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La victoria contra Alemania en el Mundial le da al agobiado México un ‘momento de felicidad’

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Una extraordinaria sensación de júbilo recorrió a México el domingo 17 de junio, fecha de la sorprendente victoria por 1-0 del seleccionado nacional de fútbol contra la poderosa Alemania, el actual campeón, en la Copa del Mundo.

El triunfo desató una profunda efusión de orgullo nacional en una nación que se acerca a las elecciones presidenciales en medio de la inquietud generalizada por el futuro y la insatisfacción con el aumento del delito, una economía en caída y otros problemas.

Decenas de miles de personas se convocaron en lugares emblemáticos de la capital mexicana -el Zócalo y el monumento al Ángel de la Independencia, a lo largo del arbolado Paseo de la Reforma-, para celebrar la sorpresiva victoria.

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Muchos agitaban la bandera tricolor mexicana y cantaban baladas nacionales emblemáticas para celebrar al ‘Tri’, el apodo de la selección.

“¡México! ¡México!”, era el cántico que emanaba de las calles y los hogares. Pareció al menos un momento de catarsis temporal para una nación que ha sufrido muchos golpes últimamente, incluidas las difíciles relaciones con su gigante vecino del norte.

“Gracias al equipo, por brindarnos este momento de felicidad que tanto nos falta en este país lleno de desilusiones”, afirmó Juana Sánchez, de 41 años, una ama de casa que se encontraba entre la multitud que salió a las calles para celebrar. “Hoy, todos en México están felices”.

El juego fue apenas una victoria en la primera ronda, y el triunfo sorpresivo no logra nada en la competencia en Rusia, aunque coloca al equipo mexicano en una posición sólida para avanzar.

Sin embargo, las estaciones de televisión y los sitios web elogiaron “la victoria histórica”, y los políticos y otras personas expresaron en las redes sociales el regocijo por el resultado.

Algunos informes en las redes sociales hablaron de un terremoto “artificial” debido al “salto masivo” cuando México anotó su gol, en la primera mitad del juego, y se volvieron virales; los expertos descartaron la versión, argumentando que no existe tal cosa como un sismo artificial.

Fue la segunda victoria de México contra la escuadra alemana, informó la BBC, y la primera desde un partido amistoso jugado en 1985.

“Este es un día que nunca olvidaremos, pasará a la historia de México”, afirmó otro fanático, Guillermo Rodríguez, de 39 años, un técnico en computación. “No sé qué va a pasar en los próximos partidos, pero el juego de hoy es una alegría inexplicable, un triunfo histórico, un momento que nunca olvidaremos. ¡México! ¡México!”.

Fans reunidos en casas, bares y restaurantes vivieron la alegría del gol, marcado por el enérgico joven delantero Hirving Lozano, y luego aguardaron mientras el equipo mexicano se replegó en una posición defensiva en los finales 45 minutos del partido, permitiendo a Alemania muchas oportunidades, pero sin cederle la oportunidad de marcar un gol. Cada metódico avance alemán era observado por los mexicanos con aparente temor.

“El segundo tiempo fue muy intenso”, expresó Rodrigo García, de 35 años, un entrenador de atletismo que lucía la camiseta verde del equipo nacional en un restaurante, en la sureña ciudad de Oaxaca, donde concurrió para ver el partido en vivo. “Pero la estrategia dio sus frutos: ¡México ganó!”.

La victoria generó esperanzas de que México, que nunca ganó la Copa del Mundo, finalmente pueda abrirse paso, aunque eso todavía es una posibilidad remota.

“Vencimos al campeón, podemos avanzar mucho en este torneo”, declaró Rodrigo Falcon, de 21 años, un estudiante de ingeniería que salió a celebrar a las calles junto con su hermano menor y sus padres. “Nunca nos rendimos. México tuvo un gran partido. Estoy muy feliz”.

Incluso, la campaña presidencial del país, en sus frenéticas últimas semanas antes de la votación del 1 de julio, se detuvo el domingo para que los fanáticos, enloquecidos por el fútbol, pudieran ver el cotejo.

Los candidatos Ricardo Anaya y José Antonio Meade tuitearon fotos de ambos viendo el partido en distintas fiestas, vestidos con la camiseta verde característica de México y celebrando en familia.

El favorito, Andrés Manuel López Obrador, famoso fanático del béisbol, retrasó un evento en Ecatepec, una comunidad de clase trabajadora en las afueras de la Ciudad de México, para que el juego pueda transmitirse en pantallas gigantes.

Después del gol, muchos fanáticos parecían incrédulos de que la selección pudiera mantener la delantera. Observaban ansiosamente y no se permitieron verdaderas celebraciones hasta el final del partido, cuando estallaron en cantos y gritos de “¡México!”.

Cuando López Obrador subió finalmente al escenario, hizo grandes vítores al elogiar el “triunfo” contra Alemania, y luego lideró a la multitud en los cánticos al grito de “¡Viva México!”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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