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¿Sientes algo por mí, sí o no?

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Estaba caminando dentro del Echoplex en Echo Park, cuando pensé: esta puede ser la noche. Esta puede ser la noche en la que finalmente bese a mi mejor amigo. Hemos salido durante nueve meses -inseparables-, y hoy nos veremos en uno de mis lugares favoritos en Los Ángeles el Soul Slam: Prince & Michael Jackson.

Por mucho que León y yo somos “solo amigos”, innegablemente me enamoré de él. Y hasta donde sé, no hay una mejor forma de pasar de ser solamente amigos al romance, que bailando entre “I Wanna Be Your Lover” y “Don’t Stop ’Til You Get Enough”.

Ahí estaba él, tan emocionado de verme como yo de verlo. Me tomó de la mano y fuimos directamente a la pista. Instantáneamente tuvimos el mejor momento.

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Uno en los brazos del otro, estuvimos tan cerca como nunca antes. Sentía como que lo conocía, en una manera que nadie más lo conoce, mientras él sonreía de boca a boca. Entonces le pregunté, “¿de qué te ríes?”, me miró y dijo , “tú me haces muy feliz… eres mi favorita”
Yo también sonreí y dije, “y tú el mío”.

Y entonces ahí estaba, la chamán tenía razón.

Ella no era la típica chamán. Era joven, moderna, y te abrazaba como si fueras su mejor amiga. Programé mi cita con Mona meses por adelantado, pero mi cita se canceló solo unos días después de que impulsivamente le dije a León que me estaba enamorando de él. De acuerdo con Mona, él también estaba enamorado de mí. Y no solo enamorado, estaba loco por mí. Había cambiado su vida y su idea del amor. Me dijo que era un alma gemela y que lo único que tenía que hacer era asegurarme de que éste gran amor mío pudiera… mantener su curso.

¿Mantener el curso?

Esas tres palabras son posiblemente la peor cosa que le puedes decir a una mujer que ha estado soltera por ocho largos años. Ocho años de citas cibernéticas, amores de una noche y promesas rotas.

Pero en los ocho años de poner en práctica lecturas como “Getting to ‘I Do’: The Secret to Doing Relationships Right!” y “Calling in ‘The One’: 7 Weeks to Attract the Love of Your Life,” nunca sentí nada más cercano a mariposas, como las constantes risas y lo bien que me sentía cuando estaba con él.

Estaba dispuesta a hacer todo lo que fuera necesario para asegurar este sentimiento y a este hombre para que no se fuera a ningún lado.

Era maravilloso, inteligente, brillante. Iba a los espectáculos de arte, hacíamos largas caminatas, hablábamos y él, constantemente me recordaba que yo era especial. Nos tomábamos de las manos, nos tocábamos, pero nunca nos besamos. En alguna forma era la relación más íntima que había tenido, pero nunca tuvimos sexo.

Mientras más cerca estábamos el uno del otro, más crecían mis sentimientos, y no podía mantenerlos por más tiempo.

Cuando le dije que me había enamorado de él, León no se inmuto.
Sonrió y me dijo que teníamos algo especial, algo que nunca había experimentado, algo que a él le gustaba.

Me hizo sentir entendida, escuchada y aceptada. Pero nunca dijo que también se había enamorado de mí.

Y cuando me hice a un lado, confusa, diciendo que necesitaba espacio para ver que hacer después, él me dijo que le daba miedo ese espacio, tenía miedo de que al regresar fuéramos algo distinto a lo que somos ahora.

Mi chamán dijo “mantén el rumbo”, así que lo hice.

Y allí estábamos, justo en los brazos del otro, cantando en nuestros corazones “Raspberry Beret”. Pero la noche terminó como todas las noches, minutos de abrazarse, retrasos de despedida pero sin un beso real.

Por más que soy una mujer que quiere ser apreciada y cuidada, también soy una mujer que quiere y necesita ser refrenada. Y aquí me sentía como si estuviera acostumbrándome a mi mente, y mi cuerpo estaba siendo completamente ignorado.

De alguna manera, tuve el coraje de hacer la única pregunta que temía formular durante meses: “¿Sientes algo por mí, sí o no?”. Hizo una pausa y dijo “No ... pero ...”

Yo no tenía espacio para un “pero”, así que lo detuve y le pedí que me dejara ir.

Y así como así, la magia se detuvo. Y dos personas que no podían estar un día sin hablarse entre sí, de repente ya no se hablaban.

La verdad es que creo que hay belleza en la ambigüedad. Hay un lugar donde puedes vagar por siempre y perderte en algo grandioso. Pero ese lugar no está en mi vida amorosa. Y el camino en el que estábamos no era el mío. Era el suyo.

Estos meses sin él, duelen.

Me instalé en la realidad de que está completamente bien si él no cree que soy sexy. ¿Por qué lo hago? Creo que soy sexy. Sé que no solo soy digna, sino que es 100% posible encontrar un hombre extraordinario, que reconozca que soy notable.

Creo que la chamán tenía razón. Creo que estaba enamorado de mí, pero yo era Olympic y él era Pico. Dos caminos que se confunden todo el tiempo, dos calles que la gente cree que te llevan al mismo destino, pero son diferentes.

Entonces ... voy a seguir el camino, pero el camino mío.

La autora es escritora en Los Ángeles.

L.A. Affairs narra la escena actual de citas en Los Ángeles y sus alrededores. Si tiene comentarios o una historia real que contar, envíenos un correo electrónico a LAAffairs@latimes.com.

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