas de viaje formadas por inmigrantes latinos.

A principios de agosto, aproximadamente 380 de los 680 inmigrantes en las instalaciones de Victorville, eran ciudadanos indios, según la Oficina Federal de Prisiones; los cuales eran enviados allí como detenidos civiles en lugar de criminales a la espera del resultado de sus casos de inmigración.

Además, según un portazos, alrededor del 40% de los detenidos en las instalaciones de ICE, en Imperial, son de la India. Casi el 20% de los detenidos en el centro de procesamiento de ICE en Adelanto, son también de ese país.

Durante el año fiscal 2018, 4,197 de los detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza han sido ciudadanos indios, según datos del Transactional Records Access Clearinghouse de Syracuse University.

Y muchos han visto sus solicitudes de asilo denegadas.

Desde los años fiscales 2012 a 2017, alrededor del 42% de los casos de asilo de la India fueron rechazados, según los registros del centro de información.

“¿Por qué no se quedan en México?”, dijo el abogado de inmigración Deepak Ahluwalia. “Nos ven como el país que tradicionalmente ha ayudado a los perseguidos”.

De hecho, los detenidos de la India han citado un aumento de la persecución política y religiosa como sus razones centrales para buscar asilo, de acuerdo con Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU.

Sukhwinder, un inmigrante del estado norteño de Punjab, quien no quería que se usara su nombre completo por temor a represalias, pasó dos meses en el centro del Valle Imperial, donde dijo que no le permitían usar el turbante y la pulsera que muchos Sikhs usan como parte de su fe. Los hindúes alojados en la misma instalación fueron obligados a comer carne durante más de dos semanas, a pesar de sus creencias religiosas, dijo.

“No me sentí a gusto”, afirmó Sukhwinder a través de un intérprete. “Ojalá estuviera en mi país de origen”.

El joven de 20 años dijo que huyó de India después de ser atacado, a fines de 2017, por un grupo de hombres que salió de un automóvil y le preguntó por qué no se había unido al BJP, el partido del gobierno nacionalista hindú del primer ministro Narendra Modi. Cuando les dijo que no apoyaba su causa, lo golpearon con palos de hockey y amenazaron con matarlo la próxima vez que se cruzaran.

Temiendo por su vida, los padres de Sukhwinder vendieron oro y parte de su granja de trigo para conseguirle una visa y un boleto a México, con la esperanza de poder buscar asilo en Estados Unidos. Al final de un viaje de cinco días desde Ciudad de México, él y un puñado de otros ciudadanos indios saltaron el muro fronterizo en Baja California y fueron arrestados por las autoridades en el lado estadounidense, cerca de Calexico.

Los detenidos Sikhs, así como los de otras religiones, se han quejado de que no les permiten practicar libremente su religión.

En una reunión reciente para “conocer sus derechos” en la prisión de Victorville, casi 40 personas que se reunieron con Meeth Soni, directora legal del Centro Legal de Defensores de Inmigrantes, eran sikhs. A todos ellos, explicó, les dijeron que no podían usar sus turbantes o kara, argumentos que son parte de una demanda presentada recientemente contra el presidente Trump y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.

Un detenido sikh dijo que “hicieron repetidas solicitudes para cubrirse la cabeza y se le dijo que no estaba permitido”, según la demanda.

“Les han dicho que les va a costar $ 10 poder vestir un turbante, $ 10 que estas personas no tienen”, dijo Soni. “ICE les quitó los turbantes, los tiró y ahora dicen que tienen que pagarles para observar adecuadamente su religión”.

ICE dijo que no hace comentarios sobre litigios pendientes.

Los abogados que han hablado con los detenidos sobre por qué abandonaron sus países de origen, dijeron que muchos indios tienen historias similares a las de Sukhwinder, quien dijo que no podía recurrir a la policía de Punjab para pedir ayuda.

“En algunos casos, las golpizas ha sido horribles. Las personas han sido hospitalizadas, pero la policía no ha hecho nada para protegerlos, y aunque intentan escapar, las amenazas continúan para ellos y sus familias”, dijo Soni.

Después del primer asalto de partidarios del gobernante partido nacionalista hindú, dijo Sukhwinder, la policía amenazó con presentar una acusación falsa contra él si volvía a hablar en contra. Un informe de 2018 de Human Rights Watch, señala que otros en la India experimentaron un trato similar a manos de la policía.

“Los ataques de la mafia por parte de grupos extremistas hindúes afiliados al gobernante BJP contra las comunidades minoritarias, especialmente los musulmanes, continuaron durante todo el año en medio de los rumores de que vendían, compraban o mataban vacas para carne”, dijo el informe. “En lugar de emprender acciones legales inmediatas contra los atacantes, la policía frecuentemente presentaba quejas contra las víctimas en virtud de las leyes que prohibían la matanza de vacas”.

Los expertos dicen que no se puede negar que el clima político en India se ha vuelto hostil para muchas minorías.

Vinay Lal, un profesor de historia en UCLA, dijo que aunque no ha visto evidencia de refugiados indios llegando a EE.UU. para escapar de la persecución política, es posible que esté ocurriendo. Dijo que ve la mayor tendencia de los inmigrantes indios que atraviesan México como parte de una “crisis migratoria” global en lugar de una crisis política.

“Creo que se corrió la voz de que hay varias formas en que puedes intentar ingresar”, dijo Lal, “y cruzar la frontera con México sigue siendo una de las formas más accesibles”.

Gaurav Khanna, profesor asistente de la Escuela de Política Global y Estrategia de la Universidad de California en San Diego, dijo que la persecución religiosa y política en la India se ha vuelto más fuerte con el surgimiento del BJP.

“Definitivamente hay personas atacadas por sus creencias políticas”, dijo Khanna. “Especialmente antes de las elecciones, se mata a personas por hacer campaña para ciertos partidos. Mi sensación es que ha estado sucediendo durante años, pero la pregunta es, ¿ha aumentado en los últimos años?

Sukhwinder dijo que se sintió obligado a abandonar su hogar, tomando un camino que serpenteaba a través de los Emiratos Árabes Unidos, Grecia y Alemania.

“Mi vida era obviamente más importante para mis padres que cualquier oro o tierra en la India”, dijo Sukhwinder.

Una vez que llegó a México, se encontró con otros dos hombres indios que habían tomado una ruta similar. Una persona en la India los puso en contacto con alguien que luego los llevó a un hogar en la Ciudad de México.

Allí, dijo Sukhwinder, se quedaron en un dormitorio amueblado solo con las sábanas donde dormían. Se les permitió caminatas supervisadas al baño y comieron una comida al día, generalmente un burrito o pan con agua.

Sukhwinder tiene una fianza de $ 10,000 mientras solicita asilo. La decisión de aceptar su relato y aprobar su reclamo recae, en última instancia, en un juez de inmigración.

Mientras espera escuchar su destino, dijo que está agradecido, pero subrayó que no puede planificar su futuro.

“A los solicitantes no se les está otorgando el asilo tan fácilmente como antes”, dijo. “No sé qué tan probable sea que pueda quedarme”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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