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Para salvar a los mamíferos más raros del mundo, quieren prohibir las importaciones mexicanas de productos de mar

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Una década de cruzadas de rescate por grupos conservacionistas, incondicionales activistas de la ecología y la Marina de EE.UU. no han podido evitar que la marsopa más rara del mundo se enrede fatalmente en las redes de enmalle preparadas para la pesca de mariscos, en el norteño Golfo de California.

Ahora, con menos de 20 vaquitas en la naturaleza, la perspectiva de la extinción de la especie en dos años desató una última iniciativa desesperada, con importantes consecuencias económicas y políticas para Estados Unidos y México.

Los conservacionistas pidieron el 10 de julio a un juez de un tribunal de comercio internacional en Nueva York, una orden judicial preliminar que prohíba las importaciones -valuadas en cerca de $16 millones- de pescado y camarones recolectados con redes de enmalle en un área del golfo equivalente aproximadamente a un tercio del condado de Los Ángeles y ubicada solo tres horas al sur de la frontera.

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El juez Gary Katzmann, de la Corte de Comercio Internacional de Estados Unidos, adelantó que dará un fallo dentro de dos semanas. Su decisión puede depender, en parte, de si los costos de implementar un embargo para salvar a la especie son mayores que los de su desaparición.

Un embargo de aproximadamente 47 toneladas de corvina, 90 toneladas de sierras, 172 toneladas de chanos y 1,150 toneladas de camarones pescados anualmente a 160 millas de la frontera, “crearía los incentivos necesarios para asegurar que el gobierno mexicano tome en serio el problema de las redes de enmalle”, afirmó Giulia Good Stefani, una abogada que representa al Consejo de Defensa de los Recursos Naturales en el caso. “Tal como los embargos iniciaron la transición a la pesca del atún con cuidado por los delfines, y de camarones con seguridad para las tortugas”.

Un control más estricto de la industria pesquera también podría ayudar a reducir el número de vaquitas muertas en redes de enmalle que utilizan los cazadores furtivos para atrapar a un gran pez en peligro conocido como totoaba, cuya vejiga natatoria es apreciada en el mercado negro de China, donde se cree que tiene propiedades.

Una red de enmalle es una pared de red colgada verticalmente en el agua, que permite que un pez pase su cabeza, pero no su cuerpo, a través de esta. Las branquias del pez quedan atrapadas en la malla cuando intenta retroceder.

Katzmann tomó la solicitud en consideración después de escuchar los argumentos presentados por Good Stefani y Agatha Koprowski, abogada del Departamento de Justicia que representa a acusados como el secretario de Comercio Wilbur Ross; el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin; la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y a Chris Oliver, administrador asistente del Servicio Nacional de Pesquerías Marinas.

Koprowski argumentó que una prohibición de las importaciones impuesta judicialmente podría amenazar las negociaciones en curso de alto nivel entre Estados Unidos y México sobre el destino de la vaquita, y socavar la confianza del país vecino en Estados Unidos como socio negociador.

“Como resultado, México podría negarse a implementar medidas que de lo contrario habría considerado”, advirtió Koprowski en documentos presentados ante el tribunal.

La demanda del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, el Centro para la Diversidad Biológica y el Instituto de Bienestar Animal sostiene que al permitir que los peces y camarones capturados con redes de enmalle en el rango de la vaquita se importen a Estados Unidos, los demandados violan la Ley de Protección al Mamífero Marino, que exige que el gobierno prohíba los mariscos provenientes de pesquerías extranjeras que matan o lesionan a mamíferos marinos a un ritmo superior al tolerado por los estándares de EE.UU.

La disminución sin precedentes de la vaquita -que en la actualidad pierde alrededor del 50% de su población cada año- no cumple con dichos estándares. Los científicos creen que la población de la vaquita disminuyó de 567, según un sondeo de 1997, a menos de 20.

En documentos presentados ante el tribunal en una demanda vinculada, la Cámara Nacional de Industrias Pesqueras y Acuícolas de México argumentó que la norma de protección carece de la autoridad para imponer una prohibición de emergencia a los productos pesqueros extranjeros. Desestimarla, agregó, proporcionaría a las autoridades reguladoras de México más tiempo para mejorar las medidas de protección de la vaquita.

La vaquita es la marsopa más pequeña del mundo y tiene el rango geográfico más pequeño que cualquier mamífero marino. Su contextura regordeta y ojos con anillos negros le valieron el sobrenombre de “panda del mar”. Ningún mamífero marino enfrenta una amenaza tan inmediata de extinción.

Las recientes necropsias en vaquitas muertas mostraron que “todavía hay hembras reproductoras y que los animales están comiendo”, afirmó en una entrevista Sarah Uhleman, directora internacional de programas del Centro para la Diversidad Biológica. “Entonces, la especie todavía tiene una oportunidad”.

Mientras tanto, aumentan las tensiones entre los conservacionistas, los pescadores mexicanos -cuyo sustento se ve amenazado por controles de pesca más estrictos- y los cazadores furtivos en el comercio ilegal de totoabas que, según las autoridades, es más lucrativo que el tráfico de cocaína.

El grupo de conservación estadounidense Sea Shepherd envió embarcaciones al golfo para monitorear las actividades con redes de enmalle. Hace un año, un pescador derribó un dron que pertenecía a Sea Shepherd, informaron las autoridades. En otro incidente registrado en 2017, los pescadores de la ciudad portuaria de San Felipe pintaron “Sea Shepherd” en el costado de un viejo bote, y lo incendiaron.

A principios de 2017, la Marina de EE.UU. desplegó delfines nariz de botella entrenados para que ayuden a capturar parte de las vaquitas restantes y poder así llevarlas a un corral protegido. La iniciativa fue descartada en noviembre, cuando una vaquita adulta murió después de unas horas en cautiverio.

Los conservacionistas temen las consecuencias de otra temporada de pesca con redes de enmalle. “El peso de nuestra parte de la balanza legal en este asunto es la extinción”, aseguró Uhleman. “No hay nada más serio que eso”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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