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La persecución de ICE termina con la muerte de dos trabajadores agrícolas, y deja una estela de ira y preguntas

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Celestino Hilario García, con los ojos enrojecidos y la voz en carne viva, se esforzó por explicar que las muertes de su hermano y su cuñada no eran su culpa.

En marzo, los agentes de Inmigración y Aduanas habían puesto la mira en Santos Hilario García. En la oscuridad de la madrugada, lo siguieron en dos Jeeps negros mientras él y su esposa, Marcelina García Profecto, dejaban a su hija adolescente en la Escuela Secundaria Robert F. Kennedy.

Minutos después, la pareja estaba muerta. Estrellaron su camioneta mientras trataban de escapar de los agentes. Los oficiales de ICE luego dijeron que la pareja no había sido su objetivo: García coincidía con la descripción de la persona que buscaban.

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En realidad, a quien buscaban era a Celestino, un inmigrante mexicano que, como su hermano, estaba en el país ilegalmente.

“Era su automóvil, estaba a su nombre. Si le presté mi automóvil, entonces es mi culpa”, dijo Celestino. “Pero era su auto. Era su auto.... Tuvieron tiempo de revisar las placas”.

La culpa ha sido un tema recurrente desde el accidente fatal en esta ciudad del Valle Central, que se encuentra en medio de vastas tierras de cultivo.

Hubo protestas y algunos funcionarios y residentes de Delano culparon a ICE y a la administración Trump por ser demasiado agresivos en su cruzada contra la inmigración indocumentada. ICE en cambio, ha culpado de las muertes a las políticas de “santuario” de California, que según la agencia le obligan a buscar a inmigrantes sin estatus legal que inicialmente no eran buscados para su deportación.

La agresiva aplicación de las leyes de inmigración por parte de la administración Trump se ha convertido en un problema en todo el país. En mazo, los principales funcionarios federales y el presidente condenaron a la alcaldesa de Oakland, Libby Schaaf, después de que advirtió a la comunidad de las próximas redadas de ICE.

El caso Delano adquirió una nueva dimensión cuando el departamento de policía local pidió a los fiscales que investigaran si dos agentes de ICE habían dado información falsa a la policía después del accidente. El miércoles 18 de abril, los fiscales del condado de Kern dijeron que no presentarían cargos.

“No hay evidencia creíble de que los agentes mintieron”, dijo la fiscal de distrito del condado de Kern, Lisa Green. “Me acerqué a este caso para tratar hacer lo correcto, por la razón correcta. La política no tiene nada que ver con esto”.

Es improbable que la decisión resuelva los problemas, particularmente porque ICE no dirá por qué los oficiales perseguían a Celestino. Y todavía no está claro por qué la pareja inicialmente se detuvo ante los agentes, antes de salir a toda velocidad.

“Santos Hilario y Marcelina no recibieron justicia de la fiscal de distrito del Condado de Kern, y se la merecían”, dijo Diana Tellefson Torres, directora ejecutiva de United Farm Workers Foundation. “Ellos y sus seis hijos huérfanos son solo las últimas víctimas de la reciente campaña del gobierno federal en contra de los trabajadores agrícolas inmigrantes que nos alimentan a todos”.

Delano, con una población de aproximadamente 52,000, es una ciudad de trabajadores agrícolas.

Alrededor del 76% de los residentes de la ciudad son latinos, y casi el 40% nacieron en el extranjero, muchos de ellos inmersos en el trabajo de llenar cubetas con arándanos y atar vides a cables metálicos para ayudarlos a crecer adecuadamente.

El ingreso familiar promedio de la ciudad es de $ 36,265.

Los padres del jefe interino de la policía, Raúl Alvizo, trabajaron en los campos, al igual que él cuando era adolescente. La Alcaldesa Grace Vallejo fue trabajadora agrícola migrante que viajaba de pueblo en pueblo en todo el estado con sus padres y hermanos.

A unas 30 millas al norte de Bakersfield, en el condado de Kern, Delano es un centro de cultivo de uvas de mesa. El cartel que da la bienvenida a la ciudad presenta un racimo de uvas. Un mural a lo largo de Main Street, que celebra el centenario de la ciudad, muestra a los trabajadores agrícolas laborando bajo los racimos de la fruta.

Los viñedos de la ciudad fueron el escenario de una huelga de uvas de septiembre de 1965, liderada por trabajadores filipinos que pronto se unieron al ícono de los derechos civiles César Chávez para luchar contra el trato injusto. El movimiento llevó a la formación de United Farm Workers of America.

Una tarde, bajo un cielo despejado, seis mujeres con bandanas cubriéndose la cara se desplegaron entre hileras de vides.

“Salimos de nuestras casas sin saber si volveremos”, dijo una, originaria del estado mexicano de Sinaloa.

“Imagínense tenemos la necesidad de trabajar, pero con el temor de que cuando nos vayamos, la migra se detendrá y nos llevará”, dijo otra. “¿Y nuestros hijos? ¿Qué les va a pasar?”

Las trabajadores se negaron a dar sus nombres, por temor a ser blanco de arrestos y deportación.

Después del accidente en el que murieron García y Profecto, muchos inmigrantes tenían miedo de abandonar sus hogares. Los dueños de negocios y residentes en Delano, muchos de los cuales podían ver su propia historia en García y Profecto, se dedicaron a recaudar dinero para los hijos de la pareja.

En la barbería de Tony, Osbaldo Prieto, cuya madre es campesina, les dio a los dos hijos cortes de pelo gratis en preparación para el servicio funerario. La sobrina del alcalde donó cortes de pelo a las cuatro hijas.

Emmanuel Pérez, quien vino a Estados Unidos desde Ciudad Juárez, México, en 1978, fue trabajador agrícola por más de una década.

La semana del accidente, Pérez, dueño de una tienda de muebles en Main Street, donó camas, un juego de comedor y sofás para la familia.

“Nos sentimos mal, porque así es como llegamos”, dijo Pérez, respirando temblorosamente mientras las lágrimas llenaban sus ojos. “Vinimos aquí para progresar.... Estas personas vinieron por las mismas razones. Ahora sus hijos van a ser los que sufriran sin sus padres”.

Después de dejar México, García y su esposa aterrizaron primero en Arizona y más tarde en Delano. Celestino y su esposa también vinieron y criaron a cuatro hijos en esta ciudad.

“En México, hay trabajo, pero no hay oportunidades para progresar o tener un futuro mejor para sus hijos, una mejor educación, eso es lo que yo quería para mis hijos. Eso es lo que quería mi cuñado”, dijo la esposa de Celestino, que pidió no ser nombrada. “Quería que sus hijos salieran adelante y tuvieran una mejor educación de la que podrían obtener en México”.

García y Profecto habían construido una vida en un monótono complejo de apartamentos junto con docenas de otras familias de trabajadores agrícolas.

En la madrugada del 13 de marzo, agentes de ICE estaban afuera, buscando a Celestino, quien dijo que no había vivido allí desde 2014.

Citando una revisión en curso, ICE se negó a decir por qué querían deportar a Celestino. Dijo que no sabía por qué los agentes lo perseguían.

García y Profecto acababan de dejar a su hija y condujeron su camioneta azul en una calle concurrida cuando las luces de emergencia destellaron detrás de ellos. Se detuvieron, pero cuando el oficial de ICE salió de su Jeep, la camioneta arrancó.

Ramiro Sánchez, un oficial de deportación de ICE, dijo que siguió en la misma dirección, pero no realizo la persecución con luces de emergencia”, según un informe de la policía de Delano. Dimas Benítez, un agente de ICE en un segundo vehículo, también afirmó que los dos no estaban en “persecución”.

El video de vigilancia, filmado en el punto medio de la detención inicial y la colisión, mostró que los vehículos de los agentes de inmigración viajaban en la misma dirección que la camioneta de la pareja con sus luces de emergencia activadas.

ICE dijo que está revisando el incidente, pero señaló que tres testigos separados que hablaron con la policía de Delano sobre el accidente dijeron que no vieron a nadie persiguiendo a la pareja.

“Las políticas santuario del estado, aumentan las probabilidades de que ICE se encuentre con otros extranjeros ilegales que anteriormente no estaban en nuestro radar”, dijo el portavoz Richard Rocha en un comunicado.

“El desafortunado resultado de la decisión del conductor del vehículo de evadir a los oficiales de ICE de forma errática es la razón por la cual ICE alienta a todos los que encontramos a cumplir con las ordenes de los oficiales para garantizar nuestra capacidad de llevar a cabo nuestra misión de la manera más segura posible”, dijo la agencia en un comunicado.

A pesar de que García había sido condenado en 2014 por conducir bajo la influencia y fue devuelto voluntariamente a México tres veces entre 2008 y 2017, no era un objetivo de arresto. Profecto no tuvo encuentros previos con ICE ni antecedentes penales.

Celestino fue informado de las muertes por una de sus hijas. Él rompió a llorar antes de ir al lugar donde el auto de su hermano había volcado. En la escena, la policía de Delano le mostró la tarjeta de identificación consular mexicana de su hermano, que es lo que solía identificarlo.

En el funeral de su hermano, al lado de la sala de la iglesia donde el sindicato de César Chávez votó para unirse al paro de uvas de Delano hace décadas, Celestino sollozó.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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