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Mexipino, el sabor que combina mexicano y filipino

Mixing both of their Mexican and Pilipino heritages, Richard Corpus (l) and Roger Buhain (r) hold two of the popular dishes served at their new restaurant in Chula Vista, MexiPino Hash and the MexiPino Breakfast Sandwich.
(Nelvin C. Cepeda / San Diego Union-Tribune)
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San Diego Union-Tribune

Las Filipinas y México están separados por miles de kilómetros. Pero en Chula Vista, ambas culturas viven una junto a la otra.

Las culturas filipina y mexicana están tan entrelazadas en South Bay que la gente incluso tiene un nombre para ella: mexipino.

Ese también es el nombre de un restaurante que abrió sus puertas en enero, en Broadway, entre Anita y Main Street en Chula Vista.

“Crecí culturalmente comiendo ambas comidas”, dijo el chef Roger Buhain. “Mi madre es mexicana y mi padre es filipino”.

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Buhain y Richard Corpus, quien también es mexicano-filipino, decidieron abrir un restaurante de desayunos que celebra ambas culturas.

Su menú incluye platillos tradicionales como chilaquiles y huevos rancheros, pero también cuenta con fusiones únicas que combinan clásicos mexicanos, filipinos y estadounidenses.

Nada captura mejor el espíritu multicultural mexipino que el picadillo de Mexipino. El plato viene cargado con pollo en achiote, longaniza, camote púrpura, aguacate, queso fresco y dos huevos fritos.

Diferenciar entre platillos que suenan bien frente a aquellos que realmente saben bien fue todo un reto. Buhain y Corpus pasaron un mes recortando 200 elementos potenciales del menú a puro ensayo y error.

“Ganamos 15 libras ese mes”, bromeó Corpus.

Y no han terminado. Una de las comidas más populares del menú, el pollo adobado frito y waffles, se agregó dos días antes de que abrieran.

Buhain todavía experimenta con nuevos platillos en casa. El restaurante actualmente tiene un menú de desayuno y almuerzo, pero Corpus planea tener en el futuro opciones para cenar también.

Mixing both of their Mexican and Pilipino heritages, Richard Corpus (l) and Roger Buhain offer the MexiPino Breakfast Sandwich. Served with prime smoked brisket, spam,chorizo, avocado and egg on a Mex conchita bread and a side of fries.
Mixing both of their Mexican and Pilipino heritages, Richard Corpus (l) and Roger Buhain offer the MexiPino Breakfast Sandwich. Served with prime smoked brisket, spam,chorizo, avocado and egg on a Mex conchita bread and a side of fries.
(Nelvin C. Cepeda / San Diego Union-Tribune)

La población mexipino ha vivido en San Diego por generaciones, según Rudy Guevarra Jr., un mexipino de cuarta generación que es profesor asociado de estudios americanos de Asia Pacífico en Arizona State University, y quien publicó un libro sobre la historia de mexicanos y filipinos en San Diego.

Las dos culturas se unieron por primera vez bajo el dominio colonial español. Intercambiaron comida, idioma y cultura a través de la ruta comercial Manila-Acapulco, dijo Guevarra.

Aquí, en San Diego, los inmigrantes mexicanos y filipinos generalmente laboran en algunos de los trabajos más difíciles y peor pagados, como la agricultura y el enlatado de pescado.

Esto, junto con la marginación por motivos raciales, los mantuvo cerca el uno del otro y con el tiempo desarrollaron relaciones sólidas, de acuerdo con la investigación de Guevarra.

La cultura mexipina ha sido grandemente ignorada por la academia.

Uno de los pocos artículos que encontró Guevarra mientras investigaba para su libro, fue de un sociólogo de 1930, que sugirió que morirían.

“Todavía estamos aquí y hay más de nosotros”, dijo Guevarra, quien creció en San Diego, y ahora vive en Arizona.

Un amigo lo llamó para avisarle del restaurante y planea comer allí durante su próxima visita.

Buhain y Corpus no conocían la historia mexipina de la zona antes de abrir el restaurante. Inicialmente, no estaban seguros de cómo reaccionaría la gente.

Pero el abrir el restaurante los presentó a una gran comunidad de compañeros mexipinos de South Bay que no sabían que existía.

Muchas personas que se identifican como mexipinos visitan el restaurante por el nombre y regresan por la comida.

“Me sorprende ver cuántos hay”, dijo Corpus. “Honestamente, pensé que éramos una mezcla única, pero hay un montón. Logramos unir a las comunidades y eso es genial”.

Gustavo Solís escribe para el U-T.

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