Anuncio

Esta estafa supone que el destinatario tiene una aventura (si realmente es así, mucho cuidado)

Share

Podríamos llamarla la estafa de la conciencia culpable.

“Sé el secreto que ocultas a tu esposa y a todos los demás”, comienza la carta enviada por correo común. “Más importante aún, tengo evidencia de lo que has estado ocultando”.

El texto continúa diciendo “qué mala suerte has tenido, que tropecé con tus desventuras mientras trabajaba en Los Ángeles. Luego puse más tiempo de lo que probablemente debería haber hecho para investigar tu vida. Francamente, estoy dispuesto a olvidarme de ti y dejar que sigas adelante. Y voy a darte dos opciones para lograrlo”.

Opción 1: si ignoras la carta, la evidencia antedicha será enviada a tu esposa, amigos, familiares y vecinos.

Opción 2: paga una “tarifa de confidencialidad” de $8,600 en bitcoins, y “tu secreto seguirá siendo un secreto”.

Anuncio

Hay algunas cosas interesantes aquí. En primer lugar, todo el fraude se basa en que estas cartas son recibidas por tipos que, en realidad, están engañando a sus esposas. Es un comentario triste sobre nuestra sociedad que esto no sea solo una apuesta irracional por parte de un estafador.

En segundo lugar, el fraude implica bitcoins no rastreables como método de pago, una alternativa más sofisticada a las técnicas tradicionales, como la transferencia de dinero y el uso de tarjetas de débito prepagas.

Otro giro intrigante, afirmó Paul Stephens, director de política y defensa del Privacy Rights Clearinghouse de San Diego, es que el estafador está invirtiendo en franqueo postal real, en lugar de emplear el correo electrónico -mucho más barato-. “Lo hace parecer más legítimo”, expuso. “Y dice que definitivamente se puede ganar dinero si las cartas llegan a las manos correctas”.

Pero ocurrió que esta carta en particular no llegó a esas manos. Llegó a mi casa, hace unos días.

Monumentalmente monógamo, inmediatamente la compartí con mi esposa y nos reímos mucho. Luego examiné más y aprecié el esfuerzo que había puesto el estafador.

Además de obtener mi nombre y domicilio, la carta en sí estaba personalizada de una manera muy persuasiva. Mencionaba que el remitente había tropezado con evidencia de mis fechorías amorosas “mientras trabajaba en Los Ángeles”.

Más abajo, la carta se dirige a mí por mi nombre y es específica en su amenaza de que todos nuestros vecinos recibirán la evidencia si no envío el dinero. También menciona mi nombre de calle. “No es muy difícil obtener esta información”, remarcó Stephens. “Los datos están por todos lados. Pero me pregunto si están usando algún tipo de software de inteligencia artificial para personalizar cada carta”.

También es impresionante cómo el estafador, que se identifica a sí mismo como “SwiftDash33”, se esfuerza por parecer razonable, a pesar de que está cometiendo un delito (lo sé, lo sé: podría ser una mujer. Sin embargo, parece que proviene de un tipo).

“En este momento puede que estés pensando: ‘Iré a la policía’, y es por eso que he tomado medidas para asegurar que esta carta no pueda rastrearme”, dice el texto. “Así que eso no ayudará, y no evitará que la evidencia destruya tu vida. No intento fundirte. Solo quiero que me compensen por el tiempo que dediqué a investigarte”.

El sobre tiene un matasellos de Nashville y no posee la dirección del remitente. La carta brinda una larga cadena de caracteres que aparentemente constituye una dirección bitcoin.

Debido a que relativamente pocas personas tienen experiencia con la moneda digital, el texto incluye una “guía práctica” para convertir dinero real en virtual, y transferirlo a Dios sabe dónde.

Samantha Shero, una portavoz del FBI, afirmó que los investigadores ya conocían la estafa. “Hay variaciones que dicen cosas diferentes y piden cantidades distintas”, explicó. “Es una extorsión”.

Shero reconoció que la demanda de pago en bitcoins es relativamente nueva, aunque advirtió que el uso de monedas digitales “está creciendo en popularidad” entre los estafadores.

Un vocero del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) destacó que esta era una nueva estafa para ellos.

Mi corazonada es que la estafa es geográfica. No sería difícil obtener una lista de correo o información de bienes raíces para un código postal en particular, por ejemplo, en una zona con niveles de ingresos generalmente saludables.

Luego se puede cubrir el área con cientos de cartas y esperar que algunas de ellas lleguen a hombres que realmente están teniendo aventuras y que son lo suficientemente acomodados como para pensar que $8,600 dólares no es mucho para comprar tranquilidad.

“En definitiva”, dijo Stephens, de Privacy Rights Clearinghouse, “parece que hay una buena posibilidad de ganar algo de dinero”.

En los primeros dos meses de este 2018, los consumidores perdieron más de 500 millones de dólares en estafas relacionadas con criptomonedas, según la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés). “Los consumidores perderán más de $3 mil millones para fines de 2018”, indicó Andrew Smith, director de la Oficina de Protección al Consumidor de la agencia, en una conferencia realizada en junio.

La FTC lanzó recientemente una ofensiva contra las conspiraciones de “referencias de cadena” que involucran criptomonedas. Al igual que en el esquema Ponzi, el presunto fraude implica invertir en una moneda virtual y luego persuadir a otros para que se unan al plan.

Si usted recibe una carta al estilo ‘sé que estás engañando a tu esposa’, lo más inteligente es ignorarla, y sí, ese consejo también se aplica a los muchachos que realmente lo están haciendo.

Recuerde, una vez que transfiere efectivo en forma de bitcoins o cualquier otra moneda digital, lo ha perdido, nunca lo volverá a ver.

Juliana Gruenwald, vocera de la FTC, indicó que los consumidores siempre deberían desconfiar de cartas o correos electrónicos como este. “Sea cual fuere el tipo de pago exigido (bitcoins, efectivo o tarjetas de regalo), es muy probable que se trate de un intento de extorsión criminal, y recomendamos a los consumidores que se comuniquen con la policía local para obtener asistencia”, remarcó.

La nota que me enviaron decía que tenía nueve días para reunir los $8,600. “El tiempo corre, David”, advertía.

Déjalo que corra. No te daré nada, SwiftDash33.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

Anuncio