Un comentario del Papa a un hombre gay puede indicar un nuevo nivel de aceptación de la homosexualidad

El papa Francisco le dijo a un hombre gay “Dios te hizo de esa manera y te ama como eres”, aparentemente empujando la aceptación de la homosexualidad a un nuevo nivel, según informes.

Francisco hizo los comentarios a Juan Carlos Cruz, víctima chilena de abuso sexual sacerdotal, durante una visita que le hizo en el Vaticano, donde relató su terrible experiencia; en momentos en que el pontífice se moviliza para enfrentar décadas de encubrimiento y ostracismo ante víctimas en la iglesia chilena, según el periódico español El País.

Cruz fue citado por haber discutido su homosexualidad con Francisco. “Me dijo: ‘Juan Carlos, no me importa que seas gay. Dios te hizo de esa manera y te ama como eres y no me importa. El Papa te ama tal como eres, tienes que ser feliz’”.

Un portavoz del Vaticano se negó a confirmar o negar los comentarios de Francisco, diciendo el domingo 20 de mayo que “normalmente no hacemos comentarios sobre las conversaciones privadas del Papa”.

En 2013, Francisco dijo: “Si alguien es gay y busca al Señor con buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar?” En ese entonces se le había preguntado por sus puntos de vista sobre la homosexualidad, lo que indica un cambio radical en las opiniones católicas sobre la orientación sexual.

Ese año también le dijo a un entrevistador: “Una vez una persona me preguntó, de una manera provocadora, si aprobaba la homosexualidad”, y agregó: “Yo respondí con otra pregunta: ‘Dígame: cuando Dios mira a una persona gay, ¿él avala la existencia de esta persona con amor, o la rechaza y condena a esta persona?’”

Sin embargo, sus comentarios sobre la base de la versión de Cruz van más allá al sugerir que cree que las personas son creadas homosexuales por Dios, una posición que probablemente enojará a los católicos conservadores.

“Esto es un gran problema, no recuerdo que el Papa hiciera un comentario acerca de que los homosexuales nacieran de esa manera”, dijo el padre James Martin, un sacerdote jesuita estadounidense, cuyo libro de 2017 “Construyendo un puente” instó a estrechar los lazos entre la iglesia y la comunidad LGBTQ.

“El Papa Francisco ha repetido lo que dicen todos los biólogos y psicólogos de renombre: no eliges tu orientación sexual. Y eso es un gran consuelo para muchos católicos gays y lesbianas a quienes los sacerdotes les han dicho que han elegido su orientación y por lo tanto son culpables”, dijo.

Los comentarios no sugieren un cambio en la enseñanza de la iglesia, dijo Martin.

El catecismo de la Iglesia Católica afirma actualmente que la “génesis psicológica” de la homosexualidad “permanece en gran parte inexplicada”.

“Basándose en la Sagrada Escritura, que presenta actos homosexuales como actos de depravación grave, la tradición siempre ha declarado que ‘los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados’”, afirma, pero agrega que los homosexuales “deben ser aceptados con respeto, compasión y sensibilidad” en la iglesia.

Martin enfatizó que los comentarios del Papa fueron informados, no anunciados. “Tenemos que distinguir entre algo que el Papa dijo en el registro y una conversación privada”, dijo.

Cruz sufrió abusos sexuales cuando era joven, en Chile, por el prelado Fernando Karadima, quien fue condenado por el Vaticano en 2011 a una vida de penitencia.

El Vaticano, sin embargo, no creyó en su afirmación de que el abuso fue presenciado y encubierto por el obispo chileno Juan Barros. Francis designó a Barros obispo de la ciudad de Osorno en 2015, lo abrazó públicamente durante su visita a Chile en enero y desestimó las cuentas de Cruz y otras víctimas como “calumnias”.

Pero a medida que creció la furia pública en Chile, Francisco envió en febrero a un investigador de abusos para entrevistar a las víctimas, invitándolas a Roma, admitiendo que había cometido “graves errores”.

Convocó a los obispos de Chile a Roma y los acusó de destruir pruebas de abuso y presionar a los investigadores de la iglesia para que minimicen las acusaciones.

El viernes 18 de mayo, los 33 obispos en Chile ofrecieron renunciar.

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