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Nuestra primera cita fue un desastre, y todo fue mi culpa

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Después de un año yendo y viniendo, descargando y borrando, descargando y eliminando, resolví realizar una prueba de un mes en Tinder, solo para “ver qué hay disponible”. Logré alrededor de 100 coincidencias, recibí respuestas de unos 50 hombres en mi bandeja de entrada, y fui a tres encuentros sin éxito antes de conocer a Sean.

Nuestra primera cita no resultó ser absolutamente mágica. Más bien fue un desastre total.

Nos encontramos en un bar sobre 2nd Street, en Long Beach, y en el transcurso de unas horas lo arruiné por completo. Habíamos bebido un par de copas y nos estábamos besando cuando comencé a cuestionar sus intenciones. Entre suaves besos, intentó tranquilizarme diciéndome que yo le gustaba y que quería algo serio, pero no le creí. “Claro, eso es lo que todos dicen…”. Cuanto más lo decía, menos le creía. De repente, terminé abruptamente nuestra sesión de besos. “Me voy a casa”, le dije. Lo dejé allí, solo y confundido, dentro de un bar lleno de gente.

Caminé a la casa de una amiga que vivía cerca para terminar mi noche. Cuando ella me preguntó cómo había ido mi cita, le dije que se había arruinado y que no tenía intención de ver a ese idiota nunca más.

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Alrededor de una hora más tarde, justo antes de la medianoche, revisé mi teléfono y vi que tenía un mensaje de Sean: “¡Oye! Siento si hice algo para hacerte enojar. Si no estás muy enojada, me gustaría verte otra vez.”

Había actuado como una maleducada total, y deliberadamente había saboteado nuestra cita. Nos habíamos entendido bien toda la noche, y nos gustábamos, eso parecía bastante obvio. Pero no pude evitarlo. Empecé a preguntarme dónde terminaríamos Sean y yo. No quería que fuera otro novio del mes. Hacia el final de la noche me volví muy desagradable y le brindé mi peor actitud.

Sin embargo, de alguna manera, ¿este tipo igual quería verme otra vez? Debe estar más loco que yo, pensé.

Con la cabeza en alto y muchas dudas, rechacé su oferta.

“Eres lindo y todo, pero creo que pasaré de ello”.

Después de una mala separación y dos años de estar soltera, abrirse a la confianza con otra relación no era fácil. Me llevó un año superar por completo a mi ex después de estar juntos durante tres años. Desde entonces, había hecho vida de chica soltera, salía con chicos de bares y de la escuela, pero no había nada en serio. Recientemente salí con un chico que parecía dulce y genuino, pero después de un mes desapareció sin explicación. Después de eso, tomé la decisión de ser más dura y cautelosa.

Pero aquí estaba este hombre bueno y guapo, que quería conocerme, y mi primer instinto era escapar.

Incluso después de todo ese comportamiento tonto y embarazoso, él estaba dispuesto a darme una segunda oportunidad. ¿Qué demonios había hecho para merecer eso? Sin embargo, allí estaba yo, todavía actuando como una tonta, con un falso sentido de orgullo, rechazándolo.

¿Cómo podría enfrentarlo de nuevo?

Cuando me había sumado a Tinder, un mes antes, había pensado: “No más juegos, es hora de encontrar algo nuevo”.

Era hora de comportarse como es debido.

Reflexioné sobre esto por unos minutos. Luego me tragué mi orgullo, respiré hondo y le envié un mensaje por segunda vez.

“Está bien”, dije. “Volvamos a vernos”.

A la mañana siguiente recibí un mensaje de Sean. Me preguntó a qué hora salía del trabajo y si quería ir a jugar bolos, más tarde esa misma noche.

No sé cómo lo hace, pero su amor incondicional me sorprende. Sean dice que después de nuestra primera cita estaba decidido a darme otra oportunidad. Han pasado solo seis meses y nuestro futuro parece más brillante todos los días. Definitivamente establecí las pautas para nuestra relación esa noche. Todavía le doy trabajo a Sean, tal como lo hice en nuestra primera cita, pero su paciencia me está ayudando a sanar.

Él no está confundido por mi mal genio. Cuando reacciono con amargura y enojo, él responde con amor y paciencia. Incluso cuando trato de interponer un muro de acero, él logra hacerme sonreír. No lo tengo todo resuelto, pero con la ayuda de Sean estoy aprendiendo a confiar en nuestra relación y seguir adelante.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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